
La fecha de inauguración, fijada tras dos postergaciones, para la apertura del Nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH), está cada vez más cerca. La incertidumbre sobre si todos los pendientes necesarios para su operación han sido resueltos persiste. Al menos así lo han indicado desde el Gobierno peruano y reguladores como el Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositrán).
Sin embargo, desde Lima Airport Partners (LAP), ponen paños fríos al asunto. A pesar de que no se harán pruebas con pasajeros en aviones o “atascones” en el movimiento de equipajes, Sergio Ocampo, gerente de Construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, aseguró a Gestión que no hay razones de peso para evitar abrir el nuevo AIJCH a finales de este mes.
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-Al día de hoy, ¿cuál es el avance de las obras del nuevo terminal?
Si me lo preguntan como técnico, hoy está culminada. Lo que se ve hoy es el típico proceso de pruebas. Este aeropuerto es un ecosistema de 150 empresas. Siempre será complejo tener satisfecho a todos. Eso hace que las pruebas se alarguen.
-Ositrán ha remarcado que aún hay pendientes por resolver.
Ositrán cuestiona una entrega de un contratista. Ahí estamos de acuerdo. Pero lo que llevamos diciendo hace semanas nosotros es que todo lo crítico para la apertura ya está culminado. Nada evitará que iniciemos una operación segura. Lo crucial es la seguridad de las personas y de las operaciones aeronáuticas. Ambas cuestiones ya las tenemos validadas, tanto por la Municipalidad del Callao como la DGAC.
-¿Todos los puntos críticos están ya entregados y resueltos?
Puntos críticos es todo aquello que pone en riesgo, lo repito, la seguridad física de las personas y la operación aeronáutica. Ahí no hay cuestionamientos.
-El premier Gustavo Adrianzén dijo tras una sesión del Consejo de Ministros que había un pendiente sobre el sistema de abastecimiento de combustibles para los aviones. ¿Eso no es un punto crítico? ¿Ya está solucionado?
Sí, correcto. Ese proceso se revisa desde el diseño. Lo que nos faltaba era una prueba contra incendios y la red subterránea de tuberías para administrar el combustible. Ambas verificaciones se han hecho el miércoles y jueves de la semana pasada con el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin). Esperamos recibir las minutas.
-¿Qué certifiquen que todo está bien?
Así es. Solo faltaría la tramitación documental que, sabiendo la premura del caso, estamos seguros que se dará en máximo una semana.
-¿El contrato de concesión, del que podría valerse Ositrán para cuestionar otros puntos de su obra, define cuáles son los puntos críticos a subsanar?
El contrato es muy general en ese punto. Es del 2001 y ha tenido adendas consecuentes y en ninguna se tenía conocimiento a detalle de lo que iba a implicar el nuevo terminal. No es un contrato explícito, lo que uno debe cumplir o no te lo dicta el sentido común de la industria.
-Entonces, le consulto nuevamente: ¿todos los puntos críticos ya están subsanados?
Así es.
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-Osinergmin, en el caso de los combustibles, ¿no podría enviar nuevas observaciones?
No, porque fue un proceso de revisión consecutiva. No es que recién la semana pasada lo revisaron. Solo para graficarlo: la prueba de presión de red de hidrantes consiste en tener a más de un 50% el funcionamiento por cuatro horas. Lo hicimos durante ocho con la presión estable. Eso demuestra que no hay fugas. El problema que existe es que no existe reglamentación específica para estaciones de suministro y combustible en la aviación. Es normal tener desecuentros.
-O vacíos legales...
Así es, se trata del aeropuerto más grande del país. No hay precedentes. Eso hace que para la autoridad también sea un reto supervisar.
-Sobre Ositrán, usted ha remarcado que ellos no entienden el sistema de fast track y que por eso los cuestionan, ¿podría explicar qué es lo que no están comprendiendo?
Ositrán nos dice, en referencia al manual de diseño de aeródromos de IATA, que las pruebas no deben comenzar hasta que la construcción esté al 100%. Pero se olvidan que allí se dice “idealmente”. El fast track nos ha permitido concretar la obra en casi tres años, la mitad de lo que tomaría una obra tradicional, como fue el caso del Aeropuerto de Santiago.

-¿De qué forma exactamente?
Nos permitió hacer la fase constructiva de modo paralelo, pero eso implica confiar. Cuando comenzamos la construcción de concreto, no teníamos el diseño, solo el concepto. Teníamos que confiar en que luego los arquitectos, ingenieros y demás podrían acoplarse al contorno. Ha sido duro, pero hemos llegado hasta aquí. Ahora necesitamos que, los que no vieron la experiencia de fast track, confíen.
