
Culminado el primer semestre del año, vale la pena revisar lo que analistas esperan para la economía de Perú en la segunda parte del 2025. Sobre todo, porque estas cifras serán clave para tener un panorama más claro de cómo llegará el país a las elecciones generales del 2026.
Pese al buen arranque que tuvo la economía nacional en los primeros meses de este año, ya se ha adelantado que registraría una desaceleración en el segundo semestre. Uno de los factores que reduciría el dinamismo del Producto Bruto Interno (PBI) en lo que resta del año es la cautela sobre la inversión privada.
De un sondeo realizado por Gestión a distintos analistas del país, se desprende que la economía alcanzará un crecimiento de entre 2.5% y 2.8% durante este segundo semestre. Aun así, las proyecciones siguen apostando por una expansión de alrededor de 3% en el año.

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Una desaceleración paulatina
Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, señaló que solo en este trimestre, es decir de julio a septiembre, se prevé un crecimiento de alrededor del 2.7%, mientras que para octubre - diciembre la proyección es de 2.3%.
Según explicó, la limitación en la expansión del PBI está relacionada a un efecto base estadístico -pues las tasas de crecimiento fueron más altas en la segunda mitad del 2024-, así como a una moderación del impulso fiscal y la falta de dinamismo sostenido en la inversión privada.
“Una fuente importante del año pasado fue la expansión fiscal. Las tasas de crecimiento del sector público van a tender a moderarse y eso va a hacer que también se tienda a crecer menos”, comentó a Gestión. Esto, indicó, impactará especialmente en sectores vinculados a la inversión, como la construcción.
Para Hugo Perea, economista jefe de BBVA Research, que tiene una proyección de 2.7% para la segunda mitad del año, la moderación en el crecimiento se observará más acentuadamente en los sectores primarios.
La desaceleración en los sectores de actividades extractivas, explicó, se debe a diversos factores, incluyendo problemas operativos en el sector minero, como los ocurridos en la minera Shougang.
“Está también el menor crecimiento del sector agropecuario y hemos visto que hay una menor extracción de anchoveta en esta temporada. Eso estaba impactando ya, en alguna medida, a la actividad en el segundo trimestre, pero pensamos que esa moderación de los sectores extractivos va a continuar en la última parte del año”, explicó.
El factor internacional también se suma a las presiones sobre el crecimiento. Daniel Velandia, economista jefe de Credicorp Capital, apuntó que, el último trimestre, eventualmente, podría recoger dos efectos que pueden moderar la dinámica: el potencial impacto negativo de las tensiones comerciales y el menor comercio internacional.
Aunque los impactos son acotados hasta ahora, se podría ver una menor expansión de la economía de los socios comerciales más importantes de Perú. De hecho, se han recortado las proyecciones de crecimiento para China y Estados Unidos.
“En ese momento, ya tendríamos más claridad de las políticas comerciales del Gobierno de Donald Trump y, por el otro lado, un eventual efecto ya del inicio del periodo electoral. Podemos tener algo de moderación o de decisiones que se postergan en términos tanto de consumo como de inversión”, precisó.

Indicadores clave en Perú: la demanda interna
Las proyecciones de Credicorp Capital indican que la demanda interna -compuesta por el consumo, la inversión privada y el gasto público- podría crecer 4.3%, su mayor nivel en 12 años al cierre del presente.

Si bien esto es clave para el crecimiento del país, Phase advierte que esta recuperación es solamente transitoria ya que deteriora la posición fiscal, generando riesgos a futuro.
“Por más que hablemos de que la demanda interna viene dinámica, no hay que olvidar que un componente fundamental es la parte pública. Eso es hasta cierto punto ilusorio porque mientras tanto se va deteriorando la posición fiscal, y eso genera riesgos al crecimiento más adelante, mientras no haya una dinámica consolidada de la inversión privada”, advirtió.
Justamente, la inversión privada, uno de los principales motores del primer semestre, podría ver una ligera pérdida de impulso.
Indicadores clave en Perú: la inversión privada y el consumo
Odar estimó que tras crecer 8.8% en el primer trimestre, la inversión privada alcanzará un crecimiento ligeramente superior al 3% en la segunda mitad del año.
Paola Herrera, economista del Instituto Peruano de Economía (IPE) -que espera que la economía se expanda entre 3% a 3.2% para el tercer trimestre-, coincidió con este menor ritmo de crecimiento de la inversión privada en los siguientes meses.
“La inversión privada seguiría expandiéndose probablemente con un menor salto que el visto en el primer trimestre, impulsado cada vez más por la inversión minera y residencial”, señaló.
Para el cuarto trimestre, en el que IPE espera que el PBI crezca entre 2.5% a 3%, se advierte que empezaríamos a ver con mayor claridad el impacto de la incertidumbre electoral sobre la inversión privada.

¿Y qué pasará con el consumo? Aunque las elecciones no generarían un impacto inmediato en el consumo privado, sí se prevé que se desaceleraría hacia fines de año dado una base más alta de comparación. Pamela Bernabé, economista de Macroconsult, estimó que este indicador alcanzaría un crecimiento de 2.7% durante la segunda mitad del año.
Si bien no se espera un efecto significativo por los recientes retiros del dinero por Compensación por Tiempo de Servicios (CTS), las condiciones del mercado laboral, los ingresos y la baja inflación respaldarían el gasto de los hogares.
“El poder adquisitivo de las personas y las condiciones financieras (por las tasas), y el entorno para el consumo ha mejorado. Vemos que hacia delante estos indicadores continuarían de la misma forma”, sostuvo.
Al impacto del ciclo electoral podría sumarse a posibles riesgos internacionales, indicó. “Si las tensiones comerciales o geopolíticas continúan intensificándose, eso podría reducir nuestra trayectoria tanto de consumo privado como de inversión”.
En ese sentido, los economistas advierten que el reto ahora está en evitar una caída abrupta en medio del próximo periodo electoral.