
El financiamiento participativo financiero, también denominado crowdfunding, es un mecanismo mediante el cual una plataforma une a inversionistas -personas naturales o empresas- que apuestan por el desarrollo de un proyecto empresarial.
Perú inició el año con cinco plataformas de crowdfunding, las cuales sirven de intermediarias y canalizadoras de los fondos de los inversionistas hacia las empresas. No obstante, a la fecha este número ha disminuido a solo tres plataformas de crowdfunding.
Ello luego de que en febrero pasado la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) canceló la autorización de funcionamiento de Proyecto Crowd, a solicitud de la propia compañía. Luego, a inicios de abril, la SMV también canceló la autorización de Afluenta Perú, debido a que no financió ningún proyecto en los últimos doce meses, lo cual es una causal para la revocación de la autorización.
Con ello, las tres plataformas de crowdfunding que se mantienen en el mercado peruano son Inversiones.io, Inversiones Neurona (antes denominado Bloom, con autorización de la SMV desde septiembre del 2023) y Prestópolis (con autorización desde diciembre del 2024); ¿por qué salieron del mercado peruano dos plataformas de crowdfunding?
La regulación del crowdfunding en el Perú
Al respecto, los analistas apuntan a que la regulación del crowdfunding resulta muy rígida, lo cual desalienta el desarrollo de este mercado, por lo que proponen una flexibilización.
Una de las principales restricciones subrayadas por los especialistas es el límite de financiamiento de los proyectos crowdfunding, de hasta 500 UIT, lo cual es equivalente a alrededor de US$ 800,000.
“Entonces, el crowdfunding ya no es viable para proyectos inmobiliarios, que fue el caso del Proyecto Crowd (buscaba dirigirse a ese segmento). Para una construcción de un edificio ningún proyecto es por menos de US$ 1 millón; entonces los US$ 800,000 del crowdfunding resultan insuficientes”, indicó Álvaro Castro, socio de Damma Legal Advisors.
En ello coincidió Karina Chinguel, especialista en regulación bancaria, mercado de valores y fintech en Vodanovic Legal. “Ese tope genera restricciones al crecimiento de la empresa, pues si pones límites, también disminuyen los ingresos (por comisiones) de las empresas de crowdfunding”, subrayó.
Ambos sugieren elevar ese límite. “Las 500 UIT han quedado desfasadas, debe elevarse el límite para atraer proyectos empresariales. Es muy costoso para una empresa dedicarse a canalizar proyectos pequeños; se necesitan proyectos grandes para que las comisiones le den sostenibilidad al negocio. El tope debería ser de por lo menos US$ 3 millones, para atraer proyectos inmobiliarios medianos o pequeños”, sostuvo Álvaro Castro.
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Otra traba identificada para el desarrollo de más plataformas de crowdfunding es el requerimiento de capital mínimo, de alrededor de US$ 100,000, refiere Álvaro Castro, a diferencia de otros mecanismos como el factoring o fintech de préstamos, donde no se requiere de capital mínimo, agrega.
En contraste, en Europa a las plataformas de crowdfunding se le pide un monto de capital mínimo menor, de US$ 27,000. “Comparando, resulta que el requisito es más exigente en Perú que en otras regulaciones. Entonces, para que las empresas puedan cumplir estas exigencias deben tener espaldas financieras más anchas”, refirió por su parte Karina Chinguel.
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Por otro lado, Álvaro Castro sostiene que otra traba es que las empresas a financiarse vía crowdfunding tienen que ser peruanas, y el dinero debe ser usado para un proyecto exclusivamente peruano. “Entonces, una startup peruana que se financia vía crowdfunding, no puede usar el dinero para expandirse fuera del Perú. Esa restricción hace que si una empresa quiere financiarse vía crowdfunding, dicen, mejor vamos a una plataforma de Estados Unidos”, señala.
“Tendría que eliminarse la restricción sobre dónde tienen que desarrollarse los proyectos financiados vía crowdfunding; no tendría que ser solo en Perú; y no deberían ser solo peruanas, sino también a empresas extranjeras. Eso nos haría competitivos”, remarca Álvaro Castro.
El “desencanto” para las plataformas de crowdfunding
Tras la regulación normativa sobre el crowdfunding en el 2020, el número de plataformas no ha crecido como se esperaba. “Se ha generado un desencanto por la figura del crowdfunding, en comparación con el auge de otras líneas de fintech como factoring, cambio de moneda, entre otras”, apunta Álvaro Castro.
“Cuando esta normativa surgió había una expectativa que hubiera una gran cantidad de compañías de este tipo en el mercado, ayudando a canalizar inversiones hacia empresas que no acceden al mercado bancario tradicional, y dando una opción de inversión interesante a quienes no quieren ir a la bolsa pues sus tickets de inversión no son tan altos”, refiere Castro.
“Tres plataformas de crowdfunding es un número muy bajo. La industria se ha reducido en su número de operadores, en lugar de incrementarse”, anota por su parte Karina Chinguel.
Y agrega: “La alta carga regulatoria que tienen que afrontar las sociedades administradoras de plataformas de crowdfunding en Perú sería uno de los factores que explicaría el bajo desarrollo de esta actividad en el país. Por ello, resulta conveniente flexibilizar los requisitos financieros, límites regulatorios y otras exigencias previstas para las sociedades administradoras a través de una modificación en el reglamento de crowdfunding que sea aprobada por la SMV, para lo cual cuenta con facultades suficientes. Si no se flexibiliza, podría ser difícil para las compañías solicitar la licencia”, anota Chinguel.
Crowdfunding: “Una golondrina no hace el verano”
Actualmente el desarrollo del crowdfunding en el Perú viene siendo impulsado sobre todo por una plataforma, pues las otras dos son recientes.
En el segundo semestre del 2024, se han financiado 164 proyectos, lo que representa 3.4 veces el número de proyectos financiados en el mismo semestre del 2023, según un reporte del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Dichas operaciones fueron por un total de S/ 34.7 millones, es decir, 4.1 veces el monto financiado en similar periodo del 2023.
Al respecto, Karina Chinguel refiere que el crecimiento de Inversiones.io se da por su respaldo financiero. “Pero no todos tienen esas espaldas financieras”, advierte.
Por su parte Álvaro Castro refirió que Inversiones.io es una compañía con inversiones diversificadas, lo cual le ha ayudado a mantenerse en el mercado. “El hecho de que haya sido capaz de encontrar un espacio a pesar de las limitaciones, no quita que la normativa no sea conveniente, si queremos que se desarrolle esta industria. Una golondrina no hace el verano”, apuntó.

Licenciado en periodismo de la PUCP, con más de diez años de experiencia en medios de prensa escritos y digitales.