
Además de vincularse con el factor innovación, la transformación tecnológica se mueve al ritmo de los vaivenes políticos y comerciales. Así lo demuestra el Índice de Competitividad Digital 2025, a cargo del Institute for Management Development (IMD) junto con Centrum PUCP. Su objetivo es extraer una radiografía del desempeño digital de 69 economías; entre ellas, Perú.
El ranking pone bajo la lupa tres pilares: el conocimiento, la tecnología y la preparación para el futuro. ¿En qué áreas debe concentrarse nuestro país para salir del freno?
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El comportamiento de Perú
Con un puntaje de 42.78 sobre 100, Perú se posiciona en el puesto 64; es decir, en el colofón del ranking. Los países que están por debajo son Ghana, Namibia, Mongolia, Nigeria y Venezuela.
“Esta situación reafirma la urgencia de fortalecer las capacidades institucionales y de promover una articulación público-privada más efectiva que impulse la transformación digital y cierre las brechas estructurales que limitan la competitividad digital nacional”, se puede leer en el informe oficial.
Su actual ubicación incluso registra una leve caída en comparación con los resultados de 2024, cuando ocupó el lugar 63. Y, bajo el zoom a nivel regional, Perú subraya su casilla de rezagado: Chile (43), Brasil (53), Colombia (55), México (59) y Argentina (60) están por delante de él. El único territorio que no se antepone es Venezuela, con el puesto 69.
El contexto que explica este orden en el ranking tiene que ver con el descuido alrededor de toda la estrategia en favor del comercio electrónico. Si bien entre 2007 y 2024, el Perú pasó de una conectividad incipiente a un ecosistema marcado por ventas, pagos y logísticas digitales, los esfuerzos no han sido parejos en varias aristas.
Es cierto que hay una expansión de redes móviles, un abaratamiento del gigabyte y una masificación de smartphones, además de mejoras en la velocidad de la banda, pero este proceso de transformación digital aún enfrenta brechas que quedaron en evidencia con la llegada de la pandemia, cuando las empresas de todos los tamaños virtualizaron sus procesos. ¿Cuáles son?

Al respecto, Luis Del Carpio, director de la Maestría en Gerencia del Desarrollo Competitivo Regional de Centrum PUCP, indicó que “la experiencia de países como Chile, Brasil, Colombia y México demuestra que la competitividad digital no depende solo de infraestructura, sino de una estrategia integral y sostenida que combine talento, innovación y coordinación institucional”.
En detalle, “Chile destaca por su sólida inversión en infraestructura tecnológica y su apuesta por la formación de capital humano especializado, elementos que le han permitido consolidar una base digital competitiva. Por su parte, Brasil y Colombia demuestran que el progreso digital sostenido es posible cuando existe una visión de largo plazo. [...]. Ambos países han logrado avances significativos al fomentar ecosistemas colaborativos, promover marcos regulatorios modernos y cerrar brechas tecnológicas entre grandes empresas y mipyme“.
En suma, las dinámicas de los tres países “ofrecen a Perú una hoja de ruta clara sobre invertir de forma sostenida en I+D, fortalecer la cooperación intersectorial y alinear sus políticas digitales hacia la creación de un ecosistema competitivo e inclusivo”.
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Los tres pilares de la competitividad
Las brechas que el Perú no ha podido saldar se relacionan con los tres pilares de la competitividad que respaldan el ranking.
El primero es el conocimiento, el cual recoge la habilidad de un país para comprender, aplicar y aprovechar el talento en el desarrollo de nuevas tecnologías. El segundo es la tecnología, que mide la capacidad para generar innovaciones a través de regulaciones, capital y un marco adecuado; y, por último, la preparación para el futuro, entendido como la agilidad para adaptarse a los desafíos venideros.
Cada ítem, por tanto, posee su propia calificación. En todos, nuestro país continúa en el tramo final; o sea, no sale de la recta de los sesenta.
“El desempeño del Perú en los tres pilares de competitividad digital muestra avances limitados y desafíos persistentes. En conocimiento (puesto 66), el país retrocede tres posiciones a causa de debilidades en talento, educación y formación científica, lo que evidencia la urgencia de fortalecer el capital humano y la investigación aplicada”, se precisa en el documento.
Aquí, las naciones que ocupan el top 3 son Suiza, con 98.2 puntos de 100; Canadá, con 94.9 puntos de 100; y Suecia, con 94.4 puntos de 100.
“En tecnología (puesto 62), se observa una leve mejora impulsada por el desarrollo del marco tecnológico y la expansión de la conectividad, aunque persisten rezagos en regulación y financiamiento para la innovación", se agrega.
Los países líderes en este componente son Estados Unidos, Singapur y Hong Kong.
“Y, en preparación para el futuro (puesto 63), el descenso refleja una menor agilidad empresarial y limitada integración de tecnologías digitales, subrayando la necesidad de potenciar la adaptabilidad de los negocios y consolidar un ecosistema digital dinámico y sostenible”, concluye.
En este apartado, a la vanguardia están Dinamarca, Suiza y Taiwán.

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Políticas en espera
Dadas las cifras, el pilar que ha testimoniado una notable picada es el de conocimiento. El Institute for Management Development (IMD) y el Centrum PUCP colocan sobre la mesa un estudio de Real Time Management 2025 (RTM) sobre transformación digital, inteligencia artificial (IA) y ciberseguridad con el fin de explicar esta tendencia lamentable.
Destacan, así, que los principales obstáculos para el avance digital son la escasez de personal interno capacitado, la resistencia al cambio organizacional y la subutilización de las herramientas tecnológicas ya implementadas. Estos resultados reflejan “una brecha entre la inversión tecnológica y su aprovechamiento efectivo dentro de las organizaciones, lo que limita la madurez digital y la capacidad de innovación en el Perú”, observan.
A la búsqueda de la formación en competencias digitales, las instituciones a cargo suman cuatro propuestas para impulsar la infraestructura digital y alentar el e-commerce.
La expansión de la banda ancha en zonal rurales, periurbanas y territorios históricamente alejados encabeza la lista. Siguen el fortalecimiento de la protección de datos y ciberseguridad para consolidar la confianza en la economía digital; el fomento de las alianza público-privadas en logística y distribución digital; y los incentivos para la adopción de fintechs y pagos electrónicos.
Ante el panorama, Del Carpio insistió en que “la transformación digital no puede seguir viéndose como un fenómeno capitalino, sino como una revolución nacional que debe llegar a cada región del Perú”.
Para lograrlo —propuso— la estrategia comunicacional debe transmitir un mensaje claro: la digitalización no es exclusiva, sino una herramienta de inclusión. “El foco debe estar en mostrar beneficios tangibles como una mayor conectividad, más productividad y nuevas oportunidades para las mipyme. [...] La comunicación debe inspirar a gobiernos locales, universidades y empresas a apostar por el capital humano regional, mostrando historias reales de transformación fuera de Lima”, acotó.
“La transformación digital no empieza en un laboratorio, sino en cada aula, taller o emprendimiento conectado a la red. La digitalización no es un software en Lima, sino el cable que une al país”, concluyó.


Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.







