
Cuando el sol empieza a esconderse y los turistas regresan a la ciudad, muchos negocios en balnearios del Perú enfrentan una realidad dura: la estacionalidad.
La caída de visitantes tras terminar el verano y Semana Santa impacta directamente en sus ventas, sobre todo para restaurantes, hospedajes, tiendas y servicios recreativos.
Sin embargo, emprendedores como Miguel Córdova, dueño del restaurante El Sama en el balneario de Barranca, están apostando por la reinvención y el turismo gastronómico como ancla para resistir todo el año.
También están los hospedajes, como en playa Las Tortugas (Áncash), donde la temperatura puede resultar no tan llamativa, pero el negocio lucha contra la corriente.
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La temporada alta: un respiro breve y necesario
“La Semana Santa es clave, nos da un gran empuje”, cuenta Miguel Córdova, también miembro de la Asociación de Restaurantes Marinos y Afines del Perú.
Su local, a 30 metros del mar, se llena de visitantes buscando ceviches frescos, arroces con mariscos, y también platos criollos como el chancho al palo o el arroz con pato.
Durante esas fechas, contratan más personal, compran más insumos y se activa la cadena productiva local. Pero luego, viene el vacío.

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El desafío del invierno y la especulación
“Todavía vivimos de esa etapa estacional. En verano hay picos altos y en invierno, caída. El problema es que se especula mucho con los precios de los insumos”, advierte Córdova.
Durante la última Semana Santa, el kilo de chita llegó a duplicar su precio, pasando de S/40 a S/85.
“Y eso afecta porque no puedes trasladarle ese costo al cliente que también está ajustado”, señaló.

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Clima privilegiado
A pesar de la estacionalidad, algunas regiones del Perú cuentan con un clima cálido durante todo el año, lo que permite una actividad turística más constante:
- Piura y Tumbes: Estas regiones del norte del país disfrutan de temperaturas cálidas y sol casi todo el año, lo que las convierte en destinos turísticos permanentes.
- Ica: Conocida por su clima seco y soleado, Ica ofrece atractivos como la Huacachina y bodegas de vino y pisco, siendo un destino popular incluso en invierno.
- Chiclayo: Ubicada en la región de Lambayeque, Chiclayo presenta un clima cálido y soleado la mayor parte del año, lo que favorece el turismo en sus playas como Pimentel.

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Expertos proponen diversificación inteligente
Jorge Carrillo Acosta, profesor de Pacífico Business School, recomienda el desarrollo de mercado: “Identificar zonas urbanas cercanas donde haya demanda, como Lurín, Pachacamac o Cañete, y vender allá por delivery”.
También propone desarrollar productos nuevos adaptados al invierno.
“Un ceviche no es tan atractivo en junio. Tal vez una sopa marina o platos calientes sean mejores para esa estación”, señaló.

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Rossana Gallesio, especialista en finanzas, añade otras estrategias:
- Turismo de fines de semana temático: Promover escapadas de fin de semana con actividades como retiros de yoga, talleres de cocina marina, arte o fotografía. Crear paquetes “todo incluido” atractivos para parejas o grupos pequeños.
- Alianzas con empresas para eventos corporativos: Ofrecer las instalaciones para reuniones, capacitaciones, dinámicas de grupo o actividades de team building. Adaptar servicios de alimentación y hospedaje para estos fines.
- Promoción de alquileres mensuales o de larga estadía: Atraer a personas que hacen trabajo remoto, ofreciendo paquetes con internet de alta velocidad, descuentos por estadías largas y espacios tranquilos.
- Transformar el local para otros usos: Restaurantes que funcionen como cafés de coworking entre semana. Bares que se adapten como salas para proyecciones de películas o conversatorios culturales.
- Venta online de productos ancla: Si el negocio es gastronómico, vender salsas, conservas o postres típicos en Lima o por delivery. o En tiendas de ropa o accesorios, habilitar un e-commerce o canal en redes sociales para mantener ventas fuera de temporada.
- Eventos comunitarios o culturales: Organizar ferias, campeonatos deportivos, exposiciones de arte o festivales gastronómicos mensuales para activar la economía local. o Buscar el respaldo de la municipalidad u organizaciones culturales para sumar apoyo y visibilidad.
- Uso del espacio para educación o formación: Alquilar o usar locales como sede de talleres sabatinos (surf, cocina, cerámica, danza, etc.) dirigidos a residentes permanentes o visitantes.
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Acción y visión a largo plazo
Para Miguel Córdova, el futuro de los balnearios está en planificar con visión.
“Este es el momento de prepararnos. Capacitar, embellecer los balnearios, promover la cocina sostenible y enseñar. Si fortalecemos el servicio ahora, cuando regrese el verano, estaremos listos para recibir y crecer”, señaló.
El reto está en dejar de pensar el turismo como gasto y verlo como inversión. Solo así, el negocio podrá mantenerse vivo incluso cuando el sol se esconda.