
La Cámara de Comercio de Cusco reiteró su llamado urgente al Gobierno para declarar en emergencia la gestión de Machu Picchu, en medio de crecientes críticas por la venta presencial de boletos que, según denuncian, está generando desorden, insatisfacción en los visitantes y pérdidas económicas para el sector turismo.
José Fernando Santoyo Vargas, presidente del gremio empresarial, afirmó que la decisión del Estado de distribuir mil boletos diarios de forma presencial en la localidad está provocando largas colas, falsas expectativas y hasta la manipulación de entradas por presuntas mafias.
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“Tenemos decisiones políticas populistas: se entrega mil boletos para la venta en Machu Picchu, lo cual condiciona la experiencia y la fluidez en la operación turística”, dijo en RPP.
El dirigente señaló que esta medida ha deteriorado significativamente la experiencia del visitante en comparación con años anteriores, cuando la venta virtual permitía un acceso más ordenado y programado a la ciudadela.
“En 2019 no había colas y había mayores niveles de satisfacción. Toda la venta era virtual y se ingresaba por horarios”, recordó.
Además, criticó que los recientes acuerdos entre el Ministerio de Cultura (Mincul) y la Unidad de Gestión de Machu Picchu (UGM) solo ofrecen “paliativos” y no abordan los problemas estructurales.
“Lo que está pasando simplemente es extender la agonía de un atractivo turístico mundial que hoy genera cada vez más insatisfacción”, afirmó.
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Agencias de turismo también se pronuncian
A las críticas se sumó Elena González, presidenta de la Asociación de Agencias de Viajes y Turismo de Cusco, quien calificó la gestión del Ministerio de Cultura como “obsoleta” y excluyente. Según dijo, el ministerio ha venido tomando decisiones de manera unilateral, sin escuchar a los sectores académicos ni empresariales.
“Para una mayor conservación del patrimonio cultural tiene que haber participación de otros sectores. Lo que estamos viendo ahora es todo lo contrario”, sostuvo González.
La representante gremial alertó además que la caída en la venta formal de boletos presenciales está generando un perjuicio económico estimado en S/ 2.2 millones, afectando a operadores turísticos, hoteles, restaurantes y comunidades locales que dependen del flujo constante de visitantes.