
Si bien el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ha proyectado que el Producto Bruto Interno (PBI) de Perú alcance un crecimiento del 3.5% para el 2025 (con expectativa de que pueda incluso llegar a 4%), uno de los principales indicadores de la marcha de la economía, como es el consumo eléctrico, parece haberse desacelerado el último mes.
En su Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas 2025-2028, el MEF destacó que la producción de electricidad, que es un indicador altamente correlacionado con el PBI, había crecido 2.8% en los primeros 23 días de abril, tras lograr su tasa más alta en marzo (5.6%), su mayor repunte desde febrero del 2024, y que los indicadores asociados a inversión y consumo presentaban una dinámica favorable.
Sin embargo, de acuerdo con un nuevo reporte del Comité de Operación Económica del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (COES), en mayo último la producción de electricidad, que alcanzó los 5,077.48 gigavatios por hora (GWh), fue solo 1.91% mayor que igual mes del 2024.
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¿Se desaceleró la economía?
Para Diego Díaz, socio de Macroconsult, aunque en mayo, efectivamente, se ha visto un menor crecimiento de la demanda eléctrica, eso, aparentemente no estaría vinculado necesariamente a una desaceleración de la economía (en general).
El experto en el sector explicó a Gestión que el menor crecimiento de la producción eléctrica (la cual va aparejada a la demanda) registrado en el quinto mes del año estuvo más vinculado a menor consumo en el segmento de grandes usuarios de la energía.
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Grandes minas redujeron consumo
En la primera quincena del pasado mes, detalló Díaz, minas importantes como las de Cerro Verde y Las Bambas (que explican el 29.4% de la producción nacional de cobre) registraron reducciones en su consumo eléctrico.
Ello se produjo, al parecer por menores niveles de operación o por temas de mantenimiento. Ese resultado, además, anotó, también coincide con el feriado después del Día del Trabajo.
Por esas razones, consideró que no se trataría de un enfriamiento sistémico de la economía, pues además -observa- el segmento del consumo a nivel urbano y el de las licitaciones eléctricas se ha mantenido relativamente robusto.
César Gutiérrez, experto en temas de energía, considera que el magro crecimiento del sector eléctrico registrado en mayo es una señal de que el crecimiento del PBI en el mes que pasó se ha desacelerado.
Proyecciones no tan optimistas
El presidente del COES, César Butrón, consultado por Gestión, señaló que la proyección de ese comité es que la demanda de electricidad en el largo plazo se mantendrá en alrededor del 3%.
Si no tienen mayores previsiones de crecimiento, según explicó, es porque no avizoran (la entrada en operación de) grandes proyectos que vayan a requerir más energía, ni en el sector minero, ni en el ámbito industrial.
“No hay ningún nuevo proyecto grande que consuma electricidad en camino; hay algunos pequeños proyectos de ampliación, de refuerzos, pero proyectos significativos, relevantes, que hagan crecer la demanda más, no hay para estos años”, apuntó.
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Cae producción con gas natural
Otro factor a destacar del reporte del COES, es que, a mayo de 2025, la producción eléctrica con centrales hidroeléctricas alcanzó un crecimiento del 3.77%, aunque con plantas termoeléctricas cayó en 3.79%, mientras que con plantas solares creció 73.32%.
Esos resultados confirmarían la tendencia vista el año pasado, en que ya la producción térmica (con gas natural) había caído en 16.13%, mientras con hidráulicas había aumentado en 10.27%, en medio del avance de las tecnologías RER (80.8% con eólicas y 49.5% con solares).
Para el experto en electricidad Rafael Laca, el retroceso de las térmicas a gas es porque en los últimos años, en cumplimiento de un fallo judicial que obligó a declarar el costo real del gas natural de las térmicas (y ya no costo 0, como antes), las tecnologías RER (eólicas y solares) tienen prioridad en el despacho de la energía, al tener el menor costo para producirla.
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Los riesgos a futuro
Si bien la mayor penetración RER pareciera favorecer con un menor costo al mercado, el experto advirtió que esa situación puede tener un doble efecto negativo para los consumidores.
El primero es que, si bien hoy crece la producción con hidroeléctricas y con plantas eólicas y solares, en casos de nuevas sequías las plantas RER no resultarían suficientes para cubrir la demanda.
El segundo factor es que, si no hay más inversión en térmicas a gas ahora (no hay incentivos para nuevas inversiones ni se ha planificado al sector), en el mediano y largo plazo ello podría afectar el suministro y llevar a racionamientos del servicio.
Como se recuerda, los contratos para explotar el gas de Camisea concluyen el año 2040, y el actual Gobierno no tiene prevista la renovación de esos acuerdos contractuales, ni se conocen de inversiones en explorar nuevos yacimientos de gas natural.
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Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP. Diplomado en Economía y Finanzas en la Universidad de Esan.