
El directorio de Petroperú aprobó el último lunes estados financieros auditados de su ejercicio 2024, los cuales reconocen que la empresa en los últimos dos años ha acumulado pérdidas por US$ 1,896 millones, pese a la entrada en operación de la nueva refinería de Talara (en diciembre de 2023). Aun así, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) descartó un nuevo rescate para la empresa.
Cuando se inauguró esa planta -de más de US$ 6,530 millones, incluyendo inversión de capital más intereses preoperativos- se esperaba que empiece a reflotar a esa empresa durante el 2024, y que obtuviera cifras en azul desde este año.
Sin embargo, con los resultados negativos del 2023 y 2024, y a juzgar por los que está obteniendo esa empresa hasta el primer trimestre del 2025, según diversos especialistas, la petrolera estatal requeriría un nuevo rescate económico financiero para poder subsistir este año.
Es más, la auditoría que fue realizada por auditores independientes de la Sociedad de Auditoría Gaveglio Aparicio y Asociados SCRL – Price Waterhouse Coopers (PwC) dice que la situación financiera, “junto con otras condiciones descritas (...), indican que existe una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la compañía para continuar como empresa en marcha”.
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MEF descarta nuevo rescate a la empresa
Tras los rumores de que Petroperú estaría solicitando al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) un nuevo rescate financiero, el titular del sector, Raúl Pérez Reyes, descartó esa posibilidad.
En conferencia tras sesión del Consejo de Ministros, al ser consultado por los medios sobre el tema, remarcó que no están “trabajando bajo el escenario de que se necesite ponerle más recursos a Petroperú”.
Explicó que evalúan un proceso de reestructuración de Petroperú, y para lo cual sostuvo reunión hace dos semanas con su homólogo de Energía y Minas, Jorge Montero.
Dio a entender que en esa reunion se buscaba acelerar el proceso de la selección del oficial a cargo de la transformación de la empresa, y para aplicar reducciones en personal y hacer que la estatal opere de forma eficiente.
Además, refirió que están viendo la posibilidad de hacer una reestructuración financiera, no un salvataje, que permita que la empresa pueda afrontar mejor los flujos de pagos que tiene mientras va desarrollando la capacidad productiva.
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Reestructuración financiera ¿a qué debería apuntar?
Consultado al respecto, Carlos Paredes, expresidente de Petroperú, dijo tener entendido que la reestructuración financiera a la que apunta la empresa es postergar el pago de deudas con vencimiento a corto plazo, para pagarla en un plazo más lago, y con mejores condiciones de financiamiento.
Eso significaría a su vez, anotó, tasas de interés iguales o mejores que las que tenía para el pago de deuda de corto plazo, a aplicar a las deudas de largo plazo.
Además, esa reestructuración se puede entender, añadió, como un reperfilamiento de las deudas que le permita a la compañía un alivio de caja para el corto plazo.
Sin embargo, Paredes consideró que una reestructuración financiera no va a ser suficiente para sacar a Petroperú de los problemas económicos y financieros que enfrenta. “No es posible reestructurar sin dar un financiamiento adicional, o más préstamos o garantías, que finalmente es un rescate”.
Cualquier solución, según observó, pasa primero por cambiar a las personas que han llevado a la empresa a esta situación, cambiar al directorio y a su gerencia general.
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¿Qué arroja la auditoría de Petroperú?
En efecto, resultados de la auditoría al 31 de diciembre del 2023, y al 31 de diciembre del 2024, arrojan pérdidas cuantiosas.
Esos estados financieros, que serán presentados a la Junta General de Accionistas (JGA) de la empresa -los ministerios de Economía y Finanzas (MEF) y de Energía y Minas (Minem)- para su aprobación, fueron dados a conocer a Gestión por esa compañía pública.
En el informe, los auditores concluyen que entre los años 2023 y 2024, Petroperú acumuló pérdidas por US$ 1,869.8 millones, de las cuales US$ 1,095.9 millones correspondieron al 2023, y US$ 773.9 millones al 2024.
Explican que, la tendencia a la baja en los precios internacionales del petróleo y combustibles, la menor disponibilidad de producción de la nueva refinería de Talara y la paralización de su unidad Flexicoking (para el procesamiento de crudo pesado y que le otorga mayor rentabilidad), más aumento de gastos de operación, generaron rendimientos económicos menores a los esperados.
A ello le suman que el Oleoducto Norperuano, por presentar un nivel reducido de ventas como consecuencia de las paralizaciones generadas por siniestros que afectaron esa tubería, originaron que obtuviera pérdidas operativas significativas.
