En el último periodo parlamentario el Congreso de la República de Perú trabajó más de 15 proyectos de ley que tendrían efectos en la jornada de trabajo, lo que encarecería el empleo en el Perú al hacer que los trabajadores laboren menos y, a su vez, que las empresas que los contratan paguen más.
Estas iniciativas han sido cuestionadas por expertos y por el mismo Poder Ejecutivo, quien suele observar estos proyectos, pero, pese a ello, estas normas siguen avanzando en el Congreso y un número de ellos, mayormente los que tratan acerca de la creación de feriados, ya han sido aprobados.
Proyectos como aquel que propone una ley para la creación de un micro descanso, objetivamente, cortan la duración real del tiempo laborado al plantear “pausas activas” de 5 minutos por cada 2 horas trabajadas, por ejemplo. En ese sentido, por cada 8 horas de trabajo, se tendrían 20 minutos en los cuales se le permitiría al trabajador tener dicho microdescanso.
El proyecto que incluiría el refrigerio en la jornada de trabajo reducirían la jornada semanal de 48 horas a solo 42, según el cálculo de expertos.
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Más días de “vacaciones”
La creación de feriados ha ocasionado que ahora existan 46 días no laborables en el año (feriados más vacaciones), elevando al Perú al segundo país con más descansos pagados en el mundo. Esto ha llevado a que el mismo Ministerio de Trabajo empiece a preparar un proyecto de ley para “regular los feriados”, señalando que le están restando competitividad al país con relación a los demás de la región.
Al respecto, el ministro de Trabajo, Fernando Varela, indicó que, “sin ánimo de criticar a los congresistas”, a veces no se entiende que somos parte de una región.
Con relación a ello, según un reciente informe del estudio Vinatea & Toyama, tras la aprobación del nuevo feriado para el 23 de julio, el Perú ahora es el país de la región con más días no laborables en el año (tomando en consideración los 30 días de vacaciones a los que tiene derecho el trabajador).
Según estima el estudio, un día no laborable en la economía trae consigo un costo de entre 0.1% y 0.3% del PBI nacional.
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Cuestionamientos
Lidia Vilchez, socia del estudio PPU, señala que el comportamiento del Congreso realmente llama la atención dado que se está presentando varias iniciativas para “sobreregular una situación ya sobreregulada”.
La abogada indica que todos estos proyectos demuestran que los parlamentarios que conforman la Comisión de Trabajo no tendrían conocimiento de la normativa laboral actual.
Por su parte, Cesar Puntriano, socio del estudio Muñiz, agrega que los proyectos no alcanzarán el efecto deseado por sus autores al no generar mayor estabilidad o ingresos, sino que “fuerzan a los empleadores formales a usar indiscriminadamente los contratos a plazo fijo y además desincentivan la contratación de ciertos colectivos como es el caso del padre que trabaja, a quien se le busca otorgar protección contra el despido”.
“Lo que se advierte no es que los proyectos se redacten con mala fe, podemos decir que la intención es buena, pero el resultado es técnicamente inadecuado”, indica el abogado, quien agrega que espera que con los cambios en las Comisiones del Congreso que se avecinan, se alcancen mejores proyectos.
German Lora, socio del estudio Damma, comenta que “en un país que necesita trabajo se presentan proyectos pensados en recortarlo y generar más tiempo de descanso”.
No todos los comentarios son negativos, especialmente sobre aquellos proyectos de ley vinculados a licencias.
Anteriormente, Jorge Toyama, socio del estudio Vinatea & Toyama, señaló que el Perú aún estaba muy atrasado con relación al tema de las licencias laborales.
Recalcó que en otros países la madre y el padre comparten un total de días de licencia que pueden gozar antes y luego de nacido su hijo, lo cual ayuda a reconciliar el trabajo con la vida familiar.
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Efecto en informalidad
Puntriano, del estudio Muñiz, comenta que “los proyectos antitécnicos impactan también en la totalidad de empleadores, sin importar su tamaño, al generar sobrecostos innecesarios”.
“En un país con una informalidad de más del 70% de la PEA, en el cual la gran mayoría de empleadores son microempresarios, quienes se encuentran en el límite entre lo formal y lo informal, es evidente que iniciativas que encarecen las relaciones laborales, al crear microdescansos, exigir que se pague al personal por ingerir alimentos, o generen feriados sin sentido, los desincentivan a transitar a la formalidad o mantenerse en ella”, indica el abogado.
Vilchez, del estudio PPU, señala que sumar más feriados a los 30 días de vacaciones con los que ya cuenta un trabajador le genera al empleador “un mes y medio pagado en favor de su trabajador sin una real prestación efectiva de labores”.
“Estos proyectos muestran un desconocimiento del problema real país: la falta de empleo formal. En lugar de “ajustar el corsé” a las empresas que tienen a trabajadores en planilla ya formalizados se tienen que buscar formas para que quienes están en la informalidad tengan un empleo seguro y con mayores derechos”, señala la abogada.
Agrega que “tenemos un universo inmenso de trabajadores que prestan servicios “en negro”, sin condiciones de salud o seguridad; y, a su vez, un universo bastante más pequeño con el que se distraen con iniciativas constantes que no terminan ni de generar bienestar general ni de resolver los problemas que tenemos”.
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Impacto en la economía
El economista Jorge Gonzáles Izquierdo detalla que parte de los proyectos mencionados que buscan reducir la jornada laboral y la que aprueba más feriados tienen impacto en el PBI potencial del país.
“Para que funcione una reducción de la jornada, esta debe estar acompañada por apreciables aumentos en la productividad laboral. Sin embargo, en el Perú, los aumentos de productividad laboral son bajísimos. Sobre todo en los sectores de menores ingresos. Ahí los aumentos anuales están entre 0% a 1%”, recalca.
Agrega que, propuestas como las que maneja el Congreso son “un suicidio” para la economía peruana. En ese sentido, Gonzáles Izquierdo dice que proyectos que buscan reducir la jornada de trabajo afectarían la sostenibilidad a largo plazo de las empresas nacionales, por lo que son inviables.
“Se dice que estos feriados potenciarán el turismo, pero si vemos los números, el turismo solo aporta 3% del PBI. Estariamos afectando sectores que aportan mucho más a la economía nacional, como la minería y el comercio para potenciar uno con un impacto mucho menor”, agrega.
Abogado periodista. Estudió Derecho en la Universidad de Lima. Actualmente se desempeña como redactor del área de Economía del Diario Gestión.
