
La división de maquinaria pesada de Volvo Group, Volvo Construction Equipment (Volvo CE), se integró oficialmente a la operación de Volvo Perú en 2016. Antes funcionaba bajo una representación distinta, pero su incorporación directa marcó un punto de inflexión en la estrategia local del grupo sueco. En sintonía con la ambición global de que el 35% de las ventas de Volvo CE sean eléctricas al 2030, la compañía ha empezado a trazar un plan estratégico local con metas concretas al 2026. El desafío: preparar al mercado nacional para un portafolio que evoluciona aceleradamente hacia soluciones más limpias.
Raúl D’Angelo, gerente comercial de Volvo CE en Perú, detalló que las ventas aumentaron entre 7% y 8% en el primer semestre, frente al mismo periodo del año anterior, impulsadas principalmente por dos líneas clave: los cargadores frontales y las excavadoras (de orugas y de llantas). “En algunos segmentos y modelos incluso hemos alcanzado niveles de liderazgo”, indicó.
La proyección de cierre del año anticipa un crecimiento del 10%, una meta que D’Angelo califica como ambiciosa pero viable, considerando que el mercado mantendría un comportamiento similar al de 2024, año que elevó significativamente la base comparativa. No obstante, advierte que existe margen para un mayor impulso si se activan grandes proyectos como Tía María, Zafranal o las obras de reconstrucción en el norte del país. “Si varios de estos frentes se movilizan en simultáneo, podríamos ver una mayor dinámica en la demanda”, apuntó.
Uno de los principales impulsores del desempeño de Volvo CE en Perú es el sector minero, que representa más del 40% de sus ventas locales. Aunque el core de sus equipos está orientado a la construcción, su participación en obras de infraestructura minera y tareas de mantenimiento operacional explica esta fuerte presencia en la industria. “No estamos hablando de la actividad extractiva en sí, sino de los trabajos de soporte que permiten que las operaciones sigan funcionando”, aclara D’Angelo.

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Futuro electrificado
Volvo Construction Equipment tiene la mirada puesta en la introducción de maquinaria eléctrica en el Perú. La estrategia comenzó con equipos compactos a modo de prueba, y hoy ya se opera en el país con maquinaria de tamaño medio, como el cargador frontal L120 eléctrico, equipado con cuchara de 3.5 m3. Actualmente hay dos unidades en funcionamiento, una de ellas a más de 4,000 metros sobre el nivel del mar.
Para el segundo semestre del año, D’Angelo indicó que buscan consolidar la presencia de este modelo y explorar la llegada de variantes adicionales, tanto más grandes como más pequeñas, ampliando así la cobertura de aplicaciones (en obra). A ello se suma el próximo lanzamiento de la excavadora eléctrica, que plantea retos logísticos distintos, sobre todo en lo relacionado a la carga energética en campo y continuarán lanzando más equipos de esta línea hacia 2026. “A diferencia del cargador, que puede trasladarse a un punto de carga, la excavadora necesita soluciones de abastecimiento específicas dentro de la faena“, anotó el ejecutivo.
La visión de largo plazo es clara: hacia 2030, Volvo espera que el 30% de su producción global corresponda a maquinaria eléctrica. Este objetivo va más allá del desarrollo de los equipos e incluye una infraestructura integral de carga. “En el Perú, la adopción aún es incipiente debido a que estas máquinas operan directamente en zonas remotas, lo que obliga a los usuarios a implementar soluciones energéticas in situ. No obstante, confiamos en liderar este cambio en el sector, impulsando un ecosistema que abarque desde maquinaria pesada hasta vehículos auxiliares como pickups y volquetes eléctricos”, señaló el directivo.

En paralelo a la innovación eléctrica, D’Angelo comentó que continuarán renovando su portafolio de maquinaria a combustión. En la segunda mitad del año, migrará a la nueva serie F en su línea de excavadoras, que incorpora mejoras en eficiencia de consumo y sistemas de telemetría avanzada. “Esta tecnología, que ya empezó a llegar al país, permitirá a Volvo reforzar su competitividad de cara al 2026. En el caso de los cargadores frontales, la migración a la serie H ya se completó a fines de 2024“, señaló.
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Expansión hacia la selva
Actualmente, la división de vehículos de construcción de Volvo cuenta con 29 puntos de venta y talleres a nivel nacional. Su red de concesionarios incluye a socios comerciales como Autrisa en el sur, Manucci en el norte y ACP Automotriz Central en el centro del país, con quienes vienen ampliando su cobertura de manera constante. Un ejemplo reciente es la apertura de un nuevo local en Trujillo el año pasado.
Si bien la cobertura en la costa y la sierra —desde Cajamarca hasta Juliaca— es sólida, e incluso hay presencia directa dentro de importantes faenas mineras, el directivo reconoció que la selva peruana representa aún un espacio de crecimiento. “Ese es un punto pendiente. Llegamos hasta Pucallpa, pero más allá de eso aún hay oportunidades de mejora (para abrir nuevos locales)”, reconoce.
Asimismo, D’Angelo explicó que en el segmento de maquinaria pesada, la lógica operativa difiere de la de camiones o vehículos livianos: mientras estos últimos acuden al taller, con la maquinaria sucede lo contrario.
“Cuando una máquina presenta una falla, la intervención suele realizarse en la misma faena. Si eso no es posible, se retira únicamente el componente defectuoso para su reparación en taller. El traslado completo de la unidad se reserva solo para casos extremos, dado su alto costo operativo. Por ello, aunque la infraestructura física es importante, la clave está en tener técnicos capacitados y equipados de manera descentralizada para atender cualquier eventualidad sobre el terreno.", concluyó el representante de la sueca.

Licenciado en Comunicación de la Universidad de Lima, con especialidad de periodismo y comunicación corporativa. Actualmente redacto en la sección negocios del Diario Gestión.