
Cuando se puso sobre la mesa en Perú, durante la gestión de Piero Ghezzi en el Ministerio de la Producción (Produce) (2014-2016), el término “diversificación productiva”, uno de los sectores que se asomó fue el forestal. Sin embargo, desde ese momento y hasta ahora el país no ha logrado impulsar esta actividad. Ahora, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) quiere cambiar esto.
Erasmo Otárola, director ejecutivo del Serfor, reconoció que el Perú ha retrocedido en exportaciones de madera, pero han crecido otros rubros.
“Estamos en unos US$ 80 millones de exportación anual de madera, principalmente por algunas especies de alto valor como shihuahuaco, tahuarí (...) Nuestro mejor momento fue entre el 2008 y 2010 en el que exportábamos por un valor de US$ 250 millones. El problema fue que gran parte de ese monto provenía de la venta de caoba. Sacamos tanto Caoba, siendo una especie bastante escasa, que de alguna manera la extinguimos comercialmente (...) Luego hubo un ‘hito histórico’ negativo con el tema de la embarcación Yacu Kallpa que sacó madera ilegal”, explicó.
Del otro lado, han crecido los productos no maderables. Estamos hablando, por ejemplo, de US$ 100 millones en tara, castaña, entre otros no maderables.
A esto se suma que está avanzando rápidamente, y el Perú es uno de los países donde hay más proyectos inscritos: proyectos de carbono forestal que están orientados a la mitigación del cambio climático.

El potencial en el Perú
¿Cómo se explica que Perú haya quedado tan atrás en la exportación de madera? “No hemos apostado en lo que para otros países ha sido un motor de desarrollo: las plantaciones forestales comerciales”, respondió Otárola.
A su consideración, el mundo ya no está pidiendo productos del bosque natural, porque se busca es conservarlo. Entonces, lo que se quiere es madera que provenga de plantaciones forestales comerciales, donde el país, en palabras del funcionario, “está en cero”. Sin embargo, el potencial es la clave.
“Tenemos un tremendo potencial. Hemos identificado en el Serfor 11 millones de hectáreas para este fin y tienen el potencial para que inversionistas vengan a generar valor", mencionó a este diario.
Es más, reconoció que Chile apostó hace más de 40 años a plantaciones comerciales por lo que si uno va a Loreto o Ucayali, la madera que se vende ahí es pino chileno. “Esa es la realidad, pero podemos revertirla porque existe una demanda muy fuerte de madera de origen de plantaciones”, aseguró.
¿Cómo se distribuyen las hectáreas con potencial? En la Amazonía, por ejemplo, están casi 5 millones de hectáreas. Vale aclarar que se tratan de áreas ya deforestadas que no implican impacto sobre la conservación.
El resto se divide entre la costa y los andes. Es más, en estos espacios, las plantaciones pueden ser pieza fundamental para también ayudar a que se den servicios ecosistémicos hídricos para asegurar agua en este escenario de cambio climático.
Aunque no todo irá a plantaciones forestales, vale la pena recordar un dato: en 2014 se registraban 69.1 millones de hectáreas de bosque, 10 años después, en el 2024, se registraron 67.5 millones.

Concesiones forestales 2.0
Otra manera de potenciar este sector es con lo que Otárola denominó “concesiones forestales 2.0″, que van más allá de lo antes mencionado, porque buscan una mirada integral.
“Integran no solo madera, sino el aprovechamiento de productos no maderables y la puesta en valor de sus servicios ecosistémicos, como el carbono, belleza escénica, conservación de la biodiversidad (...) Esto que estamos desarrollando son concesiones para reforestación (...) Ahora está teniendo un mercado importante a nivel internacional y necesitamos modificar el modelo que antes se otorgaba, que tenía un enfoque más maderable, a un enfoque más de manejo integral”, explicó a este diario.
Aunque es un tema que se está construyendo, adelantó que ya hay expectativa de inversionistas sobre este producto. Es más, a mediados de este mes, se dio la Expo Forestal Perú 2025, y en ese espacio recibió muestras de interés.
“En este momento construyendo el modelo, haciendo los cambios normativos. Estamos diferenciándolas de lo que son concesiones de plantaciones forestales (tradicionales). Estamos trabajando con el Congreso de la República y el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) para hacer las modificaciones que permitan dar las condiciones habilitantes para este tipo de concesiones”, apuntó.
En esta misma línea, aunque todavía no había claridad sobre cuáles serían, sí adelantó que se está insistiendo para que el sector reciba incentivos, los que se entienden serían tributarios pues recordó que otros sectores ya gozan de recuperación del IGV, depreciación acelerada, Impuesto a la Renta reducido.
“Las plantaciones forestales podrían en 20 años mover un 10% o 15% del PBI”, proyectó.

Editora de Economía y coordinadora de ESG del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con casi 10 años de experiencia profesional en el rubro.








