
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que el Perú fue uno de los países latinoamericanos con peor recaudación tributaria en 2023 y, según especialistas consultados por Gestión, continuaría en ese camino.
Solo ese año los ingresos por impuestos en el Perú fueron equivalentes a un 17% del PBI, por debajo del promedio regional de 21.3% y aún más bajo que el promedio de 33.9% que registran los países que están dentro de la OCDE.
El estudio explicó que este retroceso fue uno de los más pronunciados de América Latina, solo por detrás de Chile, y estuvo asociado a conflictos sociales y condiciones climáticas desfavorables que afectaron la actividad económica.
Durante ese año, en medio de una recesión, el país estuvo especialmente perjudicado por la caída de los precios de las materias primas.
Aunque en 2024 se alcanzó una recuperación económica, eso no necesariamente implicó una significativa mejora de la recaudación. Según datos recopilados por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), los ingresos tributarios pasaron de S/ 150,985 millones a S/ 159,783 millones en 2024, solo 5.8% más que en el 2023.

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¿Qué limita la recaudación?
Luis Alberto Arias Minaya, ex jefe de Sunat, precisó que la baja recaudación en el Perú es un problema estructural. En los últimos años, nuestro país se encontró en el tercio inferior de América Latina, siendo superior solo a la de países como Guatemala o Panamá.
Incluso en contextos de precios altos de los metales, como este año, no se esperaría que la presión tributaria peruana alcance niveles mayores.
“La presión impositiva del gobierno central está en alrededor de 14% en promedio en los últimos 30 o 40 años. Hay momentos en que eso es mayor por efecto de precio de commodities. El 2025 debería ser algo mayor, quizás bordeando el 15% porque hay un boom de precios de los metales. Sin embargo, en circunstancias anteriores en donde ha habido boom la presión ha llegado hasta el 17%, entonces seguirá siendo baja, no habremos escalado muchos puestos en América Latina”, explicó a Gestión.
Para el tributarista Francisco Pantigoso, la baja recaudación no se atribuye únicamente a la coyuntura económica, sino a factores estructurales como la mínima cultura tributaria que se traduce en un bajo cumplimiento de las obligaciones por parte de los ciudadanos.
Pero el poco interés por formalizarse no es el único obstáculo, sino que también lo son las medidas impulsadas principalmente por el Congreso de la República lo que nos aleja cada vez más de estar entre los países latinoamericanos que más recaudan.
“Creo que seguimos bajos en recaudación (...) Vemos beneficios populistas o para ciertos grupos quizás, pero no hay un informe técnico. La norma séptima del código tributario te obliga que cualquier beneficio tenga que tener sustento del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para que sea aplicable y que tengan máximo 3 años, pero eso no se cumple en absoluto”, sostuvo.
Los especialistas apuntan que ejemplos recientes de estos proyectos que afectan la recaudación tributaria son la Ley General de Turismo, que otorga un 0% de renta por los primeros años de las nuevas empresas; la ley de zonas económicas especiales, las cuales podrán operar sin pagar impuesto a la renta; e incluso la reciente ley agraria, que reduciría a 15% el impuesto a la renta para empresas del agro.
Algunas de las medidas aprobadas recientemente llevaban cierto tiempo siendo debatidas, pero no son las únicas pues este tipo de proyectos siguen sumándose en las comisiones del Congreso. De hecho, un reporte de la Dirección General de Política de Ingresos Públicos del MEF estimó que este año se recibirán alrededor de 300 proyectos de ley que implican costos tributarios.
Solo en lo que va del 2025, Gestión identificó que se han presentado casi 20 proyectos de ley que plantean beneficios o facilidades tributarias, e incluso varias implican reducciones de impuestos.
De acuerdo con lo observado en el portal web del Poder Legislativo, hay en comisiones iniciativas que plantean la reducción del IGV al 17% como política de reactivación, facilidades para micro y pequeñas empresas que inicien operaciones, así como exoneraciones a zonas turísticas, parques nacionales y sectores como minería, ganadería y turismo.
También destacan propuestas de creación de nuevas zonas francas y regímenes especiales en regiones como Loreto y Cajamarca.
¿Funcionaron los anteriores beneficios?
Para Arias, estos proyectos son “bombas de tiempo” para el próximo gobierno y la recaudación que podrían percibir. De hecho, advirtió que en las últimas décadas se ha visto que estas medidas solo reducen los ingresos sin generar beneficios comprobados.
“La teoría -no de ahora, sino de hace 20 a 40 años- demuestra que las exoneraciones no alcanzan a cumplir con el objetivo de atraer inversión o incrementar el empleo. (…) No hay evidencia de que las exoneraciones sean positivas. Por el contrario, son absolutamente negativas para las finanzas públicas”, afirmó.
El experto recordó que un análisis de la Sunat estimó que solo el año pasado la pérdida de ingresos por estos beneficios ascendía a S/ 24,000 millones anuales.
Pantigoso coincidió en que medidas establecidas hace unos años como las rebajas de impuestos en sectores como restaurantes y hoteles no han generado una reducción real de precios ni un aumento significativo del consumo, “no han dado los efectos que se han querido”.
¿Qué reformas debería plantear el próximo gobierno?
Teniendo en cuenta que dentro de pocos meses iniciaremos un periodo electoral, los especialistas destacaron que será necesario plantearse reformas estructurales en el ámbito tributario.
Arias planteó una reforma constitucional que impida al Congreso otorgar beneficios tributarios de manera unilateral, así como fortalecer a la Sunat, dándole la autonomía institucional y meritocrática que perdió en los últimos años. Sin embargo, el principales reto es político.
“Las reformas tributarias deben ser impulsadas por el Poder Ejecutivo y aprobadas por el Congreso. Hoy día el poder ha pasado del Ejecutivo al Congreso, el Ejecutivo es débil y el Congresos está fragmentado. Entonces, primero van a haber restricciones políticas importantes para aprobar reformas tributarias en el próximo Congreso”, señaló.
En tanto, Pantigoso resaltó la necesidad de simplificar los regímenes tributarios pues otro gran problema es la dispersión de beneficios y regímenes que generan elusión y “enanismo empresarial”.
“Tenemos cuatro regímenes que conviven, y deberíamos simplificar las cosas si queremos una mayor recaudación. El nuevo RUS debería estar unido al régimen especial y al MYPE, a ser un régimen para el emprendedor, un régimen sencillo, y que se queden las grandes empresas con su régimen general”, refirió.
Otra idea, indicó, es revisar las reglas del IGV pues consideró que esta debería surgir con el cobro efectivo de la factura, y no con la simple facturación.
Además, también planteó reestructurar el sistema de multas, determinándolas de acuerdo al tamaño de la empresa y no solo por el régimen al que pertenecen pues pueden ahuyentar la formalización.


Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.