
A punto de cumplir dos años de vida, hay igual cantidad de hechos que se han repetido en la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN): han ejecutado con rapidez sus recursos asignados para obras, pero han tenido que solicitarle al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) más dinero para cumplir con sus obligaciones. En 2024 esto se resolvió rápidamente, pero en 2025 el asunto sigue latente.
Luego de esperar meses, en los que la ANIN tuvo que paralizar 19 obras en total, el MEF les entregó parte de lo que requerían este año. Pronto, se autorizaría una transferencia extra. Pero, según pudo confirmar Gestión, estos alivios financieros no solucionarían el problema de fondo, por ahora.
La propia entidad reconoce que, por limitaciones presupuestales, la situación de hoy podría repetirse hasta el 2031. Para salir de este lío, ya han propuesto dos salidas al MEF.
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¿Bomba de tiempo fiscal?
Estos son son las defensas ribereñas del Río Cañete; Río Lacramarca; Río Huarmey; Río Casma; Quebradas San Carlos y San Idelfonso; Quebrada Cansas; Río Motupe, las mismas que se encontraban suspendidas y en algunos casos solo se venían ejecutando algunas partidas de protección de las estructuras y puntos críticos.
La ANIN precisó a Gestión que a la fecha persisten 11 proyectos paralizados, para los que necesitan S/ 700 millones más. Los 8 reactivados, más estos 11 aún suspendidos, forman parte de un paquete total de 194 proyectos que la institución “heredó” de la extinta Autoridad Para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), y que también esperan financiamiento.
Desde el MEF confirmaron a este diario, a través de su área de prensa, que se espera publicar un nuevo decreto supremo antes que finalice el año para darle más dinero. Si bien no precisaron el monto, la expectativa de la propia ANIN es que complete lo que inicialmente el MEF, en la anterior gestión, les prometió: unos S/ 1,000 millones.

Sin embargo, este nuevo alivio financiero del ministerio no atacaría el problema de fondo. La ANIN ha reconocido a este diario que, para ejecutar y culminar toda la cartera heredada de la ARCC, estiman que necesitarán S/ 26.7 mil millones hasta el 2031.
Frente a ello, de momento la autoridad ha acogido la recomendación de la ministra Denisse Miralles. En entrevista con Gestión, la titular del MEF aseguró que le había indicado desde inicios de año, cuando era viceministra de Economía, no agravar este panorama.
“Le dijimos al jefe de la ANIN (Hernán Yaipén) que no podía seguir impulsando proyectos sin tener recursos. Se lo dijimos no solo por la ANIN, sino para no dejar proyectos truncos y romper la cadena de pagos”, sostuvo Miralles.
Así las cosas, por ahora la Alta Dirección de la ANIN ha dispuesto que no se inicie ningún proyecto nuevo de la cartera recibida de la ARCC, priorizando solo las de continuidad y que cuenten con recursos disponibles, para lo cual se viene realizando evaluaciones permanentes para determinar su programación.
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ANIN propone alternativas al MEF
Mientras esperan el nuevo D.S., la ANIN está buscando salidas a esta situación que se repetiría por los próximos 6 años si solo dependen del presupuesto público.
De acuerdo con la entidad, han planteado dos posibles soluciones al MEF, que están pendientes de análisis.
“Se ha propuesto la creación de un fondo especial que financie la ejecución de dichos proyectos, para lo cual se ha solicitado al MEF instalar una mesa técnica para evaluar toda la cartera de proyectos que fueron priorizados en el Plan de Reconstrucción por el fenómeno de El Niño del 2017″, indicó la ANIN.
A espera de respuesta, Aldo Reggiardo, socio de Cuatrecasas y experto en proyectos, consideró que la propuesta del fondo para la ANIN es interesante, pero recordó que ideas similares en el pasado no funcionaron.
El experto aludió al fondo de titulización, que impulsó el exministro del MEF, Alex Contreras, para financiar obras como las Líneas 3 y 4 del Metro de Lima y Callao. Si ese proyecto, que fracasó a pesar de plantear un “repago” a partir de los flujos que generarían los pasajes de los trenes falló, Reggiardo dudó de cómo la ANIN lograría establecerlo con obras como defensas ribereñas.

“Es una manera inteligente de pasar la deuda del patrimonio del Estado, por llamarlo de una forma, a uno autónomo. Ahora, para financiar obra pública que no genere ingresos tangibles para repagar la emisión de bonos internacionales con ese fideicomiso, no queda claro para reconstrucción con cambios”, manifestó.
A Reggiardo también le pareció prudente que la ANIN haya acogido la recomendación de la ministra Miralles de no seguir iniciando obras heredadas de la ARCC cuando no puede financiar las que ya tiene en curso. De igual manera, remarcó que es una buena oportunidad para sincerar, en diálogo conjunto con el MEF, la extensión de esa cartera de 194 proyectos.
“La eterna discusión es por qué los funcionarios suelen ver los proyectos como compartimientos estancos. Podrían empaquetar algunas y licitarla así su operación y mantenimiento. Eso les daría otro nivel de interés”, propuso.
“En dichos casos los gores asumen el compromiso de financiar todas las obras, realizando transferencias a la ANIN de acuerdo a sus cronogramas”, explicaron.
La institución aseguró que esta cartera avanza sin problemas. Los más avanzados son la son la carretera Yungay – Yanama (Áncash) e “IREN SUR” (Arequipa). El pasado jueves, además, la ANIN firmó contrato con Sinohydro, empresa china, para modernizar el Hospital La Caleta de Chimbote, que también forma parte de esta cartera.
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G2G afecta imagen de ANIN
Cuando la ANIN comunicó públicamente que paralizaría las obras que heredó de la ARCC por falta de recursos, gremios de la construcción alertaron de que su situación dañaría la inversión en obras general dentro de Perú, incluyendo la de participación privada.
Consultados por esta apreciación, la propia entidad señaló que fue transparente en informar de su delicada situación.
“Entendemos la preocupación del sector privado (...) Se comunicó oportunamente a los contratistas de la situación financiera para que, de manera conjunta, podamos encontrar salidas conforme al espíritu colaborativo de los contratos NEC”, detallaron.
Los NEC son las típicas guías contractuales que se usan en los esquemas de Gobierno a Gobierno (G2G), que se han usado para cerrar los proyectos heredados de la ARCC, refirió Reggiardo.
“Hay que comprender que el G2G no es la panacea. Básicamente implica que, a través de un Project Manager Operator (PMO), se gestione un proyecto. Pero finalmente el riesgo en la ejecución de la obra sigue siendo del Estado peruano porque pone los recursos”, agregó el experto.

Periodista económico con más de 5 años de experiencia en el rubro. Licenciado en Comunicaciones por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Antes fui parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Cubro temas vinculados a proyectos de inversión público y privada en más de una modalidad y hago seguimiento a diversos sectores económicos.








