
Lucha, la aceleradora peruana fundada en 2021, cerró un acuerdo con BID Lab, el laboratorio de innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mediante el cual recibirá un financiamiento de US$ 935,000 durante los próximos tres años. ¿En qué se invertirá este monto? En conversación con Gestión, su cofundador y CEO, Ignacio Arenas, detalló los planes que han trazado para el mediano plazo.
El ejecutivo comentó que el modelo de Lucha se basa en una estrategia dual, ya que opera una aceleradora y un fondo de inversión que se retroalimentan entre sí. “Nos hemos asociado con 12 emprendimientos de impacto y hemos invertido en 10 de ellos”, explicó. La meta es preparar a estas empresas para que puedan recibir nuevas rondas de inversión y seguir creciendo.
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El impacto alcanzado es palpable pues ha beneficiado a más de 100,000 personas, protegido más de 200 hectáreas de bosque, apoyado comunidades rurales en el norte del Perú y trabajado en la prevención del bullying en escuelas de toda Latinoamérica.
En términos financieros, explicó, que la organización ha movilizado más de US$ 4 millones hacia el ecosistema de inversión de impacto, principalmente de inversionistas peruanos que en su mayoría se estrenaban en este tipo de inversiones. “Queremos desarrollar este ecosistema para que más personas e instituciones puedan sumarse y entiendan que no solo se trata de retorno financiero, sino también de impacto social”, acotó. De ese monto, alrededor de US$ 1.7 millones han sido invertidos directamente en startups, a través del fondo y con el apoyo de inversionistas ángeles.
“El capital que invertimos proviene del Fondo Luchante, que ha logrado levantar compromisos por más de US$ 1.8 millones”, precisó Arenas. Este fondo está compuesto en su mayoría por personas naturales, ejecutivos peruanos y un family office local, que decidieron apostar por el desarrollo del ecosistema de inversión de impacto.
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Respecto al tipo de startups que apoyan, Arenas explicó que su portafolio se divide en dos grandes grupos. El primero corresponde a las llamadas access tech: startups con base tecnológica que buscan cerrar brechas de acceso a servicios esenciales como salud, educación e inclusión financiera. El segundo grupo está enfocado en soluciones para mitigar los efectos del cambio climático, principalmente a través de proyectos tecnológicos que previenen la deforestación y promueven la reforestación.
“Entre el 50% y 60% de nuestro portafolio corresponde a access tech, mientras que entre el 40% y 50% está orientado a climate tech”, detalló el CEO.

Así se usará el financiamiento del BID
Sobre el particular, el CEO de Lucha precisó que el financiamiento realizado por BID Lab tiene tres objetivos. El primero es desarrollar una academia de impacto para founders que están dando sus primeros pasos en el mundo del emprendimiento. “Sabemos que, en esa etapa inicial, lo que más necesitan es un impulso para convertir una idea en empresa, o para que un negocio recién creado pueda generar tracción”, dijo.
El compromiso es realizar seis ediciones de esta academia en los próximos tres años, llegar a más de 120 founders de impacto y lograr que al menos 75 se gradúen.
“En el mundo de impacto se habla de dos conceptos clave: outputs y outcomes. Un output es, por ejemplo, cuántas personas se graduaron de la academia. Un outcome, en cambio, es el efecto que esa graduación tuvo en sus vidas, que esos emprendedores sigan con sus negocios 12 meses después, que cuenten con una red de apoyo sólida, que hayan conseguido levantar capital de terceros. Por eso, más allá de cumplir metas numéricas, buscamos que los graduados permanezcan en el ecosistema, crezcan y puedan acceder a más oportunidades de financiamiento”, detalló.
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El segundo es escalar y potenciar la aceleradora que ofrece un acompañamiento mucho más personalizado, con cada emprendedor. Este proceso sí incluye inversión, a diferencia de la academia, que es para etapas muy tempranas. “Antes de nuestra alianza con BID Lab invertíamos en dos startups por año. Ahora hemos logrado escalar para apoyar entre cinco y diez startups en un período de tres años, duplicando la cantidad de founders y empresas con las que trabajaremos”, señaló.
Lo que se busca es, por un lado, incrementar el impacto social y ambiental de estos startups y, por otro, que alcancen un crecimiento financiero sostenible y escalable, de modo que no dependan únicamente de rondas de inversión futuras, sino que construyan modelos de negocio financieramente sólidos, precisó. En esta etapa, se tiene previsto impactar en la vida de 300,000 personas en tres años, beneficiar a 120,000 personas en situación de vulnerabilidad a través de los startups, y mitigar 65,000 toneladas de gases de efecto invernadero por los startups enfocados en cambio climático.
El tercer es el de Ecosystem Building que implica fortalecer el ecosistema de inversión de impacto para que, al término del proyecto, “quede más robusto y preparado para seguir creciendo”, apuntó.

¿Cómo avanza el desarrollo de las metas?
Arenas contó que este año ya superaron las metas iniciales pactadas con BID Lab. “Nuestra meta era sumar dos nuevos startups en 2025 y hemos sumado cinco. Incluso proyectamos cerrar el año con siete”, aclaró.
El apoyo de BID Lab no solo ha fortalecido el trabajo de la aceleradora, sino que ha generado un efecto multiplicador en el ecosistema. “Hoy tenemos más inversionistas, más organizaciones y más founders interesados en ser parte de Lucha. Eso nos impulsa a plantearnos objetivos más ambiciosos”, dijo.
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En cuanto a la ejecución de recursos, el directivo explicó que el financiamiento de US$ 935,000 se distribuye de forma progresiva, aproximadamente US$ 330,000 en el primer año, otro monto similar en el segundo y el resto en el tercero. Paralelamente, cada startup del portafolio recibe tickets de inversión de entre US$ 50,000 y US$ 150,000. “Si tomamos un promedio de US$ 100,000 y planeamos invertir en 7 u 8 startups este año, hablamos de un capital allocation de entre US$ 700,000 y US$ 880,000 por el lado del Fondo Luchante”, indicó.

Licenciada en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza con 20 años de experiencia profesional. Laboró en medios de comunicación como TV Perú y Perú21. También ejerció en gremios como la SNMPE y SNI. Desde el 2016, es parte del diario Gestión.