-Más allá de esos cuestionamientos, ¿se han hecho ya pruebas integrales?
Ahí hay otro concepto que no compartimos. Cuando uno hace pruebas, lo correcto es probar lo nuevo, como el sistema de facturación, las máquinas de seguridad o las puertas de embarque. Nos han dicho que la prueba no es integral si los pasajeros no entran al avión. ¿Hace falta eso? Nosotros creemos que no.
-Entonces, son pruebas parciales, concadenadas...
Son pruebas básicas en las que el personal se entrena y se asegura que el check-in, por ejemplo, tarde máximo tres minutos por pasajero. Eso es lo importante: la autofacturación, los mostradores, tarjeta de embarque, migraciones. ¿Por qué? Son las zonas donde se produce el estrés de salida.
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-Y, ¿que podría decir sobre la gestión del vuelo? El proceso de recepción de equipaje, por ejemplo.
Es un proceso desligado, pero sí lo ensayamos. Usamos maletas cargadas, con trapos, botellas, etc. Es un esfuerzo por hacerlo lo más parecido a lo real.
-Al final, ¿se harán pruebas con pasajeros subiendo a los aviones o ya no?
Sé que hubo una reunión para determinalo porque hoy (ayer) se hará una prueba nocturna con cuatro aeronaves. Es un asunto de seguridad, pero ya confirmaron que no tiene utilidad subir a los pasajeros.
-¿Lo que quiere decir es que, como los pasajeros ya suben a los aviones en el terminal actual, no se trata de un proceso nuevo que deba probarse en este terminal renovado?
El avión es el mismo que está del otro lado, los pasajeros aquí nos dan feedback sobre la señalética y todo lo que van encontrando a su paso. Son ojos frescos que llegan a una infraestructura nueva. Eso es importante.
-Tenemos entendido que lo que sí se observó en el periodo de pruebas fue la detección de equipaje perdido.
Esos comentarios llegan de los handlers. Lo que pasa es que algunas maletas se retiran manualmente y se olvidan de registrarlas de nuevo. Lo que sí hubo fueron atascos.
-¿Cómo es eso posible?
El sistema tiene muchas pendientes. Las maletas entran el tercer nivel y salen 12 metros abajo. El que tenemos hoy día en el Jorge Chávez es totalmente plano. No es un problema del sistema, es la gente.
-¿Qué la coloca mal?
Claro, eso es trabajo del que hace la facturación.
-Nos comentaron que expertos de OACI están supervisando el desarrollo de la obra, ¿se han reunido con ellos? ¿Les han hecho observaciones?
Son expertos internacionales que se rigen por la misma reglamentación que nosotros aplicamos. No hemos tenido ninguna reunión con ellos, pero los hemos visto en las pruebas. No esperamos observaciones.
-¿Ratifican entonces que, bajo las condiciones actuales, no hay motivos para posponer una vez más la apertura del nuevo terminal?
Cualquier riesgo tiene que ser medible y tiene que ser aceptable. Entonces, en las condiciones que estamos hoy en día, nosotros creemos, desde hace semanas, que todo lo crítico para la seguridad de las personas y seguridad de la normativa aeronáutica ya se ha cubierto.
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Aerolíneas aún no tienen su licencia para operar en nuevo terminal
A Ocampo, Gestión también le consultó si las aerolíneas y entidades públicas ya cuentan con sus licencias de operación habilitadas para ocupar espacios dentro del nuevo terminal del AIJCH.
Al respecto, el ejecutivo reveló, sin decir nombres, que algunas empresas aéreas aún no tienen estos permisos.
“Estoy seguro que hay aerolíneas aún sin licencia. Nosotros entregamos los espacios desde junio del año pasado. Algunas aerolíneas quisieron hacer obras para colocar su marketing. Han trabajado desde entonces. Las últimas aerolíneas ingresaron a inicios de este año. Son privados que deben hacer su tarea”, aseguró.
Del lado público, el ejecutivo de LAP comentó que todas las entidades críticas, como Migraciones o la Policía ya tienen estas habilitaciones.
Sin embargo, sí hizo un comentario sobre Ositran. De acuerdo a Ocampo, el regulador, que ha sido el más crítico con las obras, recién ha ingresado hace dos semanas al espacio habilitado que tiene en el nuevo aeropuerto.
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Licenciado en Comunicaciones con especialidad en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde escribió en el portal Somos Periodismo y la revista Impresión. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Desde 2020 cubre temas económicos, políticos y sociales.
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