
Desde hace 17 años, la producción de oro en Perú es sostenida por operaciones mineras como Cerro Corona (Cajamarca), de Gold Fields. Si bien dicho yacimiento viene entrando a su última etapa de explotación, la minera sudafricana mantiene su intención de prolongar su presencia en Perú, a través de proyectos de exploración propios, adquisición de prospectos y joint ventures. En esa ruta, la compañía ya se alista para perforaciones en dos proyectos y evalúa hasta tres depósitos minerales para potenciales compras. Conozca los planes inmediatos de la empresa.
Paul Gómez, vicepresidente senior y gerente general de Gold Fields Perú, confirmó que ejecutarán la anunciada inversión de US$ 15 millones en 2025 y una suma similar el próximo año para trabajos de exploración que conduzcan a encontrar un nuevo yacimiento.
En el territorio nacional, la empresa tiene tres proyectos de exploración greenfield en Cajamarca, Moquegua y Tacna; y uno de exploración brownfield, cerca de la actual mina Cerro Corona). En esas iniciativas, se encuentran en etapas iniciales o prematuras de exploración.
“Gold Fields es una empresa principalmente aurífera en todo el mundo, excepto en Perú. En Perú, es el único lugar donde procesamos, producimos cobre y oro y eso nos permite tener justamente esa misma intención al buscar nuevos yacimientos”, comentó a Gestión en Perumin 37.
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Rumbo a etapas de perforación, el ejecutivo explicó que los proyectos de exploración se encuentran en la fase de desarrollo de ficha técnica ambiental (FTA) y declaración de impacto ambiental (DIA). Asimismo, reconoció que también deberán resolver cualquier observación que los reguladores presenten.
“Normalmente, un proyecto de exploración con un permiso de FTA te permite entrar en una etapa inicial de perforación en unos meses. Definitivamente, en el 2026 tenemos planificado al menos entrar a perforar en dos de nuestros proyectos”, manifestó.
Agregó que los proyectos de exploración presentan indicios de cobre y oro, con una inclinación hacia minería de tajo abierto. Sin embargo, de hallar algún yacimiento que demande un minado subterráneo, remarcó que la matriz también posee experiencia en esa actividad.

De compras: las opciones en la mira
En la aspiración de mantener la presencia de la compañía en Perú, Gómez reiteró que tienen el mandato de apostar también por compras para continuar en una jurisdicción minera rica como el territorio nacional. En ese sentido, mencionó que ya han ido evaluando proyectos que se encajen con el portafolio actual e iniciando conversaciones.
Dentro de esas oportunidades de compra, explicó que apuntan a yacimientos de una escala similar a Cerro Corona. Sin embargo, precisó que Gold Fields no prioriza el tamaño de una operación en su portafolio, sino la eficiencia y el costo.
“Revisamos muchos proyectos, de cinco a 10, y naturalmente se va haciendo un filtro hasta que te quedan dos o tres proyectos por año para hacer los due diligence, las revisiones con un poquito más de detalle”, refirió.
En ese sentido, informó que hoy revisan entre dos y tres proyectos de cobre y oro con potencial de adquisición.
De otro lado, reconoció que los joint ventures también son una posibilidad que revisan constantemente para incorporar proyectos. Sin embargo, recordó que la apuesta por ese mecanismo responde también a la complejidad de la iniciativa.
“Los hemos tenido en Perú a nivel de proyectos antes, la hemos tenido en el mundo muy seguido también. Un proyecto puede ser muy complejo, hay un know-how muy potente en nosotros, pero reconocemos que puede haber otra compañía que sea tan potente o que tenga la propiedad o el know-how. Nuestro enfoque no está necesariamente en ser 100% dueños, sino en la eficiencia y generación de valor”, subrayó.
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La extensión de vida de Cerro Corona al 2030
Consultado por la actual operación de la mina Cerro Corona, Gómez explicó que se encuentran iniciando una etapa de “precierre”, en la cual los volúmenes de producción van a ir disminuyendo gradualmente hasta el 2030.
“En los años en los cuales Cerro Corona tenía la máxima producción, llegaron hasta más 330,000 onzas equivalentes por año. Esto progresivamente ha ido disminuyendo. Este año, por ejemplo, vamos a estar en el orden de 190,000 a 200,000 onzas equivalentes y a partir del próximo año va progresivamente ir bajando hasta 120,000 onzas equivalentes”, anotó.
En tanto, entre los meses restantes del 2025 e inicios del 2026, el ejecutivo mencionó que tienen pendiente invertir cerca de US$ 45 millones para las modificaciones aprobadas en la última modificación del Estudio de Impacto Ambiental y que permitirán seguir operando hasta el 2030.
“Ya obtuvimos los permisos constructivos, nos faltan los operativos. Necesitamos construir la infraestructura que nos permita hacer una relavera dentro del tajo, y eso es lo que nos cuesta aproximadamente US$ 45 millones. Estamos iniciando ya la construcción ahora. Entonces en estos seis meses vamos a desembolsar todo y en el segundo trimestre del próximo año vamos a empezar el proyecto de depositar relaves dentro del tajo”, finalizó.