
Los indicadores macroeconómicos de Perú han venido recuperándose, pero esto no se ha trasladado en su totalidad a los sociales, como la reducción de la pobreza y la expansión del empleo. Sumado a un contexto de alta criminalidad, Gustavo Yamada, vicerrector de Investigación de la Universidad del Pacífico (UP), observó que el Perú está en un grave riesgo de caer en un circulo vicioso, marcado por el fortalecimiento de las economías ilegales y el debilitamiento de la formal, en paralelo.
“Cada vez se reduce más la tasa de crecimiento de la economía porque más [personas] se dedican a la economía ilegal. Entonces, estamos en peligro de que la economía peruana caiga en una “venezualización” o “centroamericanización”, refirió en entrevista con Gestión.
Impacto del crimen
Durante la reciente CADE, uno de los datos que se puso sobre la mesa fue que, en términos netos, se han perdido alrededor de 200,000 empleos de jóvenes comparados frente a la prepandemia. Uno de los factores que impediría revertir este escenario y, por lo contrario, lo agravaría es la expansión de la criminalidad.
Yamada explicó que los entornos de mayor inseguridad reducen la inversión de las empresas de todos los tamaños, lo que impacta en una menor tasa de crecimiento económico y, por defecto, tímida generación de empleos.
“El problema número uno que han manifestado los empresarios es el problema de la inseguridad, tanto para las grandes, medianas y pequeñas. Esto reduce la inversión, la tasa de crecimiento de la economía y la posibilidad de generar empleo. Entonces, si no atacamos el problema para la seguridad ciudadana, crecen las oportunidades también de las economías ilegales y crecen estos puestos de trabajo ilegales donde los jóvenes cada vez se emplean más. Se vuelve un círculo vicioso”, comentó.
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Yamada observó que, precisamente, los jóvenes son el grupo más numeroso que debería estar incorporándose al mercado laboral, pero no encuentra los espacios para hacerlo. Este panorama implica serios riesgos.
“Estructuralmente, los más difíciles de colocar en el mercado laboral, por la falta de experiencia, entre otros, son los jóvenes. Estos espacios [para que los ocupen] no se ha producido, en parte, porque el mayor dinamismo que debió tener la economía peruana no ha ocurrido”, comentó.
A esto se suma otro factor estructural como son los niveles de calificaciones en este grupo de trabajadores. “Las calificaciones en el mercado laboral, tanto profesionales como técnicas, la parte de calidad, de pertinencia, lamentablemente tampoco ha ocurrido”, observó.

El experto criticó que el mercado educativo, tanto técnico y profesional, no ha estado dando la talla y muestra graves rezagos, pues las demandas laborales en el mundo evolucionan rápidamente.
Medidas urgentes
Este Gobierno tiene la posibilidad de empezar a darle vuelta a esta situación corrigiendo toda la legislación promulgada, en los últimos meses, que ha facilitado el crecimiento del crimen organizado, apuntó Yamada.
Sumado a este pendiente, Yamada señaló que debe revisarse la legislación laboral, la cual cada vez se hace “más frondosa”.
“No son cientos sino son miles de regulaciones que cada vez hacen más [complicada] la contratación de la mano de obra en vez de flexibilizarla, hacerla más sencilla, simplificarla. Así, sería más fácil contratar de manera formal y legal a la mano de obra”, comentó.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.







