
Llegado el último tramo del calendario, el sector pirotécnico del Perú se prepararía para lanzar su mejor “explosión”: la campaña de Navidad y Año Nuevo. No obstante, en este 2025, el pico estacional en la demanda registra una contracción, aseguró el Sector de Importadores y Comerciantes de Efectos Visuales, Sonoros y Fumígenos de Uso Recreativo del Gremio de Servicios de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
En el panorama, la sobrerregulación es uno de los argumentos fuertes. Lejos de reducir riesgos, la normativa ha terminado empujando al circuito económico hacia espacios de venta clandestina; es decir, hacia mercados negros que alimentan el entramado de las economías ilegales. ¿A más control, más pólvora?
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Ingreso legal, pero venta ilegal
En detalle, hasta la primera semana de noviembre, las importaciones de productos pirotécnicos alcanzaron un valor CIF de US$ 2,3 millones, lo que representa el 59.36 % del total registrado en 2024, cuando el monto llegó a los US$ 4 millones.
La baja cifra se vincula con la austeridad de ferias formales a nivel nacional. El año anterior, solo se ejecutaron ocho de estas ventanas comerciales —Lima, Loreto, Piura, Ucayali, La Libertad y Huánuco fueron las ciudades de acogida—, y todo indica que este año se repetirá la edición.
Al respecto, Juan Piiroja, describió a Gestión los pasos impuestos por la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), organismo adscrito al Ministerio del Interior (Mininter).
“Estas ferias representan inversiones de más de S/100,000 y tienen que cumplir con requisitos importantes: tamaños de nueve metros cuadrados, un depósito de hasta 10 toneladas de productos pirotécnicos, los puestos deben estar a un metro de distancia, no pueden tener más de 200 kilos de peso bruto de material pirotécnico, deben contar con extintores y cilindros de arena”, precisó.
El “cuello de botella”, sin embargo, tiene que ver más con el orden de trabajo en las entidades oficiales que con el check en las condiciones: “Ellos [los feriantes] deben ir a la municipalidad y sacar una autorización de parte de Defensa Civil. En muchas ocasiones, la Sucamec pide la autorización de la municipalidad para montar la feria; y, por otro lado, la municipalidad dice que autorizará el espacio siempre y cuando presenten la autorización de la Sucamec”.
“Hay casos en los que han armado la feria y no les han dado la autorización”, puntualizó Piiroja. Cuando esto sucede, las empresas legales no tienen dónde vender y la demanda se traslada a canales no formalizados. En suma, hay ferias “apagadas” y un mercado ilegal “en llamas”.

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Discordancia entre regulación y demanda
Nicolas Zevallos, director del Instituto de Criminología y experto en economías ilegales, explicó el flujo que no se recoge en los millones de dólares que contabiliza la CCL: “No hay una caída en la venta de los pirotécnicos, lo que hay es una caída en la venta de los pirotécnicos formales”.
“Ante la barrera que está imponiendo Sucamec, el cartel informal va a ganar. [...] El gran problema es que, mientras haya una enorme demanda, no importa cuántas formas de protección para la comercialización se implanten, esa demanda va a agenciársela para conseguir los productos. [...] Entonces, sin bajar demasiado la barrera, se tienen que promover más lugares formales donde la gente pueda comprar”, acotó.
Incluso resaltó un ítem colectivo en la ecuación: para los peruanos, el concepto de celebración está estrechamente asociado con los fuegos artificiales; no solo resultan una decoración visual y sonora, sino un marcador del espectáculo. “Ocho ferias no abastecen la demanda, no se condice con lo que se ve el 24 y el 31 de diciembre”.
Coincidió Piiroja: “Perú es un país pirotécnico, se lanza un producto todos los días del año a nivel nacional en los pueblitos, en las fiestas patronales, en los cumpleaños. Es parte del ADN”.
“El Estado no ha entendido que la demanda es gigantesca y que regular por regular o poner mano dura de golpe no sirven, no alcanzan para controlar”, adicionó Zevallos.
En efecto, este diario revisó los trámites que exige la Sucamec para que el circuito económico en el sector fluya con normalidad. Recabó, así, seis procesos oficiales, cada uno correspondiente a la ruta que va desde la importación del producto hasta la venta al consumidor final.

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¿Y la inseguridad ciudadana?
En algún momento la CCL mencionó a la inseguridad ciudadana como un elemento que afecta de manera directa al sector pirotécnico. “El problema llega cuando se cuestiona si el producto sirve, en el mejor sentido, para llevarlo a casa y hacer un bonito espectáculo; o, en el mal uso, para lanzárselo a la autoridad”, dijo Piiroja.
Pero esta conclusión se enfoca, puntualmente, en la bazuca, un arma portátil de origen chino. “Nosotros hablamos de inseguridad ciudadana porque uno de los productos que se importó en el año 2023, llamado bazuca, lo vimos en las manifestaciones de las barras y también en las manifestaciones del Grupo Z en las calles, apuntado hacia la Policía. [...] Este producto, que está pensado para la venta de uso profesional, se está filtrando para la venta de consumo humano. Le cae esto a una persona y lo mata”, explicó.
Salvo esta excepción, Zevallos especifica que el nexo entre inseguridad ciudadana y pirotécnicos es “residual”. “La protesta es una cosa muy concreta. La pólvora, para ponerse en un artefacto, es demasiado complicada y cara. Hay otras armas disponibles, granadas o explosivos, y no tiene sentido recurrir a una rata blanca o a un producto de esa naturaleza. No hay muchos episodios en los que se busque ese artefacto para amenazar a alguien. No es un canal tan certero”, profundizó.
- El dato:
Ambos voceros identificaron como un parteaguas en el sector pirotécnico el incendio de Mesa Redonda, en 2001. “No es que la capacidad de respuesta haya mejorado con los años, pero lo que sí ha ocurrido es que hemos comenzado a tomar conciencia de lo que implica la regulación”, finalizó Zevallos.

Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.








