
El sistema financiero peruano se ha mantenido robusto a pesar de los dos choques macroeconómicos adversos de los últimos años.
La sólida posición de solvencia inicial del sistema, las flexibilizaciones regulatorias y las medidas de política han contribuido a la estabilidad financiera, lo que evitó que se materialicen riesgos adicionales por estrés financiero o incluso por una crisis bancaria, señalan especialistas del Banco Central de Reserva (BCR).
Sin embargo, refieren, algunas entidades, de menor tamaño a nivel del sistema, deben mantener los esfuerzos para continuar fortaleciendo sus indicadores de solvencia y la viabilidad de sus funciones de intermediación financiera.
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“No hay un problema sistémico en el sistema bancario ni microfinanciero del país, incluso se ha abierto la puerta para que dos entidades se conviertan en bancos. Además, las cuatro cajas municipales más grandes tienen un nivel patrimonial superior al promedio bancario”, enfatizó Juan José Marthans, Economista del PAD, Escuela de Dirección de la Universidad de Piura.
Las entidades que continúan registrando pérdidas e indicadores débiles pueden explicarse por razones particulares, desde malas decisiones de política crediticia, hasta una inadecuada composición de la estrategia de operaciones en relación con el tamaño de la entidad, o problemas de gobernanza, comentó.
Pese a la solidez del sistema, hay problemas al interior de algunas entidades, son casos muy definidos que se podrían superar con un reacomodo patrimonial, de estrategia financiera y del modelo de gobernanza, indicó.

En el sistema bancario el indicador de capital global promedio está en 17.45% a julio, y todas las entidades exceden el límite mínimo requerido por la SBS de 10% –desde marzo de este año–. Lo mismo para las financieras que muestran un ratio de capital global promedio de 17.29% a julio.
Las cajas municipales reportan un indicador promedio de 14.08% al séptimo mes, mientras que en las cajas rurales este es de 14.27%; empero, algunas instituciones exceden dicho límite con menor holgura que las demás.
Salida ordenada
A nivel individual, las propias entidades financieras han tomado acciones para fortalecer sus ratios de solvencia a través de una mayor capitalización de utilidades, aportes de capital y la emisión de deuda subordinada.
Como resultado, la gran mayoría de entidades ha mejorado sus indicadores de solvencia.
Sin embargo, se registraron casos puntuales de problemas de solvencia en entidades, en su mayoría no bancarias, de baja escala operativa con respecto al tamaño del sistema.

Por otro lado, es importante notar que una salida ordenada de entidades en situación frágil evita posibles mayores efectos negativos, como contagios financieros, lo que resguarda el ahorro de los depositantes y refuerza la estabilidad financiera.
“Como en cualquier sector económico, hay ganadores y perdedores, hay entidades que no darán la talla cuando el mercado se desarrolla y es saludable que deban salir”, declaró Enrique Castellanos, profesor de Economía de la Universidad del Pacífico.
La labor del regulador en este proceso es intervenir para evitar que el quiebre de dichas instituciones genere problemas mayores, asegurando que los depositantes reciban sus ahorros, puntualizó.
Hay empresas de menor tamaño, incluso bancos, muy enfocados en segmentos de alto riesgo, que eventualmente requerirán una consolidación o fortalecimiento patrimonial; y es necesaria la presencia de la SBS como acompañante en esos procesos, añadió.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.