
Minería, energía y agroindustria son sectores clave en América Latina, pero operan en contextos complejos: licencias sociales frágiles, inversiones intensivas en capital y presión por adaptarse a transformaciones digitales constantes. Comparto tres tendencias que redefinen la identificación y el desarrollo de talento ejecutivo en los sectores productivos más estratégicos de la región:
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- Hibridación operativa: liderazgo para ecosistemas industriales integrados.
La frontera entre minería, agroindustria y energía comienza a difuminarse. Hoy vemos agroexportadoras que invierten en energía solar para procesar alimentos; mineras que adoptan prácticas sostenibles y sistemas logísticos propios del agro; empresas energéticas que impulsan proyectos agrícolas para mejorar su licencia social.
Este nuevo entorno exige líderes con experiencia intersectorial, capaces de pensar en términos de cadenas de valor amplias y de ejecutar con eficiencia en industrias distintas pero complementarias.
Un ejemplo es Aclara Resources, que desarrolla proyectos de tierras raras en Chile y Brasil. Su tecnología permite recuperar estos minerales sin uso de explosivos ni generación de relaves, mediante un sistema cerrado de agua reciclada. Su alianza con la Universidad de Stanford busca optimizar exploración, procesamiento y logística mediante gemelos digitales, aplicando inteligencia artificial y trazabilidad en toda su cadena de valor.

- Licencia social ejecutiva: más allá del ESG retórico.
La presión de comunidades rurales, reguladores ambientales y nuevos marcos ESG ha elevado la vara para los ejecutivos. Hoy no basta con “comunicar responsabilidad social”: el líder tiene que saber negociar, construir confianza y convertir promesas en resultados visibles.
Este fenómeno es transversal: desde fundos agrícolas hasta megaproyectos energéticos o mineros, quienes ignoran la dimensión política y social del territorio tienden a fracasar, por muy sólidos que sean en lo técnico.
La empresa agroindustrial Danper logró sortear, con impactos acotados, crisis como el paro agrario de 2020 o la convulsión social de 2022. Esto se debe a un liderazgo que prioriza relaciones laborales estables, escucha activa e inversión sostenida en salud y educación. Cuando una turba incendió su planta, fueron los propios vecinos quienes ayudaron a contener el fuego. Esa reacción no se consigue con comunicados, sino con confianza acumulada. En tiempos de tensión social, el liderazgo efectivo convierte la agenda ESG en vínculos reales con las personas.

- Transición energética con ROI: ejecutores, no idealistas.
En el agro y la minería, la sostenibilidad energética ya no es un gesto reputacional: es una palanca de competitividad. Las empresas que lideran este cambio no se definen por sus compromisos con el “net zero”, sino por su capacidad de ejecutar proyectos que reduzcan costos, aseguren suministro y aumenten autonomía en entornos complejos.
Zelestra, por ejemplo, invertirá más de US$1,000 millones en sistemas solares para abastecer minas en el Perú. Su apuesta no responde a presiones ESG ni a razones filantrópicas, sino a una lógica económica: la energía solar ya ofrece costos más bajos y mayor previsibilidad frente a los combustibles fósiles, especialmente en regiones remotas. Es un negocio rentable y atractivo para las mineras.
Entonces, el liderazgo requerido no es retórico, sino técnico-financiero: se requiere experiencia en inversiones intensivas, gestión de costos operativos y modelos híbridos. Se buscan líderes con trayectoria real en migraciones hacia energías limpias en condiciones desafiantes. Esto redefine el perfil del líder: un ejecutor de transición, no vocero de sostenibilidad.
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Conclusión
La ventaja competitiva en sectores extractivos ya no depende solo de tecnología o capital, sino del tipo de liderazgo que las empresas eligen y desarrollan.
Hoy se necesitan ejecutivos capaces de traducir sostenibilidad en rentabilidad, conflictividad en legitimidad e innovación en resultados concretos. Quienes lideren con propósito y capacidad real de ejecución marcarán la pauta en América Latina.

Tiene más de 20 años de experiencia en posiciones de liderazgo en banca, tecnología, recursos naturales, consultoría y como emprendedor. Se especializa en la búsqueda y selección de talento, evaluación de liderazgo y planes de sucesión en los sectores industriales, servicios financieros y servicios de tecnología. Es mentor y emprendedor Endeavor.