
Los inversionistas apuestan a que la economía de Perú saldrá ilesa del más reciente episodio de caos político que golpea al país.
La expresidenta Dina Boluarte fue destituida poco después de la medianoche esta mañana, y el nuevo líder, José Jerí, no ha nombrado a un primer ministro, a un jefe de finanzas ni ha dicho cuáles son sus planes.
Pero los traders están tan acostumbrados a la tendencia del país a derrocar a sus jefes de Estado que apenas reaccionan a noticias que podrían desencadenar una gran volatilidad en otros mercados emergentes.
Los bonos en dólares del país apenas registraron variaciones el viernes, con los bonos de referencia con vencimiento en 2036 cotizando a 102 centavos. El sol se depreció un 0.2% frente al dólar, mientras que las monedas de Chile, México, Colombia y Brasil registraron caídas aún mayores.

El jueves por la mañana, la mayoría de los peruanos desconocían a Jerí, un abogado de 38 años que presidió el Congreso por el partido de centroderecha Somos Perú. Pero el país ha tenido tantos presidentes —ocho en la última década, cinco de los cuales enfrentaron un impeachment— que los líderes empresariales y los legisladores han aprendido a navegar la inestabilidad política.
Los inversionistas en bonos también se sienten reconfortados por el hecho de que la política monetaria y cambiaria apenas se ven afectadas, ya que son gestionadas por el banco central independiente, que ha tenido el mismo presidente, Julio Velarde, desde 2006.
LEA TAMBIÉN: José Jerí Oré: el perfil del nuevo presidente del Perú
La tasa de inflación de Perú del 1.36% está entre las más bajas de los mercados emergentes, mientras que el crecimiento económico superará al de México, Brasil, Colombia y Chile este año, según el Fondo Monetario Internacional.
“No esperamos desviaciones políticas significativas durante su corto mandato”, escribió Luis Ramos, jefe de estrategia de renta variable de LarrainVial, en una nota el viernes.
La inestabilidad constante también ayuda a prevenir cualquier reforma importante que pueda afectar negativamente a los inversionistas, escribieron economistas de Goldman Sachs liderados por Alberto Ramos, en una nota el viernes.
La presidencia de Jerí
Está previsto que Jerí ejerza como presidente solo hasta julio de 2026, tras las elecciones generales que se celebrarán ese año.
Aún necesita ganarse el apoyo de millones de peruanos que nunca habían oído hablar de él antes de convertirse en jefe de Estado. En 2020, también tras un impeachment, el entonces presidente del Congreso, Manuel Merino, asumió la presidencia, y luego dimitió a los pocos días debido al rechazo generalizado del pueblo.
Boluarte dejó el cargo como una de los líderes más impopulares de la historia, con un índice de aprobación del 3%.

Jerí se dirigió brevemente a la nación la madrugada del viernes, prometiendo combatir el aumento de la delincuencia, que fue el detonante del impeachment de Boluarte. Dijo que su primera medida como presidente fue reunirse con los jefes de policía y militares para combatir la delincuencia. Aún debe nombrar ministros para supervisarlos.
Todavía no está claro cuándo Jerí nombrará un gabinete. Su ascenso fue tan rápido que la primera moción de destitución contra Boluarte se presentó solo el jueves por la tarde y ella se marchó poco después de la medianoche.
Jerí no logró obtener un escaño en el Congreso mediante el voto popular, pero fue nombrado cuando a un congresista electo se le impidió asumir el cargo. Se convirtió en el principal legislador del Perú en julio, al frente del Congreso unicameral.
Anteriormente este año negó una acusación de agresión sexual, aunque esta acusación podría ser objeto de un mayor escrutinio ahora que es jefe de Estado.