
Dina Boluarte fue vacada la semana pasada y José Jerí asumió la presidencia de la República. En este contexto, Gestión conversó con Jaime Reusche, vicepresidente del Grupo de Riesgo Soberano de Moody’s Investor Services, para consultarle sobre cómo se ve el país hacia afuera en medio de una nueva crisis política.
La vacancia siempre fue una posibilidad, un riesgo latente…
Siempre supimos que como era un Gobierno bastante débil, con muy bajos índices de aprobación, existía la posibilidad de que, por algún tema de cálculo político, el Congreso podría decidir vacar (a Dina Boluarte). Acá se confabularon, tal vez, dos cosas. Una, el tema de la seguridad ciudadana, que sin duda alguna se ha deteriorado fuertemente; dos, sí creemos que hubo algún matiz político.
No ha sorprendido, y por eso hemos visto que también la reacción de los inversionistas, tanto domésticos como extranjeros, ha sido de mucha calma, no ha habido ninguna alarma porque no parece que fue una sorpresa.
¿Los inversionistas no se preocuparon porque esto ya “forma parte” de lo que es el Perú?
El debate fue justamente ese, si es que nuevamente esto es “el Perú siendo el Perú”, que sabemos que es un país que ha entrado políticamente en trompo desde el 2017, o si es que esta situación, hasta qué punto, va a llegar a afectar la gobernabilidad a largo plazo.
Esa es siempre una consideración, que no se le da continuidad, no solo a la presidencia, eso en realidad tiene menor importancia, sino a los ministerios y a los gabinetes, que son donde se ejecutan las políticas públicas, y donde hemos visto que ha habido mucha parálisis desde el 2017.
Moody’s actualiza sus cifras para la región en 2025: ¿dónde ubica al Perú?
Sí lo hizo, y sabemos que eso le valió al país una degradación de la calificación en el 2021. También le asignamos una perspectiva negativa hace dos años, por justamente estos temas institucionales, estos asuntos de largo plazo. Lo que ayudó mucho es que tenemos todavía la expectativa y la idea de que, luego de las elecciones generales del 2026, va a haber un quiebre.
Esperamos que haya un quiebre con esta dinámica, donde veamos un poco más de continuidad en la parte política, y también está el hecho de que se tendrá cámara de senadores, aunque todavía tenemos que ver cómo va a ser su accionar. Entonces, es darle el beneficio de la duda al Perú, pero al mismo tiempo mantenemos algunas preocupaciones en el largo plazo.
En el 2021, la rebaja en la calificación fue por lo que hizo Pedro Castillo con las instituciones, pero no por las idas y venidas presidenciales en sí. Entonces, asumiría que quizás la figura del presidente en el Perú ya no mueve la aguja. ¿Qué es lo que podría hacer que Moody’s vea un escenario similar al del 2021 y degrade al país?
Depende de las elecciones generales del 2026. Si tenemos a otra figura que polarice (al país) o muy radical, que parezca que no le va a dar continuidad a las políticas públicas, sin duda pesaría sobre la calificación.
Pero, hay que ver todo dentro de un contexto global en el que si vemos cuál ha sido el desempeño y el accionar del Perú en cuanto a cifras macrofiscales, la verdad que, más allá de todos estos vaivenes políticos, de todos estos cambios en los altos mandos del Poder Ejecutivo, tenemos niveles de deuda relativamente bajos en comparación al resto de la región.

Más allá de las elecciones, ¿qué otros indicadores o situaciones les preocupa?
El crecimiento potencial está empezando a sufrir, tanto por la parte de la inseguridad que se vive en el país, como la falta de reformas y de apoyo al sector privado que surge de esta ausencia de continuidad en las políticas públicas y en el hecho de que el sector público se congela cada vez que hay cambios en los mandos.
Eso también no es saludable y eso es una preocupación de mediano plazo. Pero, nuevamente, queremos darle el beneficio de la duda al país porque se lo merece en cuanto a que estas elecciones tal vez marquen un quiebre o por lo menos que las cosas se empiecen a normalizar.
¿Cuál es su balance en materia económica pese a todo esto?
Cuando se dan las condiciones propicias esta economía tiene una habilidad increíble de “rebotar” y de crecer rápidamente. Estamos viendo que la demanda interna este año está creciendo a más del 4.5%, beneficiándose mucho de los favorables términos de intercambio, esto más allá de todo el ruido y la volatilidad política de los últimos años. Por eso en cierta forma este tema político es tan frustrante porque el país podría muy fácilmente, según nuestros estudios, crecer a tasas mucho más elevadas, en línea con la demanda interna, si es que no se diesen todos estos ruidos políticos.

