
La industria automotriz global registraría cambios significativos durante los siguientes meses producto de la imposición de aranceles de 25% que EE.UU. aplicó a los vehículos importados.
En este negocio, China se ha convertido en el principal exportador de vehículos luego de multiplicar por más de cinco sus envíos al mundo: de 1.2 millones de unidades en 2019 a 6.4 millones en 2024.
Frente a los desvíos en los flujos comerciales en búsqueda de nuevos mercados, el recientemente inaugurado Puerto de Chancay podría representar una oportunidad clave para el Perú.
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Patrones de consumo: vehículos en Perú
El mercado automotriz en el Perú se ha ajustado durante los últimos años, migrando hacia vehículos de mayores dimensiones. Durante la última década, la venta de camionetas creció en 59%, mientras que la de los automóviles cayeron en 69%.
Entre las camionetas, la mayor demanda se concentró en el segmento de las SUV. Así, al cierre del 2024 uno de cada dos vehículos nuevos adquiridos en el Perú es una SUV.

Este cambio ha sido posible, en gran medida, ante el mayor ingreso al Perú de marcas provenientes de China, tanto en vehículos livianos como pesados.
Así, entre 2019 y 2024, la participación de mercado de las marcas de origen chino casi se duplicó al pasar de 13% a 25%, ubicándose solo por detrás de las marcas provenientes de Japón y Corea, que vieron reducida su dominancia.
Más aún, si se considerase el puerto de origen (en lugar de la procedencia de la marca), la participación de China se acercaría al 35%.

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Financiamiento y cambiar el parque vehicular en Perú
Pese a la mayor competencia, el número de vehículos nuevos vendidos anualmente durante la última década se ha mantenido relativamente constante entre 160 mil y 170 mil unidades cada año.
Así, con 5 autos nuevos vendidos por cada mil habitantes en 2024, el Perú se encuentra muy por debajo de otros países de la región como Chile (16), Brasil (12) y México (12), según el Banco Mundial.
Cambiar ello resulta clave ante la antigüedad del parque vehicular: cerca del 30% y 50% de los vehículos de transporte de pasajeros y de carga, respectivamente, tiene una antigüedad superior a 10 años.
Uno de los principales factores detrás de este estancamiento está vinculado al bajo acceso a financiamiento. Por ejemplo, al cierre de 2023, según Pandero, solo el 31% de los vehículos livianos fue comprado a través de financiamiento.
Ello contrasta con similares cifras en Chile y México, en el que este porcentaje ascendió a alrededor de 80%, según BBVA Research. En este sentido, la reciente implementación del Sistema Informativo de Garantía Mobiliaria en el Perú facilitaría el acceso al financiamiento vehicular.
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Energía más limpia
Más allá de la coyuntura internacional, el sector automotriz en el Perú enfrenta el reto de continuar impulsando el uso de combustibles y tecnologías menos contaminantes.
En 2024, se vendieron más de 6,600 vehículos eléctricos en el país, según AAP. A pesar de que esta cifra ha crecido 18 veces desde el 2019, la venta de autos eléctricos apenas representa el 4% de las ventas totales.

Asimismo, entre 2022 y 2024, se adaptaron más de 118 mil vehículos a GNV. Si bien ello equivale a la suma de lo convertido en los ocho años previos, apenas representa el 3.5% del parque vehicular nacional.
En ese sentido, una de las principales barreras para la adopción de vehículos con baja emisión está en la infraestructura. Por ejemplo, según la AAP, en el país solo existen 40 puntos públicos de recarga de vehículos eléctricos, y apenas ocho son de carga rápida.
Asimismo, continuar con la masificación del uso de gas vehicular requiere de asegurar su mayor disponibilidad fuera de Lima; sin embargo, más del 85% de las 341 estaciones de GNV se ubican en la capital.
Aprovechar las oportunidades frente a los potenciales ajustes en los flujos de comercio internacional y hacer uso de nuevas tecnologías sostenibles requiere seguir avanzando en la inclusión financiera y el desarrollo de infraestructura.
Para ello, más que incentivos tributarios, resulta clave la implementación de reformas que promuevan la competitividad, atraigan inversión privada y aseguren una adecuada provisión de servicios públicos.