Después de sucesivas postergaciones, la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (ProInversión) anunció que, en julio del 2025, convocará al concurso público internacional para la entrega en concesión de la primera fase del proyecto Obras de Cabecera y Conducción para el Abastecimiento de Agua Potable para Lima y Callao.
Vale recordar que este proyecto -que deberá ser entregado a Sedapal- fue planteado hace 23 años y sujeto de continuas postergaciones después que su convocatoria se lanzara en febrero del 2014, por encargo del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS).
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Proyecto dividido en dos etapas
Su última postergación fue en agosto del 2023, cuando se canceló. Tras ello, el Gobierno peruano decidió revaluarlo y relanzarlo para darlo en concesión por 30 años, a través de ProInversión, ya no en una sola fase -como se planeó originalmente-, sino en dos etapas.
Originalmente, esa iniciativa estatal esperaba recibir una inversión de US$ 600 millones para permitir -entre otros componentes- el trasvase de aguas desde las represas de Pomacocha y Huallacocha Bajo, en Junín, hasta el río Blanco (tributario del río Rímac) a fin de traer más recursos a tratar por parte de Sedapal.
Mediante una nota de prensa, ProInversión refirió que la primera fase -que espera una inversión de US$ 476 millones-, comprenderá una parte de esa mega obra como es la referida al tratamiento y distribución primaria del agua (en lo que comprende a Lima Metropolitana).
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La agencia refirió que, con la asesoría de la Corporación Financiera Internacional (CFI) está concluyendo la fase de estructuración de este proyecto y poder iniciar el periodo de promoción y atracción de inversionistas privados interesados para participar en dicho concurso público.
¿Qué obras comprende la primera fase?
Este proyecto -indicó- permitirá asegurar la disponibilidad y el acceso continuo al agua potable para más de 1.2 millones de limeños que no tienen servicio o lo tienen discontinuo, beneficiando a usuarios de las zonas este y sur de Lima Metropolitana: Ate Vitarte, Santa Anita, La Molina, Pachacamac-Manchay y Cieneguilla (parte alta).
Esto se logrará -según refiere- mediante la ejecución de obras de tratamiento, conducción y almacenamiento de agua potable para su entrega a Sedapal y posterior distribución a la población.
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La iniciativa, bajo la modalidad de asociación público privada (APP), prevé que el inversionista privado diseñe, construya, opere y mantenga diversos componentes del proyecto, entre ellos obras de tratamiento de agua potable, a través de la planta de Huachipa II.
Dicha planta, que deberá producir cinco metros cúbicos de agua potable por segundo, se realizará en dos etapas, de 2.5 metros cúbicos por segundo cada una.
La fase 1 también comprende obras de conducción principal, a través de la línea de conducción denominada Ramal Sur de 26 kilómetros; obras complementarias de almacenamiento y distribución primaria, mediante cinco reservorios de compensación.
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También establece la construcción de 66 kilómetros de líneas de interconexión que se conectarán con el sistema de distribución existente de Sedapal. Se prevé que el inversionista también opere y mantenga la Planta Huachipa I existente de cinco metros cúbicos por segundo.
Mejorará continuidad del servicio
Con la ejecución del proyecto y sus componentes descritos, se busca brindar el servicio de agua potable a nuevos usuarios y mejorar la continuidad del servicio de usuarios existentes en Lima Metropolitana.
Igualmente, se espera mejorar la eficiencia del sistema de abastecimiento de agua de Lima, reduciendo los bombeos y rebombeos, además de reducir considerablemente el uso de la fuente subterránea para su aprovechamiento en épocas de déficit.
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Según el portal web de ProInversión, la adjudicación de Obras de Cabecera fase 1 se deberá realizar en el cuarto trimestre del 2025, luego de la presentación de los sobres técnicos y económicos, y la publicación de la versión final del contrato de concesión, a realizarse también en dicho periodo.
No menciona, sin embargo, cuándo o cómo se deberá realizar la segunda fase, que comprende el trasvase de las aguas de la zona de Junín a Lima, a través de la construcción de un túnel trasandino de 10 kilómetros y el mejoramiento de las represas de Pomacocha y Huallacocha Bajo, ubicadas en esa misma región andina.
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