
El mercado laboral, en Lima Metropolitana, culminado el segundo trimestre, continúa mostrando señales positivas. Tal es así que los efectos ya no solo se observan en el número de empleos existentes, sino también ahora en las remuneraciones.
En el trimestre móvil abril-mayo-junio, el número de ocupados, es decir, que cuentan con algún tipo de trabajo, superó las 5.48 millones personas. Aunque frente al mismo período del año pasado la variación fue de apenas 0.4%, reportó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Si bien el resultado termina siendo positivo, Miguel Jaramillo, economista e investigador principal del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), consideró que el resultado pudo ser mucho mejor tomando en cuenta que la base comparativa no era alta.
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En este período de análisis, el ingreso promedio mensual en la capital ascendió a los S/ 2,172.10. Desde el Instituto Peruano de Economía (IPE) compartieron solo con Gestión que con este registro, por primera vez en casi seis años, se supera los niveles prepandemia (2019): el incremento es de 1% en términos reales, ajustado por inflación.
Paola Herrera, analista senior del IPE, señaló que la mejora de los ingresos laborales en Lima Metropolitana venía siendo relativamente lenta, pero en este trimestre, finalmente, se sobrepasó el nivel prepandemia, alineado con sus estimaciones de que se logre a mediados de este año.
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El primer factor que incidió en este resultado es el dinamismo de los empleos adecuados, que marca ocho meses consecutivos de crecimiento a doble dígito. “Ligado a mejores condiciones laborales, los ingresos están por encima de los niveles mínimos”, refirió. En el trimestre de análisis, creció en 12.8%.
Principalmente, esta mayor creación de empleos adecuados estuvo dándose en sectores con un fuerte componente de la inversión privada. Estos son la manufactura y la construcción, impulsado por mejores expectativas para acelerar el desarrollo de sus proyectos.
El reporte del INEI reflejó que la población adecuadamente empleada tuvo un mayor crecimiento, precisamente, en el rubro manufacturero, con una expansión de 15.8% al cierre del trimestre a junio. Por su parte, construcción creció en más de 6%. En tanto, servicios, que agrupa a casi el 60% del total de este grupo, creció en más de 13%.

“En el primer trimestre, la inversión privada tuvo un crecimiento mayor al 8%, de sus mejoras tasas de expansión. Esto se refleja directamente en mayor empleo”, mencionó Herrera.
También precisó que esta mayor generación de empleos adecuados se observó tanto en grandes como medianas empresas. Así, se registró que la mayor variación respecto al mismo trimestre del año pasado se dio en el grupo “de 11 a 50 trabajadores”, con 21.7%. En los otros niveles, “de 1 a 10 trabajadores” y “de 51 a más” también la expansión fue a doble dígito.
Jaramillo anotó que, en el análisis del empleo adecuado, también resaltó que hay un mayor número de horas trabajadas. “Hay gente trabajando jornadas más largas, aunque no necesariamente significa mayor productividad”, apuntó.
Perspectivas
A la perspectiva de Herrera, el mercado laboral mantendrá un escenario favorable y, muy probablemente, todo este 2025 se mantengan esta tendencia de que, incluso, el empleo adecuado siga creciendo a doble dígito.
Esto, también considerando que el escenario base está marcado por una recuperación luego de los impactos de la pandemia y de la recesión económica del 2023.
Recién hacia el inicio del próximo año, y conforme nos adentremos hacia las elecciones generales, empezaría a perderse el ritmo, precisó.

“Las inversiones resultan más volátiles que el mercado laboral y el efecto en el empleo está más rezagado. Hay una mayor fortaleza del consumo y del mercado laboral que la inversión privada”, explicó. “El riesgo principal está, entonces, en que se perdería el ritmo de crecimiento”, complementó.
Entre los riesgos, añadió que no será un factor a considerar la inflación, pues se encuentra en niveles controladas.
En tanto, sobre el factor internacional, Herrera replicó que, si bien la actividad económica podría afectarse en cierto modo, el mercado laboral reacciona con rezago a su dinamismo.
Indicadores que preocupan
En todo este escenario previsiblemente alentador, Herrera señaló dos factores que marcan cierta preocupación. El primero responde a que el número de personas con subempleo (contrario al empleo adecuado) todavía es importante: hay 180,000 más que el mismo trimestre de la prepandemia.
En detalle, el reporte del INEI mostró que, si bien el subempleo por ingresos tuvo una caída de 10% frente al mismo trimestre del año pasado, frente al nivel prepandemia registró un aumento de más de 40%.
Sin embargo, un escenario más criticó se observó en los trabajadores más jóvenes, donde ambos expertos mostraron su preocuación.
“Cuando vemos la variación del empleo adecuado, está en todos los sectores, todos los niveles educativos, todos los tamaños de empresa, excepto los más jóvenes, donde cae este tipo de puesto y también el total”, subrayó.
El reporte del INEI mostró que, mientras el grupo de 25 a 44 años y de 45 años a más crecen a doble dígito, el segmento de 14 a 24 años presentó una caída de 7.8% en empleo adecuado. Esto es equivalente a más de 20,000 personas. Respecto al nivel prepandemia, la contracción es de casi 35%, lo que significó que más de 128,000 dejaron de tener este nivel de trabajo.
Esto también se observaría en los niveles de desempleo, comentó Herrera. “Parte de los juveniles se refleja en la tasa de desempleo. Incluso, dejan de buscar trabajo porque ese mismo panorama los desalienta. Las cifras del INEI muestra que quienes aumentan como desempleados, en parte, son los jóvenes que no tiene experiencia”, apuntó.
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A este panorama, Jaramillo sumó que la oferta laboral de los jóvenes también viene en caída: hoy son un 11.6% menos que buscan o tienen trabajo, equivalente a casi 100,000 personas. Frente a la prepandemia, es casi un cuarto de la población (más de 211,800 salieron del mercado laboral).
Este escenario resulta peligroso porque, ante el desempleo, solo quienes cuentan con una relevante capacidad adquisitiva migran del país, mientras que el grueso, de contextos económicos frágiles, pueden caer atrapados por grupos delincuenciales.
Jaramillo comparte esta grave preocupación sobre los trabajadores más jóvenes y exhortó al Gobierno a poner el foco en investigar las consecuencias de esta fuerte disminución del empleo en este grupo y sus consecuencias.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.