
El gobernador regional de Piura, Luis Neyra León, anunció que el Proyecto Especial de Irrigación e Hidroenergético del Alto Piura ha sido oficialmente transferido al Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) con el objetivo de llevar adelante su ejecución mediante la modalidad de gobierno a gobierno (G2G).
Esta decisión busca superar las trabas administrativas y técnicas que paralizaron el avance del proyecto por más de una década.
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La transferencia de las unidades ejecutoras ya se concretó, y actualmente, el Midagri, a través de la Cancillería, ha iniciado el proceso de convocatoria de “expresiones de interés” por parte de gobiernos extranjeros.
Se espera que entre abril y junio de este año se reciban propuestas, y que el contrato sea firmado a más tardar en enero de 2026, aunque la meta es acortar ese plazo, explica el gobernador regional de Piura.
“El cumplimiento del cronograma está bajo responsabilidad del Ministerio y se está desarrollando según lo previsto. Incluso tenemos canales directos de coordinación con Midagri que nos permiten hacer seguimiento continuo”, señaló Neyra a Gestión.
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Ejecución integral y reorganización por componentes
Uno de los principales cambios anunciados es que el proyecto ya no se abordará por etapas aisladas, sino de manera integral, comenzando con los componentes 1 (infraestructura hidráulica), 3 y 4 (desarrollo agrario).
El componente 2, relacionado a la generación hidroeléctrica, será gestionado más adelante a través de ProInversión.
“Esta reorganización permitirá que el país que gane la licitación en la modalidad G2G establezca una PMO (Oficina de Gestión de Proyectos) con profesionales técnicos que definirán en detalle los plazos, costos y metodologías de ejecución de cada componente", añadió el gobernador.
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Uso de tecnología avanzada
El túnel de trasvase -una de las infraestructuras clave del componente 1-, será perforado usando una máquina TBM (Tunnel Boring Machine), en lugar del método tradicional con explosivos y perforación por avance manual.
Este cambio supone una mayor eficiencia y seguridad, aunque también implica una planificación compleja: la máquina debe ser fabricada a medida y ensamblada en la zona, un proceso que podría tardar más de un año.
“Este tipo de tecnología ya se utiliza en grandes obras a nivel internacional. El proyecto dejará de ser artesanal para estar al nivel de ingeniería moderna”, explicó Neyra.
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Antecedentes: paralizaciones y saldo de obra
El proyecto Alto Piura inició hace años con la perforación del túnel, pero sufrió dos grandes interrupciones. La primera ocurrió tras el abandono de la empresa Camargo Correa, que derivó en un arbitraje. Luego, una segunda empresa también se retiró sin culminar las obras, dejando apenas 2 km de túnel perforado, de los más de 13 km proyectados.
Actualmente se cuenta con un expediente técnico de saldo de obra aprobado para el primer componente, el cual servirá como insumo para el proceso de fast track (diseño y construcción simultáneos) bajo el modelo G2G.
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Impacto regional
El impacto del proyecto se espera que sea transformador para la región. De las 50 mil hectáreas agrícolas contempladas, 31 mil ya tienen propietarios -en su mayoría pequeños y medianos agricultores- que hoy dependen de pozos tubulares para el riego.
La llegada de aguas superficiales permitirá una agricultura más constante, eficiente y rentable.
Además, se proyecta la incorporación de cerca de 20 mil hectáreas nuevas a la frontera agrícola, lo cual generará empleo, dinamismo económico y soberanía hídrica para toda la zona.
“Este proyecto no solo amplía la frontera agrícola, sino que garantiza el agua para quienes ya trabajan la tierra. Es una apuesta por la competitividad del pequeño agricultor”, afirmó Neyra.
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Prevención de conflictos y trabajo social
Sobre posibles conflictos sociales, el gobernador aseguró que el gobierno regional ha intensificado el trabajo social en las zonas de influencia, donde históricamente la población se ha sentido excluida.
Aunque reconoció algunos desencuentros iniciales, señaló que las comunidades están siendo escuchadas y atendidas, y que existe un consenso creciente sobre la importancia del proyecto.
“Estas poblaciones han sido olvidadas por décadas. Ahora, con diálogo y presencia del Estado, evitaremos la conflictividad y fortaleceremos la cohesión social”, sostuvo.
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Expectativas de interés internacional y próximos pasos
A la fecha, aún no se ha confirmado qué países presentarán formalmente su interés en ejecutar el proyecto. Sin embargo, Neyra recordó que experiencias recientes como Chavimochic (Canadá) y los hospitales de Piura y Trujillo (Reino Unido) demuestran que el modelo G2G despierta interés y asegura transparencia.
En noviembre de este año se espera contar con el decreto supremo que apruebe el contrato, y entre diciembre y febrero se iniciaría la negociación y firma con el país seleccionado.
El proyecto Alto Piura, largamente postergado, podría convertirse finalmente en un símbolo de ejecución moderna, eficiente y socialmente responsable. Con el respaldo de una gestión técnica internacional, un enfoque integral y participación comunitaria, las autoridades confían en que esta vez sí se logrará su culminación total.
“Este no es un proyecto para una provincia, es un proyecto para todo el Perú. Cuando a una región le va bien, le va bien al país”, concluyó el gobernador Neyra.