
El avance de la economía azul, el enfoque que busca generar crecimiento a partir del uso sostenible de los recursos oceánicos, podría aportar entre 3% y 5% al PBI peruano en los próximos diez años, según estimaciones respaldadas por el Banco Mundial y la CAF. El potencial no es menor: el Perú cuenta con una de las zonas marítimas más productivas del planeta y más del 60% de su población vive en el litoral.
Hoy, las actividades primarias vinculadas al mar representan cerca del 7,6% del PBI. Para especialistas, un viraje hacia prácticas sostenibles permitiría multiplicar ese aporte. “El concepto de economía azul ha tomado una fuerza muy interesante en los últimos años, posicionándose como una estrategia clave para conectar el desarrollo económico con la sostenibilidad”, señala Marcela Ruiz, bióloga marina y CEO de Acústica Marina.
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Los ámbitos con mayor capacidad de expansión incluyen la pesca sostenible, el turismo costero, el transporte marítimo de bajo impacto, la biotecnología marina y las energías renovables oceánicas. Su desarrollo, coinciden expertos, podría dinamizar la economía y generar empleo en regiones como Piura, Lambayeque, Arequipa e Ica.
Informalidad y debilidades institucionales frenan el avance
El reto es considerable. Organismos multilaterales estiman que cerca del 84% de quienes trabajan en el sector pesquero lo hacen en condiciones informales, lo que obstaculiza la trazabilidad, la gestión de recursos y la protección laboral. A ello se suma la limitada capacidad del país para monitorear su espacio marino y la débil coordinación entre actores públicos y privados.
Aunque la CAF ha anunciado un fondo de US$ 2.500 millones para impulsar iniciativas de economía azul en la región hacia 2030, el Perú debe fortalecer sus capacidades científicas y tecnológicas si quiere aprovechar esta oportunidad. PRODUCE sostiene que una prioridad es combatir la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reportada (INDNR), considerada uno de los principales obstáculos para la sostenibilidad del sector.
Tecnología e IA para mejorar la gestión del mar
Especialistas señalan que la digitalización y el uso de herramientas basadas en inteligencia artificial pueden ayudar a reducir las brechas existentes en la gestión del ecosistema marino. En el país ya operan iniciativas que emplean instrumentos hidroacústicos y modelos algorítmicos para recopilar datos sobre aves, mamíferos y peces, generando información oceanográfica útil para la toma de decisiones públicas y privadas.
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Marcela Ruiz, bióloga marina, explica que contar con datos más precisos permite fortalecer las capacidades nacionales en monitoreo oceánico y vigilancia ambiental. También recuerda que una gestión más eficiente del mar es clave para sostener la productividad del sector en el largo plazo.







