
En diciembre de 2024, el Estado peruano adjudicó a Compañía de Minas Buenaventura el proyecto polimetálico El Algarrobo (Piura), con una inversión total estimada en US$ 2,753 millones. De este monto, US$ 759 millones se destinarán a infraestructura e implementación, mientras que los US$ 1,994 millones restantes corresponden a los costos operativos proyectados para los primeros 10 años de operación. A seis meses de la adjudicación, ¿cuáles son los planes trazados para poner en marcha este proyecto?
Fredy Regalado, jefe de Relaciones Interinstitucionales y Gestión Social de la empresa, detalló que prevén iniciar la fase operativa del proyecto minero Algarrobo en el 2036. En síntesis, explicó que contemplan una operación subterránea moderna que permitirá la extracción de cobre, zinc y plata.
Así, la planta procesadora proyectada tendrá una capacidad inicial de tratamiento de 5,000 toneladas por día (tpd), con posibilidad de ampliarse hasta 15,000 tpd, dependiendo de los resultados de los estudios de factibilidad programados para los próximos años.
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En diálogo con el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), explicó que la planta y la infraestructura industrial estarán ubicadas a 13 kilómetros del centro poblado de Locuto, que pertenece al distrito de Tambogrande (Piura). Dichos componentes cumplirán con rigurosos estándares internacionales de seguridad y sostenibilidad.
¿Cuáles son las fechas para el desarrollo del proyecto El Algarrobo?
El representante de Buenaventura detalló que la etapa exploratoria del proyecto El Algarrobo se desarrollará entre el 2028 y 2032, e incluirá estudios de impacto ambiental (EIA), así como los estudios de prefactibilidad y factibilidad técnica y económica. En paralelo, dijo que la empresa avanzará en la formalización del acuerdo social con la comunidad de Locuto, con el objetivo de garantizar una convivencia armónica con el entorno.
En cambio, la construcción del proyecto se ejecutará entre 2033 y 2035, mientras que el inicio de la producción está programado para 2036. Destacó que uno de los pilares del proyecto El Algarrobo es su componente hídrico productivo, que se desarrollará entre 2025 y 2031.
Dicha fase contempla estudios hidrogeológicos, la perforación de pozos, la construcción de un reservorio con capacidad de 30,000 metros cúbicos y la implementación de proyectos agrícolas que beneficien a las comunidades locales.
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El referido componente no solo es una condición previa, sino también un eje articulador del desarrollo integral de la zona. “Tenemos el compromiso de que, en principio, haya más agua. La convivencia entre minería y agro sí es posible. Donde hay minería, actualmente hay dos, tres o hasta diez veces más agricultura de la que encontramos al llegar. Sabemos que la minería no emplea a toda la población, por eso apostamos por fortalecer otras actividades que generen productividad y rentabilidad”, afirmó.