La Autoridad Nacional de Sanidad en Pesca y Acuicultura acaba de reformular sus reglas del juego para modernizar su sistema de control sanitario. Con la publicación del Decreto Supremo Nº 007-2025-PRODUCE, la entidad ahora incorpora un enfoque de riesgos, con prioridad para las poblaciones más vulnerables del país.
¿Qué significa esto en la práctica? Que se intensificará la vigilancia en productos que llegan a programas sociales y comedores, y que se afinan los controles sobre toda la cadena pesquera y acuícola —desde la pesca artesanal hasta los exportadores— para asegurar que los alimentos sean seguros.
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Más control, menos burocracia
Uno de los cambios más importantes es que la fiscalización será más preventiva y menos reactiva. Habrá inspecciones con carácter orientativo, pero también medidas rápidas cuando se detecten problemas. Además, se fortalecerán los canales de atención a denuncias, alertas y notificaciones sanitarias.
¿Y los pequeños pescadores?
También hay buenas noticias para los pequeños actores del sector. Sanipes apunta a impulsar la competitividad de la pesca artesanal y la acuicultura de recursos limitados (AREL) con más capacitaciones y apoyo técnico. La idea es que puedan competir en igualdad de condiciones sin dejar de cumplir con los estándares sanitarios.
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Apuntando a nuevos mercados
Otro cambio clave: Sanipes podrá aplicar normas internacionales, como las del Codex Alimentarius o la OMSA, lo que facilitará la exportación de productos hidrobiológicos peruanos a nuevos mercados.
Esto también beneficiará a laboratorios, comercializadores, distribuidores y demás actores de la cadena. Menos trabas, más oportunidades.
Más vigilancia en programas sociales
El reglamento también obliga a priorizar los controles en alimentos que se distribuyen a través de programas sociales y servicios de alimentación colectiva, donde suelen estar los sectores más vulnerables. La seguridad alimentaria de estas poblaciones será ahora una prioridad.
