
Pese a las tensiones, la economía peruana continúa recuperándose y alcanzó un crecimiento de 3.92% en el primer trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Si bien se espera que producción nacional continúe al alza, los resultados irían reduciéndose progresivamente en los próximos meses.
Durante los primeros tres meses del 2025, la economía se vio impulsada principalmente por los sectores de pesca, minería, transporte, comercio, manufactura y construcción, con un impulso en el consumo interno y la recuperación de la inversión privada.
Para el periodo de abril-junio, este dinamismo estaría siendo ligeramente menor. En el segundo trimestre, el crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) oscilaría entre 3% y 3.5%, es decir, se vería una desaceleración, de acuerdo con especialistas consultados por Gestión.
Con esto, las proyecciones del Instituto Peruano de Economía (IPE), Macroconsult, Phase Consultores y Scotiabank indican que la economía peruana crecerá entre 3.5% y 3.7% durante el promedio de esta primera mitad del año.

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¿Menor dinamismo en el segundo trimestre?
Aunque en el segundo trimestre se esperaría un ritmo similar al de los primeros tres meses del año, varios riesgos sectoriales estarían generando un crecimiento menor.
Para Paola Herrera, economista senior del IPE, la producción nacional alcanzaría un crecimiento de entre 3% y 3.5% entre abril y junio. Aunque regularmente se habla de los feriados de Semana Santa como un efecto estadístico en el PBI, por los menores días hábiles, en esta ocasión podrían haber aportado con un aumento del turismo y restaurantes.
Lo que sí impactaría en los resultados del trimestre van más asociados al sector agrícola, que reflejaría resultados negativos para abril y mayo.
“Abril y mayo son meses claves para la producción agrícola, y ahí tenemos un riesgo por las sequías del año pasado que afectaron las siembras en el norte”, advirtió.
Este posible retroceso, indicó, podría ser compensado por una primera temporada de pesca con una de las cuotas más altas de los últimos años. Esto, aporta no solo al sector de pesca, sino también al de manufactura primaria.
Pero, podrían no lograrse los niveles del año pasado. Pamela Bernabé, economista senior de Macroconsult, consideró que no se esperarían crecimientos tan elevados en la pesca, como las tasas de cerca de 300% que se vio en el 2024 debido a la recuperación.
Con esta situación, en la que también tienen en cuenta el impacto en la campaña agrícola, Macroconsult calcula un crecimiento en torno al 3.2% para el promedio de abril, junio y julio.
“Es una sensación un poco mixta, al menos en los sectores primarios, pero el crecimiento sí sería un poco más bajo que en el primer trimestre. Para el lado de sectores no primarios, vemos que el dinamismo continuaría creciendo por lo menos cerca de 3% o por encima”, sostuvo.
Dentro del sector no primario, señaló, se esperaría que la construcción, principalmente por la autoconstrucción, continúe recuperándose.
En ese sentido, también se esperarían avances en los rubros de comercio y servicios. No obstante, advierte que existe un riesgo latente: si el dinamismo de estos sectores empieza a ceder, el impacto sobre el PBI sería considerable.
“Estamos asumiendo que el dinamismo va a continuar por lo que estamos viendo los últimos meses. Pero, si este ánimo empieza a desvanecerse en los no primarios, que son los que pesan más de la mitad del PBI, este va a desacelerarse más fuerte”, explicó.
Pablo Nano Cortez, Senior Manager Estudios Económicos de Scotiabank, coincidió en que, al menos en esta primera mitad del año, habría una gradual aceleración de los sectores de comercio y servicios, al estar vinculados a la demanda interna.
Estos, precisó, se verían beneficiados por el dinamismo del consumo privado, explicado a su vez por el aumento del empleo y la mejora de los ingresos reales por la tendencia decreciente de la inflación.
Además, también señaló que el sector de construcción experimentaría una recuperación por la mayor ejecución de inversión en infraestructura -ante las mayores adjudicaciones de obras públicas vía APPs y Obras por Impuestos-, por el dinamismo del sector inmobiliario formal.
Sin embargo, indicó que la desaceleración a 3.5% que proyectan para este segundo trimestre estaría asociada a un menor ritmo de crecimiento de la minería desde mayo por “factores puntuales como la suspensión temporal de actividades de la minera productora de hierro Shougang debido a problemas logísticos de exportación”.
En tanto, Phase Consultores también advirtió que en mayo el crecimiento podría ser menor, rondando el 2%, debido a la incertidumbre política. Si el ritmo de crecimiento de mayo se encuentra por debajo del 2%, o se posiciona por debajo de este umbral, podría traducirse en un efecto negativo más duradero.

¿Elecciones 2026 ya afectan?
Tanto Herrera del IPE como Bernabé de Macroconsult coinciden en que los efectos del ruido político de cara a las Elecciones 2026 todavía no se sienten con fuerza, pero podrían empezar a impactar hacia el segundo semestre del año.
El crecimiento actual está influido por un entorno de recuperación. Una vez superado este impulso, será clave observar si se puede sostener el dinamismo en medio de la incertidumbre.
“Una vez que salgamos de este periodo de recuperación es donde vamos a ver qué tanto dinamismo mantiene la economía frente a estos choques externos, frente a la inestabilidad política interna y frente a la incertidumbre que vendrá por las elecciones, que probablemente vaya comprometiendo muchos planes de inversión, sobre todo estos que están menos consolidados hacia finales del año”, apuntó Herrera.
Para Bernabé, algunas señales de recuperación actuales podrían estar generadas, en parte, por un adelanto de inversiones previo a la incertidumbre electoral, pero esto iría debilitándose a medida que el ruido político se acerque.
La especialista no descartó la posibilidad de que este ruido se adelante, producto de tensiones en el Ejecutivo, eventuales vacancias presidenciales o cambios de gabinete, lo que podría traducirse en un segundo semestre más débil.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.