
La inversión extranjera directa (IED) viene con un importante dinamismo a nivel global y en el Perú no es una excepción. En 2024, el flujo de IED alcanzó los US$ 6,886 millones, significando un incremento de más del 60% respecto al 2023. Estuvo impulsado, principalmente, por la reinversión de utilidades.
La relevancia de que aumente este sector responde a que, en los últimos años, fue un motor fundamental del crecimiento de la economía nacional, pero no solo por aportar capital y empleo, sino también por la transferencia tecnológica.
Sin embargo, también resulta importante darle seguimiento a su expansión para conocer cómo viene dándose su impacto en el país y su clasificación según sectores, tamaño, tipo, país de origen, regiones alcanzadas, entre otros.
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Las regiones “estrella”
En los últimos ocho años, aproximadamente, se registraron US$ 134,332.65 millones en inversión de capital y un total de 616 proyectos, identificó el estudio “Mapeo de proyectos de Inversión Extranjera Directa (IED) en Perú 2018-2025”, de Equilibrium BDC, por encargo de la Cámara de Empresarios, Emprendedores y Ejecutivos Venezolanos en el Exterior (CAVEX).
Cabe mencionar que las cifras, que pueden procesarse en un dashboard de acceso público, consideran proyectos anunciados, en proceso de ejecución y culminados.

Solo en 2024, valoró el estudio, se dio el anuncio de 81 nuevas iniciativas por cerca de US$ 10,000 millones, liderados por tres megaproyectos: el Anillo Vial Periférico, la planta de amoníaco verde y la expansión de Antamina, que incidieron en un renovado dinamismo en las perspectivas de inversión del país.
En esta línea, un dato que destacó del estudio es la distribución territorial de los proyectos identificados entre el 2018 y el 2025.
Así, se observó que las regiones de Cajamarca, Arequipa, Apurímac y Moquegua, en conjunto, reúnen inversiones superiores a los US$ 56,000 millones, asociadas principalmente a proyectos mineros de gran envergadura y evidenciando una orientación hacia las actividades extractivas.
Por su parte, Junín y Piura registraron flujos relevantes vinculados a energía, hidrocarburos y logística.

“Callao y Cusco mantienen niveles significativos de inversión orientada a transporte, infraestructura y turismo, mientras que regiones como Ancash, Ayacucho, La Libertad y Lambayeque presentan montos intermedios ligados a manufactura, agroindustria y servicios”, complementó el estudio.
¿A qué sectores económico apuntan estas inversiones?
Según la estructura sectorial de estos proyectos de inversión extranjera, hay una marcada concentración en actividades intensivas en capital. El reporte posicionó en el primer lugar a la minería con un total de US$ 83,257 millones, seguida por energía renovable con US$ 20,893 millones, impulsada por adquisiciones y proyectos de generación y transmisión eléctrica.
Otros sectores asociados a infraestructura productiva, como el logístico (US$ 7,595 millones) e infraestructura (US$ 5.206 millones), tienen un papel relevante en la modernización del transporte y los servicios públicos.

Por su parte, el sector servicios, que totalizó US$ 4,360 millones y el mayor número de empresas inversionistas (108), reflejó una creciente diversificación hacia actividades tecnológicas y corporativas.
“Otros sectores —comunicaciones, industrias alimentarias, turismo e inmobiliario— muestran dinamismo moderado, mientras que manufactura, retail y finanzas presentan inversiones de menor escala, pero constantes”, detalló el estudio.
En conjunto, se mencionó que “la inversión extranjera identificada se concentra en sectores estratégicos y de alto impacto, reforzando su contribución estructural a la competitividad del país”.
¿De dónde son los inversionistas?
La distribución de la IED en el Perú, entre 2018 y 2025, mostró un “portafolio geográficamente diversificado”, aunque destacaron tres grandes regiones económicas.
Europa, Latinoamérica y el Caribe y Norteamérica, en conjunto, explicaron más del 85% del total de proyectos y una participación significativa del capital invertido.

“Perú continúa siendo un destino atractivo para capitales provenientes de economías avanzadas y emergentes, con una marcada orientación hacia sectores estratégicos y proyectos intensivos en capital”, analizó el estudio.
Asimismo, se detalló que el 93% de los proyectos corresponde a inversiones de empresas privadas, mientras que el 6% proviene de empresas estatales y el 1% de empresas de capital mixto. Dentro del segmento estatal, se destacó que la mayor parte de las inversiones proviene de empresas públicas de China.
Preocupación por capitales estatales
El presente informe de Cavex también observó que, desde el 2018, viene dándose una expansión sostenida y cada vez más diversificada de inversiones de empresas de capitales estatales. Aunque también aparecen Reino Unido, Canadá y otros, destacó significativa el rol de China, sobre la cual indicaron que viene “consolidándose” en sectores estratégicos del país, como minería, energía, infraestructura, logística portuaria y finanzas.
El listado mostró que la mayor parte de los inversionistas chinos relevantes son empresas estatales o están bajo control público chino.
Desde Cavex anotaron que esta composición es relevante porque el tipo de capital condiciona la forma de competencia. Como consecuencia, apuntaron a la aparición de asimetrías en diferentes dimensiones, como la financiera, porque cuenta con acceso a banca estatal y respaldo implícito del Estado; y la estratégica, pues muchas inversiones estatales no se deciden solo por rentabilidad inmediata, sino por alcance de recursos críticos, control de nodos logísticos clave, entre otros.
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“Lo clave es diferenciar las condiciones de un equipo de inversión, establecer marcos normativos quizás un poco más robustos para proyectos estratégicos, como energía, minería, infraestructura crítica”, indicó Jeanelié Briceño, presidente ejecutivo de Cavex.
La vocera indicó que una protección de los países no significa un freno a la inversión extranjera, pero demanda un escenario para “regular con inteligencia”, equilibrando la apertura económica con criterios de seguridad, ante todo para el país y el funcionamiento de sus rubros estratégicos a lo largo de los años.
En 2023, una encuesta realizada por Cavex que formó parte de otro estudio, con más de 1,200 consultas, recogió que un 23% advirtió riesgos para la seguridad nacional por las IED. De este grupo, un 56.1% apuntó como motivo a la regulación insuficiente que facilita prácticas perjudiciales.
Briceño agregó que el reto para el Estado, y en general otros países de la región, está en entender cómo diferenciar, regular y plantear un equilibrio entre la libre competencia y también la protección de sus economías.
“Las tendencias observadas confirman un interés inversor sostenido, incluso, en contextos de volatilidad y un énfasis claro en proyectos de largo plazo que configuran la estructura productiva y la dinámica de desarrollo regional del Perú”, apuntó como una de las principales conclusiones el estudio.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.








