
En medio de la pausa de 90 días de los aranceles de Estados Unidos, las tarifas de transporte de carga marítima se encuentran volátiles ¿La razón? Hay incertidumbre, pero algunos comerciantes están aprovechando para embarcar más mercancías antes de un nuevo cambio en la política comercial.
Durante la segunda semana de abril, el índice mundial de contenedores (WCI) de la consultora Dewry aumento de 3% a US$ 2,265 por contenedor de 40 pies, rompiendo la tendencia a la baja que venía registrándose desde inicios del año debido a los aranceles y la reducción de la capacidad en las navieras.
Aunque advertían que en las próximas semanas habría un mayor impacto en los fletes, al 17 de abril se reportó que el WCI disminuyó un 3% a US$ 2,192 y el 24 de abril el índice retrocedió otro 2% a US$ 2,157 en medio de la guerra comercial.
“A pesar de la suspensión temporal de los aranceles estadounidenses, la incertidumbre persiste, lo que ha provocado una caída en las reservas de exportación desde China y un aumento de las cancelaciones de viajes en blanco”, indicó el reporte de Dewry.

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¿Por qué la volatilidad?
El analista de estudios económicos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú), Daniel Bazán, explicó que, con el inicio de la pausa arancelaria, los importadores estaban apurando los envíos antes del 9 de julio, fecha en que finaliza la suspensión anunciada por Donald Trump.
“Con la suspensión de los 90 días, lo que se espera es que haya un fuerte aumento de la carga desde países vecinos de China, como Taiwán, Singapur, Corea, Japón, etcétera. Los importadores van a intentar mover la mayor cantidad de productos posibles antes de la fecha límite que finaliza la suspensión”, precisó a Gestión.
Aunque el fin es evitar los aranceles redirigiendo la carga desde estos destinos alternativos, esta reconfiguración también implica riesgos logísticos. A nivel global, se advertía que podía generar una escasez de contenedores vacíos para los envíos, sobre todo porque no se planificó una reposición de stocks.
La sobredemanda también podría generar cuellos de botella en puertos intermedios, especialmente en los que operan como hubs de transbordo. En el Perú, la situación podría agravar el congestionamiento en el puerto del Callao, que viene afectado desde fines del 2024.
“Dado el desvío de carga a países alternativos vecinos de China, puede haber mayor congestión en hubs como Panamá, Cartagena (Colombia), Manzanillo (México) y el propio Callao. En Perú ya enfrentamos congestionamiento portuario desde noviembre o diciembre del año pasado, algo que se mantiene y que probablemente continúe durante todo el 2025”, sostuvo.
Sin embargo, tras las expectativas del alza, las navieras han comenzado a reducir salidas para ajustar la capacidad disponible.
De acuerdo con la consultora Drewry, se espera un aumento en la cancelación de viajes en las próximas semanas, principalmente en la ruta Transpacífica en dirección este. Si esto aumenta, indican, se provocarían interrupciones operativas.
“Las cancelaciones de reservas siguen en aumento, y algunos buques podrían salir de China con un espacio vacío considerable hasta mayo. La incertidumbre en torno a los aranceles entre Estados Unidos y China ha obligado a los propietarios de carga a luchar por compensar el aumento de los costos, lo que ha llevado a muchos a cancelar envíos o detener la carga en el punto de origen”, reportaron.
En tan solo tres semanas, reportan, las cancelaciones de la ruta Transpacífica en dirección este aumentaron drásticamente, de 22 a 65 entre las semanas 16 y 19.
“Los transportistas y cargadores siguen adoptando una estrategia cautelosa y a corto plazo, lo que retrasa las decisiones a largo plazo. Algunos están explorando centros de abastecimiento alternativos en el Sudeste Asiático, aunque la escasez de equipos y las limitaciones de capacidad siguen siendo desafíos clave. Mucho dependerá de la dirección que tomen las negociaciones arancelaria”, añadieron.
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¿Cómo impacta a exportadores e importadores en Perú?
Para el presidente de la Comisión de Asuntos Marítimos, Portuarios y Aduaneros de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), Alberto Ego Aguirre, ya se están observando retrasos en los envíos e incertidumbre logística.
Actualmente se reportan desajustes en los itinerarios de embarques y las demoras en las entregas de mercancías afectando tanto a exportadores e importadores peruanos.
Por ahora, indicó que se espera que estos desórdenes de las navieras en las fechas de embarque y entrega tomen algunos meses en reacomodarse.
En el lado de las importaciones, Ego Aguirre apuntó que los proveedores están teniendo problemas para cumplir con los embarques, lo que obliga a las empresas a provisionarse con mayores volúmenes de stock para evitar quiebres. Esto implica un mayor impacto financiero.
“No es lo mismo tener 20 toneladas en reserva a 40, 60 u 80 toneladas por estos desajustes”, añadió.
Esta acumulación de inventario, que implica mayores gastos en almacenamiento y capital inmovilizado, eventualmente podría trasladarse al consumidor final.
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¿Qué esperar después del 9 de julio?
Aunque inicialmente los precios de transporte de carga subieron, Drewry indica que se esperaría un próximo nuevo ajuste a la baja, dependiendo de la evolución del conflicto comercial.
Bazán de ComexPerú precisó que, si se mantienen los aranceles, se espera una caída drástica en el comercio entre Estados Unidos y China, lo que reduciría la demanda global de transporte y presionaría los fletes a la baja en el mediano plazo.
“Considerando que hay una sobrecapacidad en el mercado y que la demanda entre los principales actores va a caer, es probable que a mediano plazo los fletes bajen o se mantengan estables”, sostuvo.
Por el momento, no hay estimaciones que indiquen a cuánto podrían caer los fletes en el mediano plazo, aunque apuntan a que difícilmente este año podría caer a los niveles previos a la pandemia.
Aún si los fletes logran estabilizarse pronto, el especialista recordó que los exportadores seguirían afectados pues podrían verse forzados a asumir los sobrecostos derivados de los aranceles.
Por ejemplo, comentó, en recientes negociaciones con compradores estadounidenses, se pide que los peruanos asuman el arancel del 10%.
Otro impacto, podría venir por el lado de un nuevo plan en Estados Unidos, que proponer imponer aranceles a los buques construidos o de propiedad china que lleguen a puertos estadounidenses. La medida, que comenzará a regir a mediados de octubre, se basará en el tonelaje neto o las mercancías transportadas en cada viaje y se impondrán hasta un máximo de cinco veces al año.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres, con experiencia en radio, tv y web. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.