
El mercado de helados en el Perú atraviesa una etapa de crecimiento dinámico. Entre 2025 y 2030 se proyecta una expansión sostenida con un ritmo anual superior al 6%, impulsada por la innovación en productos, la preferencia por sabores locales y las mejoras en la cadena logística, de acuerdo con el portal de investigación de mercados StrategyHelix. En ese contexto, Saboratti, empresa familiar en la industria de heladería, describe sus estrategias para robustecer su presencia nacional, optimizar logística, diversificar ‘sabores peruanos’ y competir con marcas ya establecidas como Vane Vane y Artika.
Desde Lima, Saboratti ha extendido su red de distribución a más de 18 departamentos. Diego Carrasco, gerente comercial de la marca, dice que ya cuentan con cámaras frigoríficas en Piura y en Los Órganos (Talara-Piura), Chiclayo, Chimbote y Nueva Cajamarca (San Martín). También proyectan una cámara en Cajamarca para consolidar la dinámica de distribución regional.
“Debe estar operativa a finales de noviembre y tendrá una capacidad de almacenamiento de entre 5,000 y 6,000 cajas y permitirá distribuir hacia ciudades como Jaén, San Ignacio y otros distritos circundantes”. Carrasco señala que el terreno ya está adquirido y la obra viene ejecutándose desde hace 10 meses.
Aunque el sur del país aún no tiene cámaras propias, Saboratti opera con “puntos de acopio”: clientes que poseen equipos más modestos (alrededor de 1,000 litros) y sirven como centros secundarios de almacenamiento. En el mediano plazo, la meta es instalar cámaras en Ica o Chincha para fortalecer la presencia en la zona sur del país.

Nuevos productos con ‘sabor nacional’
El portafolio de Saboratti contempla líneas de paletas, sándwiches, bombones y helados al por mayor (granel). Dentro de las envasadas, destacan presentaciones de 220 ml, como “Para Ti”, y de 120 ml —por ejemplo Superchip (vainilla con chispas), Iglú Tricolor (vainilla, fresa, lúcuma)—. Según Carrasco, estas versiones se complementarán en 2025 con envases de 900 ml en sabores tricolor, superchip y chocolate.
Uno de los lanzamientos más recientes es Royal, un helado a base de café hecho con café molido proveniente de Moyobamba, apoyado por distribuidores locales. Carrasco recalca que el foco está en desarrollar los sabores con lo que producen las regiones en el interior del país.
“También estamos desarrollando sabores como el coco y el aguaje, muy vinculados a la selva, y una versión menta del sándwich Sanguchini para la temporada de verano 2026″, señala Carrasco.
Una apuesta distintiva de Saboratti es mantener moldes relativamente grandes: sus paletas son de 70 ml, frente a los 55 ml comunes en la competencia. Carrasco afirma que buscan conservar ese diferencial de volumen sin sacrificar sabor ni calidad, algo que según él consolida la percepción de valor frente a rivales.
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Distribuidores como eje estratégico
En Lima, la presencia de Saboratti ocurre mayoritariamente a través de distribuidores con bodegas propias. Estos distribuidores adquieren el producto al por mayor y lo revenden a bodegas más pequeñas, tiendas o puntos de venta locales. Carrasco estima que alrededor del 70 % del volumen comercializado pasa por estos canales y el 30 % restante se vende directamente en menor escala.
Adicionalmente, la marca ha estado vigente en el canal tradicional: “tricicleros y mochileros que recorren calles y distritos de la capital. Aunque aún no existe una flota masiva de reparto urbano en Lima”, señala Carrasco.
Un paso relevante será la inclusión de códigos de barras en sus productos envasados de 900 ml, lo que habilitará la entrada de Saboratti al canal cadenas de tiendas, minimarketis o supermercados:
“Tenemos una propuesta muy interesante. No quiere adelantar, pero vamos a entrar a un supermercado”, señala el gerente.
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Batalla de helados
El mercado peruano de helados está fuertemente concentrado: D’Onofrio es ampliamente identificado como líder del mercado peruano, con participación dominante. También Artika ha consolidado una posición significativa con lanzamientos constantes y presencia en regiones exteriores a Lima, en un mercado donde el consumo per cápita de helados en Perú ronda 1,8 L al año.
Carrasco señala que Saboratti busca diferenciarse a través del origen nacional, la innovación en sabores y el tamaño de sus productos, más allá de la competencia por volumen.
“Hay grandes distribuidores que trabajan con marcas como D’Onofrio o Artika, y que en algunos casos también adquieren productos de Saboratti como complemento”, sostiene el empresario.
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