
La criminalidad viene aumentando a pasos agigantados y preocupa ya no solo por su impacto sobre el desarrollo de la economía, como desincentivar mayores facturaciones de las microempresas, sino por su afectación en la calidad de vida de las personas, observa Luis Carranza, director de Alpha Asesoría Estratégica y Director del Instituto de Gobierno de USMP.
En entrevista con Gestión, en el marco de su reciente evento “Perspectivas: Más allá de la turbulencia electoral”, el también exministro de Economía alertó que no puede seguirse con los actuales niveles de gasto corriente, para lo cual el actual MEF tiene la tarea de “impedir que les hagan más goles”.
Se previa un cierre del 2025 solo impactado por una parte de la liberación de los fondos de pensiones. Ahora, se tuvo también un cambio de Gobierno. ¿Mueve la aguja?
Este año ya está prácticamente jugado. El impacto va a ser fundamentalmente en el 2026 e implicará menor inversión pública y un efecto marginal sobre la inversión privada, donde las decisiones se toman con mucha anticipación. En la inversión pública, se trata de decisiones políticas, por lo que cuando se cambia un gabinete se tiene como gran riesgo que demoren mucho más.
Nuevo MEF tendrá rol clave para mitigar o agravar “golpes” a finanzas de Perú, ¿cómo lo hará?
Ahora, en 2026, este octavo retiro hará que el consumo mantenga un ritmo de crecimiento relativamente alto, que compensará los efectos negativos que podríamos tener especialmente en inversión pública. Vemos un escenario, para el próximo año, en torno a un 2.9% de expectativa de crecimiento. Los riesgos de turbulencia política ahora son bajos. Pero que un candidato radical que quiera cambiar el sistema se consolide entre las primeros [opciones], que no ocurre hasta ahora, te podría generar mucha mayor incertidumbre.
Se ha visto un deterioro del Gobierno en diversos frentes. Con vistas a julio del 2026, ¿cuáles son los principales retos?
Efectivamente, lo que uno tiene es un gran deterioro del Estado en brindar bienes y servicios básicos. Habíamos tenido un pobre desempeño en educación, en salud, obras paralizadas en infraestructura y, ahora, el tema de la inseguridad también es algo que está complicando, más que el escenario económico, la calidad de vida de la población. Vemos marchas y protestas por la incapacidad del Estado de controlar el tema de seguridad en nuestro país.

¿Algunas cifras evidencian este escalamiento?
Cálculos que hemos realizado nos muestran que, en distritos de Lima donde tenemos los mayores problemas de inseguridad, se ha tenido una pérdida del valor de los inmuebles en un poco más del 10%. Eso te refleja el impacto negativo sobre la actividad económica en general, que es muy duro especialmente para pequeños y microempresarios. Es un tema urgente que debería abordar el nuevo Gobierno.
A nivel macro, ¿cuál es el costo de dejarlo crecer?
El tema es el impacto negativo que tiene el crecimiento explosivo de la criminalidad sobre la oferta sectorial y la oferta agregada del país. Efectivamente, esto puede significar cerca de un punto de menor crecimiento en el largo plazo, como ha sido el caso de algunas economías como México o Colombia.
¿Qué combinación de elementos podría darnos la tranquilidad de tener un Gobierno medianamente aceptable?
Prácticamente, la mitad de pérdida de crecimiento viene por ineficiencias de gestión pública: inseguridad, infraestructura, educación, salud y otros. ¿Qué genera que tengas un resultado eficiente en la provisión del bien o servicio público? Tener gente capaz, meritocracia, lo que en el país hemos perdido. Tienes que tener instituciones con procesos eficientes, cosa que en el país también lo hemos perdido. Además, se necesita un liderazgo político que tenga la capacidad de priorizar los pendientes y ejecutarlos. En términos generales, así debería abordarse este proceso.

