
Las proyecciones oficiales del Perú -que se publicaron en abril- muestran que su economía crecería 3.5% este año. Sin embargo, recientemente el primer ministro, Eduardo Arana, incluso tenía una expectativa de 4% para este año. Este optimismo del Gobierno peruano no parece ser compartido por los analistas.
En este caso, Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, señaló que la entidad mantuvo su proyección de 3.2% para la economía de Perú en el 2025.
“No hemos cambiado la proyección de crecimiento, que la hemos dejado en 3.2% (para este año). Lo cierto es que hay un sesgo al alza y aumentamos la (proyección de la) demanda interna (...) contrario a otros países, como Colombia, Chile, México, Brasil, el balance de riesgos de la economía peruana está sesgado al alza. Para el próximo año tenemos (un estimado) de 2.8%”, explicó Velandia.
Es más, "el Perú será el país que más crezca de la región, con excepción de Argentina”.
Crecimiento de Perú aún no es suficiente
Aun así, todavía no se ha logrado superar retos que implican cambios estructurales.
“Creo que todos estamos conscientes y coincidimos en el Perú que un 3% de crecimiento no es lo ideal, no es suficiente para cerrar brechas sociales en el país. Lo que pasa es que lograr tasas más altas de crecimiento va a implicar reformas estructurales, de las que se han hablado por muchos años”, apuntó Velandia.
En su estimación, un crecimiento entre 2.8% y 3.2% es cercano al PBI potencial de la economía y, con ello, “difícilmente el Perú va a crecer mucho más allá del 3% porque en ese nivel ya está su crecimiento potencial, sujeto a cómo está la estructura actual de la economía”.
Como ya se ha reiterado, la forma de tener mayores resultados es apostar por reformas estructurales. Velandia, por ejemplo, recordó la reforma laboral, en educación o apuntar a acelerar el cierre de la brecha de infraestructura.
Aclaró que temporalmente, de manera cíclica, es posible superar el 3%, por los “vientos de cola” que puede traer la economía mundial, el comportamiento de los precios de los commodities, “los términos de intercambio ayudan y podría generar un impulso”.
“Es más, yo me atrevería a decir que si llegamos a tener un escenario electoral promercado, en últimas podría haber un significativo aumento de la confianza empresarial que se derive en mayor crecimiento. Pero, que ese mayor crecimiento signifique un mayor incremento potencial, no necesariamente”, subrayó.
Velandia sobre lnflación. “El comportamiento de la inflación en Perú es envidiable. Dicho eso, hay que reconocer que esto pasa también por el hecho de que por un buen tiempo, después de la pandemia, el Perú creció muy por debajo de su potencial, lo que implicó tener pocas presiones de demanda sobre la inflación. Asimismo, el Perú ha podido superar los choques externos y, al mismo tiempo, la gran estabilidad del dólar ayuda mucho en el tema de la inflación”.
Demanda interna en el Perú en su mejor momento
Se debe reconocer que elevó de 3.7% a 4.3% el estimado de demanda interna (su mayor ritmo en 12 años, excluyendo el rebote post pandemia).

“Ajustamos al alza la estimación de demanda interna por factores donde el gasto público y la inversión privada explica la mayor parte”, refirió Velandia.
Cuando uno mira indicadores líderes de más corto plazo, se puede ver que la importación de bienes de capital está en máximo históricos, lo que lleva a pensar que el comportamiento de la inversión privada se mantendría dinámica en los próximos meses.
“Además, la compra-venta de inmuebles, va bien; empieza a notarse un renovado apetito por vivienda. Eso no es solo en Perú, el tema de vivienda y vehículos es un termómetro tanto de las condiciones de los consumidores y las familias, explicados en términos laborales, de tasas de interés, ingreso real. Por el otro lado, estoy convencido, (también refleja) confianza o menor incertidumbre política. En Perú es difícil decir que no hay incertidumbre, pero los empresarios y consumidores están mirando hoy con unos ojos menos pesimistas el tema político”, detalló.
Vale precisar que lo natural es que cuando hay un fuerte incremento de la demanda interna, hay un aumento importante de las importaciones. Como las importaciones “le restan al PBI”, esto explica por qué pese al ajuste importante de la demanda interna, no se movió la proyección de crecimiento de la economía en su conjunto.

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