
Perú aspira a integrar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) desde 2012, cuando manifestó por primera vez su interés. Una década más tarde, en 2022, la institución internacional lo invitó a iniciar el proceso de adhesión. Desde entonces, nuestro territorio trabaja en reformas para convertirse en miembro oficial. Pero ¿qué falta?
Una de las aristas aún por ajustar es el aspecto laboral. En esa línea, el ministro de Trabajo y Promoción de Empleo (MTPE), Daniel Maurate, intervino en la última sesión extraordinaria de la Comisión Especial CESIP-OCDE, del Congreso de la República, y detalló los esfuerzos de la cartera para cumplir el objetivo.
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Dinámica laboral bajo la lupa
El titular del MTPE aseguró que “los otros países que pertenecen a la OCDE miran con entusiasmo la participación del Perú”. Como se recuerda, Chile, Colombia, Costa Rica y México son las naciones latinoamericanas que ya conforman el grupo.
Precisó, así, las cinco observaciones en materia de trabajo que la organización internacional delimitó luego de visitar el país:
- Fomentar la formalización laboral.
- Mejorar las competencias laborales.
- Atender la intermediación laboral.
- Fortalecer la inspección laboral.
- Regularizar la migración para luchar contra la pobreza.
Ante este escenario, Maurate sostuvo que su cartera ha determinado cuatro ejes que, justamente, armonizan con lo que la OCDE plantea.
El primero, la promoción de la empleabilidad del capital humano, coincide con el punto 2. El segundo, la promoción del empleo decente, coincide con el punto 3. El tercero, la protección de los derecho laborales fundamentales, coincide con el 1 y 4. Por último, la generación de empleo temporal, con el 5.

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Implicancia del sector privado
El ministro enumeró las iniciativas que se impulsan en el mercado laboral para cubrir las falencias que la OCDE ha contemplado, pero antes de ello resaltó que el sector privado ha asumido un rol protagonista en la misión.
Mencionó el programa Jóvenes Productivos: “Se busca primero a la empresa que va a ofrecer los puestos. [...] Hemos encontrado mucho apoyo en el sector privado, en los gremios más importantes del país. Ahora hay alrededor de 60 empresas aliadas. [Luego] Con la empresa buscamos el centro de capacitación y, con ella, formamos la malla curricular para saber qué es lo que se le va a enseñar al joven”.
Es decir, antes que ubicar a perfiles múltiples, se identifica a las vacantes laborales. “Los acompañamos [a los nuevos trabajadores] hasta el día en que firmar su contrato de trabajo. Un joven de la extrema pobreza pasa a la actividad laboral formal”, acotó Maurate.
Capacíta-T es otro programa que se enfoca en potenciar el talento de los peruanos a través de carreras cortas centradas en las competencias digitales. El ministro cayó en cuenta de que la modernidad exige que las habilidades de los colaboradores se renueven con constancia. ¿Perú va al ritmo?
“En el 2022 solo el 25% de los jóvenes que terminaban el colegio accedía a la educación superior. El 2024 ha mejorado, el 30%, pero todavía es muy poco”, añadió. Por ello, una de las misiones es promover, al menos, una instrucción tecnológica base.
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Inclusión en el mercado de trabajo
No obstante, los jóvenes no son los únicos priorizados: hay 20 cursos de capacitación para la generación plateada (mayores de 50 años). La inclusión abarca también los idiomas: quechua, aimara e inglés. “Gracias al apoyo del sector privado”, recalcó Maurate.
Asimismo, la dinámica con las personas con discapacidad no consiste solo en posicionarlas en una vacante: hay una campaña de sensibilización.
“Invitamos a las empresas que han contratado a personas con discapacidad a dar su testimonio. Hablan de cómo estos perfiles mejoran el clima laboral y aportan a la productividad. Hasta el 2022, solo había 9,000 personas con discapacidad en las planillas. Hoy, hay casi 13,000″, apuntó. Adelantó, además, que este año se pretende llegar a las 15,000 personas.
Otro grupo que abarca el interés del MTPE es el de aquellos con un oficio autodidacta. Por ejemplo, cocineros o mecánicos que se instruyeron sin preparación académica, solo experimental. “Para ellos hay un programa de certificaciones, porque necesitan acreditar sus competencias laborales”.
También se registra una iniciativa pensada para “quienes llegaron tarde”, como definió Maurate. Llamkasun Perú es un programa de empleo temporal cuyo financiamiento en actividades de infraestructura de intervención inmediata prioriza a la mano de obra no calificada. Tal es el caso de las personas víctimas de violencia de género y las víctimas del periodo de violencia de 1980-2000 rescatadas del terrorismo.

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Formalización laboral: ¿hay avances?
Pese a lo mencionado, la OCDE detecta aún mucho quehacer en materia del empleo, así lo reconoció Maurate.
Por ahora, el Perú da algunos pasos importantes: “Los jóvenes están ingresando en mayor porcentaje que los adultos a las planillas, y eso es importante, porque siempre el sector de los jóvenes ha sido uno bastante vulnerable. [...] Y, a partir de agosto del 2024, las mujeres también están creciendo mejor en las planillas, están ingresando en mayor porcentaje que los hombres”, explicó.
“Tenemos un crecimiento, de enero a marzo del 2025, de 6.9% en planilla. [...] Las remuneraciones también han crecido. Comparando el 2023 con el 2024, han aumentado en S/ 86”, agregó.
La informalidad ha sido una problemática a la deriva hasta ahora. Aunque, se debe reconocer que el MTPE dio un paso al concluir el registro de los trabajadores que se despliegan en este lado de la dinámica laboral. Aún así, siete de cada 10 trabajadores en Perú siguen en la informalidad.
“Han participado todas las entidades públicas del estado, Sunat, Reniec, Sunedu, para lograr el registro de todos los trabajadores que están en la informalidad laboral. Migraciones también, porque hemos incluido a todos los que han venido a Perú y han logrado sacar su carnet de extranjería para trabajar”, comentó.
“Tenemos geolocalizado a los trabajadores en informalidad laboral por regiones, por provincias y por distritos. [...] El registro de los trabajadores del sector informal nos ha permitido construir la tipología de la informalidad laboral, porque esta no es una masa uniforme. [...] Hay más o menos 15 grupos de informalidad laboral”, prosiguió.

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El autoempleo y sus ramificaciones
El ministro describió que en la tipología del autoempleo se evidencian, por lo menos, ocho grupos.
“Autoempleo agropecuario, autoempleo de servicios personales, autoempleo vendedor en establecimientos o puestos fijos, autoempleo en servicios especializados de influencers, autoempleo de oficios, autoempleo de servicios, autoempleo de artesanos, autoempleo de vendedores ambulantes”, enlistó.
Adelantó, al respecto, que el Perú se ha acercado a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para “proponer como país que el autoempleo, bajo determinadas características, también sea considerado un empleo decente y formal".
“Cuando uno mira la informalidad como algo global, establecer políticas públicas es tan difícil como aplicar los recursos estratégicamente. Las tipologías de las informalidades nos van a permitir tener remedios para cada tipo de informalidad, con lo cual la intervención del Estado va a ser más acertada”, concluyó.

Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.