¿Cómo se ve al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)?
Siempre hemos visto al MEF como “el adulto en el salón”, es un ministerio crítico que ha perdido algo de peso no por su accionar, sino por la intromisión política que hemos visto en los últimos años, eso también nos ha preocupado. No ha llevado a deslices fiscales como hemos visto en otros países de la región, todavía existe la conciencia de que hay que mantener una solvencia fiscal bastante prudente, pero sí nos ha preocupado el hecho de que la clase política empieza a entrometerse mucho en el accionar del ministerio, cuando este es el adulto responsable en todo gobierno que hemos visto en el caso peruano. Tiene que devolvérsele la autonomía que siempre ha tenido.
¿Cuál es el MEF que se necesita para un Gobierno de transición?
Hay una diferencia entre un MEF que está en un marco de transición política y un MEF del nuevo Gobierno a partir del 2026, son dos mundos totalmente distintos. Lo que más se valoraría en el MEF actual, en lo que queda de Gobierno, es que le dé continuidad a las políticas que ya están enmarcadas dentro del Marco Macroeconómico Multianual y todas las otras medidas que han estado trabajando desde esa cartera en los últimos meses.
Decía que el Perú se merece una segunda oportunidad, pero el panorama electoral no pinta bien, con 40 candidatos. ¿Qué les preocupa de las elecciones?
Siempre está la posibilidad de que salga un candidato antisistema. Pero, por el momento mantenemos un optimismo cauto. A despecho de que hay una gran cantidad de candidatos, y no muchos con apoyo en este momento, con tal de que sea un candidato relativamente sensato el que gane las elecciones y que mantenga algo de calma política, creo que nos daríamos por bien servidos todos los peruanos. La calma política ayuda y conduce a un mucho mejor desempeño económico. El sector privado quiere ejercer su actividad, solo lo único que le pide al Gobierno es calma política y seguridad por supuesto.

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Preocupación por la inseguridad
Uno de los motivos que llevaron a que el Congreso de la República vaque a Dina Boluarte fue el desborde de la inseguridad ciudadana. ¿Qué piensan los inversionistas extranjeros sobre la criminalidad en el país? ¿Resuena fuerte en el exterior?
“Las cifras de incidentes de criminalidad sí han aumentado fuertemente en el país, pero este es un mal que –lamentablemente– arrastra a todo Latinoamérica. Cuando uno lo ve relativo a otros países entonces el inversionista extranjero, que no siente la inseguridad, tal vez no lo percibe como alarmante, contrario a los ciudadanos que enfrentan esta inseguridad en el día a día. Aún así, hay cierto nivel de preocupación en cuanto a inversiones de largo plazo y, entonces, si te puede frenar las inversiones”, explicó Jaime Reusche.
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Reconoció que la seguridad se ha deteriorado marcadamente en países vecinos como Ecuador y siempre ha sido un tema a evaluar en Colombia y México, así como en muchos países centroamericanos se ha frenado inversiones de largo plazo y el potencial económico por esta causa.
“Los inversionistas no ven que el Perú haya llegado a ese punto, pero desde nuestra perspectiva como calificadora sabemos que esto puede seguir deslizándose hacia algo más peligroso y por eso también tenemos esta preocupación sobre el tema de seguridad”, apuntó.
Pese a ello, consideró que todavía no es un indicador que ponga “en jaque” la calificación crediticia del Perú. “Creemos que los llamados y las exigencias de la población de buscar algún tipo de solución a la inseguridad son correctos. Hay que escucharlos”, finalizó.

El reto con los términos de intercambio favorables
Los términos de intercambio están en niveles históricos, creando un espacio propicio para el crecimiento económico del país, aunque ya distintos analistas no se han cansado de alertar que el país no está aprovechando la situación.
“En un ambiente donde hubiese mayor tranquilidad política, lo contrario de lo que hemos visto en estos últimos años, justamente con estos términos de intercambio, veíamos que la economía podría estar creciendo entre 4.6% y 4.9%. Como digo, bajo condiciones políticas más auspiciosas o por lo menos neutrales”, refirió Reusche de Moody’s a Gestión.
Es más, consideró que es curioso que la demanda interna esté creciendo a esa tasa (cercana a 5%) porque lo que refleja es que “el sector privado sí está tratando de internalizar y absorber estos favorables términos de intercambio a despecho de que en el sector público no se están aprovechando estas oportunidades”.
“Al final te da una suerte de impulso que te mitiga algo de los riesgos”, comentó.
Cabe recordar que desde abril del 2024 los términos de intercambio no han dejado de crecer a tasas de doble dígito, según cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP).

Editora de Economía y coordinadora de ESG del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con casi 10 años de experiencia profesional en el rubro.