
A pocos días de Fiestas Patrias, uno de los periodos de mayor movimiento para el turismo en el Perú, el sector se prepara para poner a prueba su capacidad de recuperación. Pese a que el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) esperaba consolidar la recuperación del turismo este 2025, los operadores advierten que aún estamos lejos de las cifras.
Los datos oficiales reportan que hasta la primera mitad del año llegaron poco más de 1.6 millones de turistas internacionales al país. Si bien es un avance frente a similar periodo del 2024 (más de 1.5 millones), el flujo sigue por debajo de los niveles del 2019.
Es más, según el Mincetur, la cifra del primer semestre equivale al 75.3% de lo registrado entre enero y junio de 2019 (casi 2.2 millones), pero ¿podríamos llegar o superar los niveles prepandemia durante la segunda mitad del 2025?
Si bien los actores del sector turístico muestran un mayor optimismo para las operaciones que se desarrollarán en el segundo semestre, aún persisten una serie de retos que impedirían un despegue del turismo este año.

Una mirada al turismo del Perú
El vicepresidente de la Cámara de Turismo del Cusco (CARTUC), Juan Stoessel, precisó que normalmente la segunda mitad del año siempre es mejor para el turismo debido a que coincide con fechas clave para turismo interno, como los feriados de Fiestas Patrias, y por la llegada de viajeros extranjeros por vacaciones de verano en el hemisferio norte.
Aunque las cifras serán mejores que las del 2024, el impacto de esto aún es reducido. En promedio se esperaría que la segunda mitad del año sume alrededor de 2 millones de visitantes adicionales a los que ya se lograron entre enero y junio.
“En el 2019 tuvimos 4.4 millones de turistas extranjeros. El año pasado tuvimos 3.2 millones y este año deberíamos estar llegando a los 3.6 millones o 3.7 millones. En resumen, aún no se logrará regresar al nivel prepandemia en 2025”, comentó Stoessel a Gestión.
Para la presidenta de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo Receptivo e Interno (Apotur), Claudia Medina, las mejores condiciones del segundo semestre podrían incluso impulsar a que se sumen un promedio de 4.2 millones de turistas extranjeros al cierre del año.
“La expectativa que tenemos como operadores a nivel de turismo receptivo es cerrar con 4.2 millones, un poco por debajo de la pandemia, y recién estamos esperando pasar la curva para inicios del 2026 con más de 5 millones condicionado a que los factores políticos no afecten la percepción de riesgo en el exterior”, sostuvo.
Lo cierto es que, tras la pandemia, la mayoría de los países ha salido a competir intensamente por recuperar su turismo, pero el Perú ha quedado rezagado incluso a nivel de América Latina.
Mientras apuntamos a una recuperación recién en 2026, en la región Chile, Colombia, Ecuador, Brasil, Argentina ya superaron sus números prepandemia, apuntó Tito Alegría, director ejecutivo de Proturismo.
“Este año definitivamente no se van a lograr los números del 2019. Tenemos que trabajar impulsando más eventos para generar visitas, hay que apuntar a llenar el calendario de eventos importantes. El desarrollar también nuevos circuitos como la ruta ‘Caminos del Papa León XIV’ es un acierto del Mincetur, pero también se deben solucionar los grandes pendientes que tenemos”, señaló.

¿Qué retrasa la recuperación del turismo en el Perú?
Si bien hay factores que impulsan la demanda, teniendo en cuenta que la temporada alta del turismo receptivo va de mayo a octubre, persisten una serie de factores y riesgos que frenan la recuperación, una de estas es la conflictividad social, señaló Alegría de Proturismo.
“Lo que está frenando la llegada de turistas extranjeros hacia el Perú son las crisis y convulsiones sociales como la reciente toma de carreteras que generó cancelaciones en el sur”, refirió.
A estas situaciones que han venido afectando la percepción del Perú en el exterior se suman, por ejemplo, “las deficiencias en la administración de Machu Picchu”, una de las maravillas del mundo que está en el corazón de Perú.
“El pésimo manejo de Machu Picchu es el gran cuello de botella que hace que cientos de turistas al día dejen de venir al Perú por no encontrar entradas y por este caos que han creado vendiendo el 30% de las entradas en una boletería en Aguas Calientes”, resaltó Stoessel.
No es solo un problema de alta demanda, indicó, pues en los últimos años el Ministerio de Cultura (MinCul) no ha hecho ningún tipo de inversión en Machu Picchu para adecuarse a las necesidades de los turistas después de la pandemia.
En ese sentido, Stoessel consideró que la principal limitación para el crecimiento del turismo es la falta de infraestructura. Ante eso, cuestionó la falta de avances en aeropuertos regionales y, en particular, la falta de conexión del Aeropuerto Alejandro Velasco Astete (Cusco) con sitios arqueológicos.
“El principal problema que tiene el Perú para el turismo es la infraestructura, la mala ejecución y la poca capacidad de manejar correctamente las cosas. Por ejemplo, todavía no tenemos el Aeropuerto Internacional de Chinchero, en Cusco; no tenemos las carreteras que unen al aeropuerto de la ciudad de Cusco con las principales zonas arqueológicas”, subrayó.
Agregó: “Las ampliaciones de aeropuertos regionales en general están sumamente retrasadas; también hay muchos planes de ferrocarriles, pero no tenemos nada en ejecución”.
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¿La Ley General de Turismo impulsaría al sector en Perú?
Hace unas semanas el Congreso de la República aprobó la nueva Ley General de Turismo con el objetivo de impulsar la actividad y atraer más inversión, pero su efecto práctico aún depende de la reglamentación.
Según lo establecido en la promulgación de la ley, el Gobierno peruano tiene un plazo de 120 días calendario para su entrada en vigor, es decir, recién estaría lista a fines de octubre.
“La ley es positiva, pero lo que en el sector turismo realmente necesitamos es infraestructura, seguridad, gestión. No necesitamos muchas más leyes”, señaló Stoessel.
Por su lado, Medina resaltó que el reglamento será clave para concretar beneficios y atraer nuevas inversiones, pero cualquier impacto real de la ley no se sentirá de inmediato.
“Si se reglamenta a fines de octubre, recién empujaría para el 2026 inversiones, mejoramiento y la formalización de empresas. Hay que tener en cuenta que lo tributario también aplicaría desde el próximo año”, indicó.
Esto, añadió, estará condicionado a que se haga una buenas reglamentación, aclarando aspectos sobre las zonas especiales de desarrollo turístico, precisando las condiciones para la inversión extranjera, y la referente a infraestructura.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.