
En un contexto en el cual la sostenibilidad se ha convertido en un eje clave para las empresas, el sector cementero enfrenta un gran desafío al ser una de las industrias con mayor demanda de recursos y significativas emisiones de CO2.
Durante el foro “Gestión responsable 2025: sostenibilidad en acción”, Julia Sobrevilla, directora de asuntos corporativos y sostenibilidad del Grupo Unacem, explicó que la piedra caliza, insumo principal del cemento, y los hornos necesarios para calcinarla generan emisiones significativas de CO2.
Pese a esta situación actual, se han planteado la meta de ser carbono neutral para el 2050. “Para nosotros como industria es sumamente importante que nuestros procesos industriales productivos reflejen nuestro compromiso de ser carbono neutral para el 2050. Para ello, trabajamos en cinco palancas industriales”, comentó a Gestión.

Cinco ejes del Grupo Unacem para un giro de 180 grados
Estos cinco ejes en los que se vienen enfocando para reducir su impacto ambiental son: disminución del factor clinker, eficiencia energética, uso de combustibles alternativos, innovación, y soluciones basadas en naturaleza (compensación mediante conservación y reforestación).
Sobrevilla detalló que estas estrategias implican cambios concretos en las plantas y en la manera de alimentar los hornos, incluyendo el uso de energías más limpias como hidroeléctricas y gas natural, así como combustibles alternativos derivados de biomasa, cáscaras de pistacho o residuos urbanos.
Eso no es lo único. La representante del sector precisó que también se vienen desarrollando proyectos de conservación en el Amazonas como parte de su compensación de huella de carbono.

LEA TAMBIÉN: Construcción alcanza su mejor primer semestre de últimos 4 años, ¿qué esperar para siguientes meses?
Metas intermedias camino al 2050
Con estas acciones se esperan mayores avances en los próximos cinco años. Según indicó, Grupo Unacem ha establecido metas intermedias al 2030, con el objetivo alcanzar una reducción de CO2 por tonelada de cemento producido.
“Nos hemos puesto metas intermedias al 2030 y estas tienen que ver con cuánto clinker reducimos. En cinco años, la meta es llegar a 500 kilogramos de CO2 por tonelada de cemento que se produce”, refirió.
Sin embargo, para alcanzar estos objetivos enfrentan algunos desafíos. Cada acción requiere inversiones significativas y ajustes en los procesos productivos, además de un marco regulatorio que en ocasiones limita el uso de ciertos combustibles alternativos.
“Hay desafíos. Por ejemplo, uno es cómo podemos usar la regulación para que nos ayude a usar combustibles alternativos. En Arizona (Estados Unidos), han aprobado el uso de biomasa hace muy poquito y eso es algo que queremos ir introduciendo en otras plantas como las de Perú”, sostuvo.
Otros retos incluyen la necesidad de colaboración con el Estado para proyectos de reforestación y para contabilizar adecuadamente los beneficios de emisiones evitadas al usar residuos urbanos.
Por último, añadió que la sostenibilidad no está reñida con la rentabilidad pues cada inversión en este ámbito se evalúa con un retorno financiero que contribuya a las metas económicas de la empresa.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.