
Mientras el mundo observa con preocupación el avance de las tensiones en Medio Oriente y la reciente intervención de Estados Unidos al conflicto, ya se advierten efectos económicos, principalmente, en el precio del petróleo, pero no sería la única materia prima que se vería impactada.
Una reciente alerta está relacionada al gas natural y a los fertilizantes que se producen con ese insumo. Según el Comité de Agricultura (COAG) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Irán cerró siete de sus plantas de amoniaco y urea, mientras que Egipto ha parado su producción por el corte de gas israelí, lo que implica que el 40% de la urea mundial está “fuera de juego”.
Asimismo, en medio de estas tensiones entre Irán e Israel, y el riesgo de cierre del estrecho de Ormuz, un informe del Financial Times advierte que ya se está elevando en 20% los precios del gas natural en Europa, lo que a su vez encarece insumos petroquímicos de fertilizantes, ¿podría afectar al Perú?
Lo cierto es que, pese a tener materias primas, el Perú no es un gran productor de fertilizantes. De hecho, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), estima que el país importa más del 80% de los fertilizantes que se utilizan en el sector agrícola.
Esta dependencia ha continuado creciendo. Solo el año pasado, de acuerdo con datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), las importaciones de fertilizantes por parte de Perú aumentaron en 42.2%.
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Los principales fertilizantes que importa el Perú son la urea, el fosfato diamónico y el nitrato de amonio. Para estos insumos, algunos de los principales países que le venden a Perú son Rusia, China y Estados Unidos.
Aunque no hayan datos que indiquen que Perú compra directamente a la zona del conflicto, si continúa la restricción en la producción y/ o transporte se podría ver un impacto en el mercado global de fertilizantes, precisó Rafael Zacnich, gerente de Estudios Económicos de la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (ComexPerú).
“Que se esté restringiendo la producción que se mueve desde esa zona naturalmente va a generar alzas en los precios fertilizantes, no habría mayor oferta para satisfacer a la demanda global. Teniendo en cuenta que son un insumo clave para la agricultura, tendríamos mayores costos para los agricultores y eso desencadenaría un aumento de precio de los alimentos”, explicó a Gestión.
Por ahora, un estudio de la firma global de investigación de mercado Argus indica que los precios de la urea abrieron la semana pasada altos en la mayoría de los mercados. Solo en Estados Unidos, los precios de la urea subieron unos US$ 15, fluctuando entre US$ 415 y US$ 430 por tonelada.
Esta no sería la primera vez que un conflicto internacional impacta en la producción peruana. Alonso Macedo, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE), recordó el impacto que generó la guerra entre Rusia y Ucrania en el 2022.
“Rusia proveía de gas que servía para generar energía para industrias. Al final también hubo una crisis energética, subieron mucho los precios de energía y eso hizo que aumentaran los precios de todo porque afecta a las industrias, como la de fertilizantes y eso nos pegó a nosotros. Hubo una escasez muy fuerte de fertilizantes entre 2022 y 2023”, comentó.
El impacto no ocurre de forma inmediata en los precios a los consumidores. Por ejemplo, aunque ese conflicto inició en febrero del 2022, el alza de precios de la urea habrían comenzado a sentirse con mayor fuerza en el último trimestre de ese año.
“Los commodities reaccionan de inmediato, pero hasta que se renuevan los contratos y se compra a ese precio actualizado, pasa un tiempo en que se trasladan los precios a los insumos y a la mesa de las familias”, señaló.
En tanto, Zacnich de ComexPerú consideró que la magnitud del impacto en los bolsillos de los consumidores dependerá en gran medida de la duración del conflicto entre Irán e Israel y en cómo se desarrolle la intervención de otros países como Estados Unidos.
Si la inactividad en la producción se prolonga por semanas o meses, se podría generar un pánico que dispararía los precios del saco de urea.
Cabe mencionar que, en el 2023, la Cámara Peruana de Fertilizantes Orgánicos (Capefo) estimaba que el costo de los fertilizantes representaban cerca de un 35% de los gastos que realizaba un agricultor para sus cultivos. Con la mayoría de la agricultura en Perú siendo informal, son los pequeños agricultores los más vulnerables al alza de precios.
De hecho con este golpe, al que se sumaron fenómenos climáticos que afectaron las siembras, la producción agrícola llegó a caer un promedio de 4.08% en el 2023, su peor resultado desde 1992.
En tanto, en los primeros meses de ese año la inflación se disparó. El representante de ComexPerú precisó que con la mayor cotización de la urea -que aumentó en alrededor de 50%- y la menor oferta empujaron los precios de los alimentos por encima del 15%.
Pese a que ya se tuvo esta experiencia, el Perú no ha avanzado en medidas concretas para mitigar futuros shocks externos de esta naturaleza.
“Estos tipos de shocks externos son bastante cíclicos, pero lamentablemente acá en el Perú pareciera que no se toma eso con urgencia o como experiencia para mitigar lo que próximamente va a pasar. No se ha avanzado nada al respecto”, dijo.
Zacnich recordó que proyectos como la planta de urea en Bayóvar (Moquegua) quedaron “en nada”, sin materializarse, especialmente por problemas con el planteamiento.
Además, por el lado del petróleo, recordó que la inversión en exploración y explotación siendo mínima, apenas superando los US$ 300 millones, lo que impide al país ser menos dependiente de las importaciones y, por ende, más vulnerable ante conflictos globales.
Los otros productos que podrían verse impactados
El economista del IPE enfatizó que en un mundo tan interconectado, las guerras terminan dificultando y obstaculizando las cadenas de suministro, lo que afecta directamente el comercio global.
En ese sentido, precisó que el Perú está principalmente expuesto a los impactos que puedan haber en insumos relacionados a alimentación y energía.
Una nueva alza del precio del petróleo -que hasta el cierre de la edición se venía moderando- podría tener impacto no solo en los combustibles, sino que estos costos de transporte también implican mayor costo de energía para las industrias.
También, recordó, importamos commodities internacionales como el trigo o el maíz que se producen poco en el país.
“Estos alimentos usualmente no van directamente al consumo de las familias, van a la industria e impactan en la alimentación de los animales. En el caso del trigo, por ejemplo, en la harina, que va en cualquier industria de pastelería y pan. Por eso hemos visto también cuando pasó la guerra Rusia y Ucrania se vieron grandes movimientos en los insumos que al final afectó los precios a los consumidores”, añadió.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.