
Los últimos resultados generales del Índice de Progreso Social Regional del Perú (IPSRP) 2025, que elabora Centrum PUCP en alianza con la organización estadounidense Social Progress Imperative, prenden las alarmas sobre una labor que tendrá que emprender el próximo gobierno. Tendrá la difícil tarea de recomponer el bienestar en las regiones del país.
El informe, compartido en exclusiva con Gestión, muestra que no hubo avances significativos en ningún departamento durante el último año en términos de progreso social. Es más, se vio un ligero retroceso en el promedio nacional.
¿Qué advierte lo anterior para el futuro del Perú? ¿Cuáles son las principales razones para entender esta ralentización en las condiciones de vida? Y, lo más importante, ¿qué debería hacer el siguiente gobernante del país para mejorar el panorama? Esa y otras respuestas en este informe.
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Ninguna región en posición aceptable
El IPSRP se mide por 7 niveles, que van desde “Extremo Bajo” hasta “Muy Alto”. Todo en base a puntajes que van del 0 al 100. Para estar en el grado “alto” una región debe anotar al menos 75 puntos en las 3 dimensiones del índice.
Estas son necesidades básicas humanas (acceso a vivienda, agua, nutrición básica, etcétera), fundamentos de bienestar (calidad ambiental, salud, etc.) y oportunidades (educación superior, libertad personal y de elección, etc.).
Resulta que además de pasar de 59.2 a 58.8 puntos en el promedio nacional, ninguna región alcanza el nivel “Medio Alto”. De hecho, 22 de ellas están ubicadas en el rango inmediatamente inferior, es decir, “Medio Bajo”. Este desempeño revela cómo la inestabilidad política, la informalidad y la inseguridad ciudadana han limitado la capacidad de las regiones para sostener mejoras estructurales, de acuerdo con Centrum PUCP.
Pero, habría una causa detrás que sería el punto de partida para que los otros fenómenos señalados estanquen el progreso social de las regiones del país.
“Un tema central es que tenemos una gobernanza debilitada, la eficiencia del Estado se ha mermado muchísimo. Eso afecta la respuesta a nivel regional y local también. Es un efecto en cascada que explica estos resultados”, explicó Ruben Guevara, director de Centrum PUCP.

De cara al futuro, el investigador manifestó que el próximo presidente del Perú no podrá revertir la situación actual que muestra el IPSRP con lo mínimo. Esto en referencia a recuperar la estabilidad de su puesto, es decir, que el siguiente gobierno dure lo que establece la Constitución: 5 años de corrido, cosa que no ocurrió en este último quinquenio.
A su criterio, la única fórmula para cambiar el contexto actual de progreso social es una que el Perú ya aplicó en el pasado: apostar por crecer anualmente a tasas cada vez más altas.
“Los candidatos que ofrezcan una receta para volver a crecer por encima del 5% anual harán que el país este bien. Si eso no está claro, será más difícil que el progreso social mejore”, recalcó.
Guevara agregó que ese camino es clave porque un crecimiento a esa tasa durante un quinquenio completo cambiaría al país. Se crearían más empleos y se exportaría más, lo que elevaría el ingreso per cápita y le daría al Estado más impuestos para cerrar las brechas presentes.
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Regiones andinas destacan
Esta situación afecta incluso a Moquegua y Arequipa, quienes históricamente han liderado el ranking nacional, pero en la edición 2025 del IPSRP han reflejado un deterioro en sus indicadores.
El caso de Moquegua es particular, tomando en cuenta que en la edición del 2024 era la única región que logró ubicarse en un nivel “Medio Alto”. Pero, para este año, no se mantuvo y más bien cayó un nivel.
A pesar de ello, Centrum PUCP destaca también que el índice refleja un hecho inédito en la historia de su medición. Han empezado a aparecer, por primera vez, focos de dinamismo en progreso social en la zona sierra andina sur del Perú, lo que altera el mapa tradicional del progreso social.
Según Guevera, los “motores” que se vislumbran están en Huancavelica, Ayacucho y Apurímac. Las tres regiones tienen una coincidencia para explicar su repunte en el IPSRP 2025.

“Las regiones costeras se han debilitado en 2025 si comparamos con el índice del 2024, pero estas regiones andinas han tenido un repunte. Una de las razones que las han empujado es la mejora en la calidad de la educación”, precisó.
Tomar ese ejemplo del desempeño en estas tres regiones del Perú, consideró el investigador de Centrum, es una buena idea para que el próximo gobierno pueda generar políticas públicas con mayor impacto.
Si bien el principal problema que frena el progreso social del país es la inseguridad ciudadana, por sus efectos directos e indirectos, Guevara recordó que, a mayor educación, se abren más puertas para las peruanos. Por eso sugiere que el próximo gobierno lo tome como una prioridad, aparte de continuar lo que pueda lograr la administración de José Jerí enfrentando a la inseguridad ciudadana.
“Es un gran movilizador social, en términos de que te permite pasar de un estrato económico más bajo a uno más alto. Uno se logra insertar en el mercado laboral y eso beneficia a toda la familia”, destacó.

La “paradoja” de Lima
Lima Metropolitana subió de posición: del lugar 9 al 7 en un año, pero esto se explicó principalmente porque el deterioro en otras regiones fue mayor y no por una mejora como tal. Es más, en puntaje, pasó de 59.8 a 59.6 (-0.2 puntos).
Centrum PUCP también plantea que los resultados del IPSRP dejan saber que existe una “paradoja de Lima”: pese a concentrar la mayor actividad económica del país, ello no se ha reflejado en una mejora pareja de su población en términos de progreso social.
Un reflejo evidente de ello es que la capital (tanto Lima Metropolitana como Provincias) ocupa los últimos lugares en la dimensión de fundamentos de bienestar, que mide variables como el acceso a educación, información y sostenibilidad ambiental. ¿Cómo entender este rasgo de Lima? Para Guevara, la respuesta está en su modelo económico.
“Su economía es fuerte, pero con empleos predominantemente informales e infraestructura deficiente que hace perder tiempo y productividad. En salud, la calidad del aire y el agua es baja. A eso sumémosle la inseguridad”, lamentó.
Ese encadenamiento de factores han evitado, a criterio del investigador, que en Lima se observe el “goteo hacia el progreso social”. Básicamente que la mejora de la calidad de vida sea cada vez más uniforme, conforme un grupo de limeños salga adelante y “jale” a otros en esa mejora.

Cusco da un paso atrás
Cusco es clave dentro del ecosistema económico del país. Sin embargo, últimamente parece que los esfuerzos en sus distintas actividades no están dando frutos. La producción regional se contrajo 7.2% en el primer semestre de este año; el año pasado, si bien vio un resultado positivo, el crecimiento fue de solo 0.8%.
Esta situación se ha trasladado a otro indicador. Cusco ocupó la posición 21, con solo 56 puntos, en el reciente IPSRP. Esto no solo sorprende porque retrocedió una posición (puesto 20, con 55.3 puntos el año pasado), sino porque otras regiones la han superado con creces.
Huancavelica es una de ellas. Hoy, esta región dio un salto de la posición 23 a la 15 con 58.2 puntos, mientras que el lugar que alberga a Machu Picchu quedó atrás. Este análisis no es menor si se toma en cuenta que entrarán nuevas autoridades subnacionales y tendrán una gran tarea pendiente en la región inca.

Periodista económico con más de 5 años de experiencia en el rubro. Licenciado en Comunicaciones por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Antes fui parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Cubro temas vinculados a proyectos de inversión público y privada en más de una modalidad y hago seguimiento a diversos sectores económicos.