Las pérdidas netas por la operación de ese ducto, según estima el informe, ascenderían a US$ 58.6 millones, y ha identificado indicios de un posible deterioro en el valor de los activos integrantes de esa unidad de generación de ingresos.
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Ponen en duda que pueda seguir en marcha
En el informe, los auditores opinan que (dado estos resultados) existiría “una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la compañía para continuar como empresa en marcha”.
Igualmente, de acuerdo al informe, se encontraron posibles irregularidades, favoritismos y conflictos de interés en contratos entre 2021 y 2025.
Esto incluye casos con dos empresas proveedoras, lo que ha llevado a investigaciones de la Fiscalía contra funcionarios y exfuncionarios de la empresa.
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Pérdidas seguirían este año
Para Hugo Perea, economista jefe para el Perú del BBVA Research, las cifras de Petroperú están claras, en el sentido de que generó nuevamente pérdidas el año pasado, y refirió que, al primer trimestre del 2025, otra vez la petrolera estatal estaría teniendo pérdidas por más de US$ 600 millones acumuladas en doce meses.
En tal sentido, señaló que al final del día los contribuyentes nuevamente podrían terminar pagando por una nueva ayuda fiscal a Petroperú.
En todo caso, refirió que las visitas del presidente de Petroperú, Alejandro Narváez, al MEF, coinciden con el vencimiento de las deudas de esa empresa estatal, y concluyó en que, su situación, definitivamente es delicada, por lo cual requiere una solución estructural.
Tal solución estructural -refirió Perea- no necesariamente pasa por una liquidación inmediata de la empresa, pero -planteó- se la podría poner en valor de forma que haga atractiva su venta (al sector privado).
“No hay que descartar la posibilidad de que, de repente, la gestión privada experta en el tema en el tema energético, podría ser una mejor administradora”, señaló a Canal N.
En tanto, expertos consultados por Gestión, coincidieron en que este año Petroperú podría terminar nuevamente en rojo, ante lo cual señalaron que no le quedaría otra alternativa que requerir un nuevo rescate económico financiero.
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Anterior rescate que dio el fisco ya se diluyó
Arturo Vásquez Cordano, exviceministro de Energía, refirió que, con las pérdidas acumuladas por US$ 1,869 millones en los últimos dos años, el aporte que le diera el Estado a Petroperú en anteriores rescates, por cerca de S/ 4,000 millones, prácticamente se ha diluido.
“(La empresa) tenía un patrimonio de US$ 2,665 millones y éste se ha reducido a US$ 2,431 millones; es una locura porque se supone que el Estado está aportando dinero para dar un fortalecimiento patrimonial y mejorar la posición de sus activos”, fustigó.
Vásquez consideró que Petroperú al concluir el 2025 nuevamente estaría cerrando “en rojo”, porque este año otra vez su nueva refinería Talara (hasta meses atrás) estuvo enfrentando problemas de operación, a lo que se suma una mayor competencia de importadores de combustibles de mayor calidad que el que produce.
Con todo ello, el experto -también director de Investigación de la Escuela de Postgrado Gerens- concluyó en que la crisis que enfrenta, va a llevar a la empresa a tener que plantear probablemente a una solicitud de un nuevo rescate financiero.

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¿Cuánto podría costar el nuevo rescate?
Según estimaciones que realizó César Gutiérrez, expresidente de Petroperú, esa empresa en el segundo trimestre del 2025 posiblemente recién estaría teniendo una utilidad bruta positiva resultado de que ya está operando (normalmente) su unidad de flexicoking (dentro de la nueva refinería).
Sin embargo, esa utilidad bruta que lograría en ese periodo -estimó el experto- posiblemente no le alcanzaría para pagar gastos administrativos (de ventas) y a su vez gastos operativos, y mucho menos para pagar la cuantiosa deuda que tiene, pues tiene una alta carga financiera.
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Gutiérrez proyectó que si la refinería Talara operara a un factor de planta del 80%, y obtuviera un margen de refinación neto de US$ 15 por barril, la empresa podría generar US$ 416 millones, dejando aún con ello, un déficit de caja que estimó en US$ 270 millones.
Esta última, concluyó, sería la cantidad que tendría que ser cubierta con apoyo estatal, a través de un nuevo rescate financiero, y además, necesitaría que se le renueve por un año más la deuda de US$ 2,302 millones que tiene con el Banco de la Nación y la caja fiscal. En resumen, concluyó, el siguiente gobierno estaría heredando este problema.
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Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP. Diplomado en Economía y Finanzas en la Universidad de Esan.