Han pasado veinte años desde la llegada del gas natural de Camisea a Lima y Callao, pero hasta ahora la masificación de este combustible sigue siendo un proceso pendiente, incluso en uno de los segmentos de alto consumo, como el de transporte.
Según cifras de Infogas, entidad administrada por la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), al 30 de noviembre del 2024, se contabilizaba 336,587 vehículos activos que registraban consumos de gas natural vehicular (GNV).
Sin embargo, esa cantidad es apenas poco más de la mitad de la cantidad de vehículos que consumen GLP en el país, que se estima en más de 650,000, a pesar que este último es un combustible importado y de mayor costo que el primero, cuya producción se da totalmente en el país.
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Cae ritmo de conversiones
Según Cálidda (en Lima), el consumo de GNV resulta 55% más barato que el GLP de uso vehicular y es 70% más económico que la gasolina, además de reducir los gastos de mantenimiento del motor.
Pero, si se analiza estadísticas del Infogas, el ritmo de conversiones de vehículos a GNV se contrajo en el 2024, en comparación con el número de conversiones que se registraban en años recientes.
De enero a noviembre del año pasado, se reportó un total de 41,919 vehículos convertidos a GNV, lo que da un promedio de 3,810 conversiones por mes, cuando el promedio de conversiones en el año 2023 era de 4,657 mensuales, es decir, habría una reducción del 18.1% entre un año y el otro.
El pico más alto de conversiones se registró en el 2022, con más de 73,000 unidades transformadas al uso de ese derivado de producción nacional (o más de 6,000 conversiones en promedio mensuales).
En el 2023, hubo una caída del 24% en el número de conversiones versus el año previo, por lo que especialistas esperaban una recuperación en el 2024, situación que no se logró.
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¿Qué pasa con las conversiones de automóviles?
En cuanto al freno en el ritmo de conversiones de vehículos a GNV en general, el exdirector general de hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), Erick García, consideró que se puede deber a diversos factores.
El primero, según refirió, es que falta que el Gobierno realice una mayor difusión de los programas estatales financiados por el Fondo de Inclusión Social Energético (FISE) para promover el cambio de sistemas de combustión por gas natural, pero que además defina si lo que quiere promover es el gas natural o el consumo de GLP, lo cual no está claro, desde su perspectiva.
Esto, debido a que, más allá de la ciudad capital, existe aún poca penetración en el consumo de GNV en ciudades al interior del país, donde también se distribuye el gas de Camisea.
En este punto, refirió que un reclamo del gremio de grifos es el incremento en los plazos para la aprobación de proyectos de instalación de estaciones de servicio a GNV por parte del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin), pues si bien antes ello solía demorar un año, ahora se puede extender a dos y hasta tres años.
“Osinergmin debería tener un equipo especial no solamente para supervisar sino promover, acompañar y también priorizar la atención a proyectos de gas natural, al menos, para el transporte qué es lo que se necesita porque mientras no se tenga más gas natural en el servicio de transporte se va a tener que usar más diésel, que es más caro”, apuntó.
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Aumenta consumo en camiones y buses
A pesar de la contracción en el ritmo de conversiones, lo que vino incrementándose es el consumo de GNV por parte de vehículos de transporte de carga (camiones) y de transporte público (buses).
En el primer caso, en enero del 2024, el Infogas registró 1,529 camiones usando GNV, una cifra que ha ido creciendo en forma sostenida y que, en diciembre último, llegó a 1,991.
La misma tendencia se observa en el caso de unidades motorizadas de transporte público, que pasó de 5,644 en enero a 6,505 vehículos en noviembre consumiendo GNV.
En los primeros seis meses del 2024, según el Minem, unos 7,500 vehículos pesados se habían convertido del uso de diésel al consumo de gas natural vehicular (GNV).
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Financiamiento
Hasta esa fecha, eran 7,578 vehículos pesados que utilizaban GNV como combustible, de los cuales el FISE financió la conversión, ya sea por cambio de motor, dual fuel u overhaul de 530 unidades motorizadas de carga.
En tanto, la Unión Nacional de Transportistas de Carga (UNT-Perú) está solicitando al Gobierno que dicte medidas para facilitar la renovación de sus flotas de camiones con motor diésel por otros a GNV.
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Javier Marchese, presidente de ese gremio, refirió a Gestión que estaban pidiendo al Poder Ejecutivo que se les permita “canjear” el actual beneficio tributario al que tienen derecho, como es la devolución del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) aplicado al diésel, por la exoneración de impuestos a la importación de vehículos pesados a GNV.
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Comunicador social. Estudió en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, e Inglés en la PUCP. Diplomado en Economía y Finanzas en la Universidad de Esan.
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