¿Cuánto debe preocupar las finanzas públicas, el déficit, que asumirá el nuevo Gobierno?
La regla fiscal dice que tienes que llegar a un déficit máximo de 1% del PBI. Hoy estamos en un proceso de convergencia lento, de 2.2% para este año, que es difícil que se cumpla, pese al aumento de la recaudación fiscal por la actividad minera. Para el próximo año, la regla es de 1.8%, pero la presión política generará un gasto inercial importante. ¿Eso genera problemas macroeconómicos? No. Pero no podemos seguir por esta ruta. Lo importante es que se controle el crecimiento del gasto. Ser muy eficientes en infraestructura, resolver el problema de los S/ 44,000 millones en obras paralizadas y; por el otro, contener el crecimiento del gasto corriente.
Gasto del Estado aún supera sus ingresos: Déficit fiscal se mantiene en 2.4% del PBI
¿Cómo establecer una suerte de tope y hacer que se entienda?
La Constitución es clarísima: el Congreso no tiene iniciativa de gasto. Entonces, se necesita un Ejecutivo fuerte que se imponga, no que valide los aumentos de gastos del Congreso, que haga respetar la regla fiscal.
Y el Tribunal Constitucional (TC) ha respaldado algunos de estos gastos...
Hay que dar la pelea a nivel del TC también.
En un contexto donde se apunta una severa desinstitucionalización del MEF. ¿Cuál es el principal reto del actual?
Usualmente, a inicios de un gobierno, hay una pendiente positiva. Entonces, tú [como MEF] tienes que meter goles, hacer reformas importantes. A finales de un gobierno, se invierte y la pendiente ya te juega en contra. Entonces, lo más importante para este MEF es que no te hagan más goles, tapar el arco. Y, si se puede, utilizando igual el tema futbolístico, tener un delantero que pueda meter un gol que nadie espera, resolver estos problemas de las obras de infraestructura paralizadas.
¿Cómo observa el panorama de Petroperú?
Petroperú está técnicamente quebrado. En términos muy gruesos, se tiene un valor negativo entre US$ 2,000 millones y US$ 3.000 millones. Eso va a requerir tomar decisiones muy difíciles. Si no lo resolvemos, recurrentemente vamos a tener que estar inyectándole dinero a Petroperú. Y esto va a ser una decisión política del siguiente Gobierno, no creo que este pueda.
Hay medidas que se hacen [la nueva Refinería de Talara] y tú puedes predecir, en el futuro, lo malo de esto. Pero no tomamos acciones hasta que efectivamente vemos los costos realizados. El caso de Petroperú es el más patético, pero vemos toda la actividad del Estado, ya sea en temas de gestión de salud, de educación, y se sigue deteriorando. En algún momento, debemos empezar a tomar acciones para mejorar la eficiencia del Estado.

¿Qué es lo más urgente de las reformas del Perú?
El Business Ready, del Banco Mundial, se divide en tres pilares: marco regulatorio, servicio público y eficiencia operativa. En este último caso, de los 10 tópicos [que se miden], en seis estamos en el último quintil. Y el peor de todos es el tema tributario: ahí estamos en el puesto 48 de 50 países, solo le ganamos a Marruecos y a República Centroafricana. Entonces, de todas maneras, puedes mejorar tu marco regulatorio; en servicio público no estamos tan mal, también puede mejorarse; pero donde hay que poner el foco es la eficiencia operativa. Esto consiste en que un tema llega donde un funcionario, de cualquier nivel de gobierno, y tiene que resolverlo, no lo puede patear, no puede pedir opiniones y opiniones y no resolverlo.
Inacción en la propia gestión del Estado...
Hoy, en el CIADI, tenemos cerca de US$ 6,000 millones de demandas contra el Estado peruano, aparte de otras que no están identificadas, como el Gasoducto Sur Peruano (GSP), por ejemplo, y otras demandas que no están cuantificadas. Eso quiere decir que el Estado se compromete a algo y no lo hizo. En otros casos, en salud, vemos que el médico no atiende a los pacientes. Es decir, este tiene que ser el gran foco. No es un tema regulatorio, no es contratar personal, es hacer que la gente haga su trabajo.
Junto a un cambio de Gobierno también podría tenerse uno en el directorio del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). ¿Cómo puede golpear este cambio y de qué manera se puede reforzar para no perder institucionalidad?
La Constitución de 1993 le da independencia al BCRP, es fundamental. Hacia dentro del banco, hay meritocracia. Son profesionales que han ascendido gracias a su esfuerzo, dedicación, trabajo y técnicamente son muy buenos. Ahora, falta el último tema, que es el liderazgo político, el directorio, cuya conformación se hace con el cambio de gobierno y, entonces, cada cinco años se tiene una gota de incertidumbre. Es importante que ese directorio de siete miembros tenga gente capacitada. Es fundamental la elección técnica, y no política, de ese directorio. Entonces, es importante que nuestros políticos, tanto del Ejecutivo como del Legislativo, mantengan ese cuidado en su elección.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.