
La más reciente edición del estudio “1000 Peruanos Dicen” (XI Ola), elaborado por Omnicom Media Group (OMG) en junio de este año, revela importantes transformaciones en el estado de ánimo de la ciudadanía y su relación con el consumo, la economía y la política. El informe, de alcance nacional, señala una reconfiguración en los hábitos de compra: los peruanos están priorizando productos esenciales, tanto perecederos como no perecederos.
Aunque la frecuencia de las compras online se mantiene estable, los criterios de elección han evolucionado. La calidad y el precio continúan siendo determinantes, pero se observa un crecimiento en las preferencias por productos orgánicos (27%), tiendas de descuento (31%) y marcas propias de supermercados o presentaciones más pequeñas (22%).
Más allá del consumo, el estudio también destaca un cambio en las expectativas hacia las empresas. Según los hallazgos, los ciudadanos no solo demandan promociones y descuentos, sino también mensajes positivos, inspiradores y un mayor compromiso con causas sociales y medioambientales. Las marcas ya no pueden limitarse a vender: se espera de ellas coherencia, propósito y una postura clara frente a la realidad nacional.
En el plano político y social, la investigación muestra que la corrupción se ha convertido en la principal preocupación de los peruanos, superando a la inseguridad ciudadana, que lideraba el ranking en estudios anteriores. Este cambio refleja no solo una resignación frente al crimen cotidiano, sino también un profundo desencanto con la institucionalidad y la impunidad.
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Entre la desconfianza financiera y el instinto de resistencia
El estudio “1000 Peruanos Dicen”, también mostró cómo la incertidumbre económica ha generado una actitud más conservadora frente al gasto y el endeudamiento. Solo una minoría consigue ahorrar sin recurrir a sus ingresos mensuales.
Un 30% de los encuestados no cuenta con historial crediticio y, ante una emergencia, la mayoría opta por utilizar sus ahorros en lugar de solicitar un préstamo bancario. Esta tendencia revela una desconfianza persistente hacia el sistema financiero formal.
Aun en medio de este panorama adverso, la actitud general no es de rendición. La mayoría de los peruanos asegura que continuará esforzándose por alcanzar sus metas este año. Entre los principales objetivos proyectados para 2025 destacan: emprender un negocio (35%), mejorar su estilo de vida (33%) y tomar vacaciones (28%).
En contraparte, a nivel gobierno, el estudio también expone una percepción generalizada de estancamiento. El 53% de los encuestados considera que el país no avanza, mientras que solo el 19% percibe algún progreso. Las proyecciones a corto plazo tampoco son alentadoras: la mayoría cree que la situación política, la economía nacional y la empleabilidad permanecerán igual o incluso empeorarán en los próximos seis meses.
Este sentimiento de frustración alcanza también a la democracia. Apenas el 15% considera que el Perú es un país “muy democrático”, mientras que un 60% lo califica como “más o menos democrático”. La desigualdad, por su parte, se percibe con mayor fuerza en ámbitos clave como el acceso a la justicia, las oportunidades laborales y las diferencias entre clases sociales.