
Firmas como el Grupo Romero, Gloria, Belcorp o AJE tienen algo en común: su éxito descansa en una gestión familiar sólida que apostó por un sector económico para salir adelante y, con el tiempo, logró diversificarse hacia otras líneas de negocio. No son las únicas. En Perú, gran parte de la inversión privada y del propio dinamismo económico se explica por el peso de las empresas familiares.
El espíritu emprendedor del peruano ha convertido a estas compañías en en el motor de la economía nacional. Pero, ¿cuál es su contribución en números y qué sigue para su futuro?
G de Gestión lo explora en este informe, donde también queda claro que, pese a su fuerza y madurez, estas empresas aún enfrentan retos de consolidación, especialmente en el momento más crítico: la sucesión.
LEA TAMBIÉN: Grupo Romero y Grupo Gloria: el desafío de la nueva generación al mando
Un peso real en el PBI
Precisar cuánto aportan las empresas familiares al PBI es complejo, dada su enorme diversidad. Sin embargo, según Paul Romero, presidente de la Asociación de Empresas Familiares del Perú (AEF), estimaciones de distintas entidades calculan su contribución en alrededor del 40% del PBI nacional.
Miguel Puga, Socio Líder de Empresas Familiares en PwC Perú -que junto a AEF y G de Gestión organizan este año el premio EMA- agregó que ese porcentaje es el consenso entre analistas. Uno que fue señalado también durante el Perú Wealth Management Summit 2025.
La dificultad, explica, no es la falta de datos, sino su amplitud: las empresas familiares están presentes en todos los sectores. Basta mirar alrededor. En la banca, por ejemplo, está Interbank, de la familia Rodríguez Pastor. En la pesca, podemos mencionar a Hayduk, fundada por Eudocio Martínez y es liderada por su familia. En el retail, sin mencionar a grandes empresas, está Platanitos, cadena que dirige la familia Koc. Incluso en la misma prensa, con El Comercio de la familia Miró Quesada. Y así podríamos seguir.
“Esa amplitud refleja el dinamismo, la resiliencia y la capacidad de adaptación que las caracteriza. Y eso que hablamos solo de las empresas formales, imaginemos cuánto se multiplicaría el número si consideramos a las empresas familiares que son informales o que se encuentran en camino a su formalización, porque las empresas empiezan con una idea y somos un país de emprendedores”, destacó.

LEA TAMBIÉN: Fredy Nasser, el multimillonario hondureño que entra al negocio de Primax en Perú y Colombia
Desde la AEF precisaron que otra estimación con respaldo entre analistas es que las empresas familiares representan cerca del 80% del total de compañías en Perú. Al menos, 285 mil de ellas serían mipymes.
Romero, presidente de esta asociación, remarcó que, si bien los peruanos tienen el “chip emprendedor”, no basta solo ese empuje para progresar y hacer crecer a sus empresas familiares.
“Para que esos emprendimientos se consoliden y pasen de ser una mype a una gran empresa, se necesita más que solo ese chip. Tener una visión de largo plazo, instalar un gobierno corporativo y ser capaz de atraer talento. Eso es clave y es un largo recorrido”, manifestó.
DATO. Este año, PwC Perú, G de Gestión y la AEF organizan la decimocuarta edición del Premio Empresas Más Admiradas (EMA) 2025, cuyo enfoque de este año es destacar el legado, propósito y visión de largo plazo de las compañías familiares en el país.
Una diversificación basada en excedentes
¿A dónde apuntan las familias que constituyen empresas en Perú una vez que logran el punto de equilibrio con su primera incursión empresarial? De acuerdo a la AEF, si bien no hay una regla clara en el mercado, sí han identificado un sector predilecto para realizar esa apuesta.
“Están en todos lados, pero los grupos que crecen y generan excedentes de liquidez, suelen llevar sus excedentes al sector inmobiliario”, aseguró Romero.
El presidente de la AEF agregó que esta elección responde a que, como es conocido, existe una alta demanda de vivienda en el Perú, también conocida como déficit, que habilita varias oportunidades de inversión a las empresas familiares para diversificarse.
Por el contrario, Puga indicó que una tendencia clara en países como Perú en la región es que las empresas familiares se resistan a participar del mercado de valores.
“Esto es así porque las de este lado del hemisferio han tenido que soportar gobiernos militares, guerrillas armadas, mucha inestabilidad política, entre otros factores, que las ha llevado a desarrollar sus emprendimientos sin buscar mayor exposición y protegiéndolos bastante“, sostuvo.
El analista de PwC recalcó que ello es así porque, además de los costos iniciales, entrar a la bolsa implica hacer pública mucha de su información: estados financieros, accionistas, directorios, etc.

LEA TAMBIÉN: El testamento: clave para preservar el patrimonio y la empresa familiar
La sucesión sigue siendo un reto
De cara al futuro, desde la AEF reconocen que la sucesión persiste como uno de los principales escollos para el desarrollo y expansión de las empresas familiares.
Romero detalló que hay un riesgo persistente entre este tipo de compañías: cuando el capitán del barco, el fundador, fallece, no todas están listas con un plan para continuar el negocio.
“Los grupos exitosos son los que justamente han podido, a partir de una buena gobernanza corporativa, preparar su sucesión. Eso debe trabajarse con tiempo, no puede ocurrir de manera abrupta”, recomendó el presidente de la AEF.
A ello, Puga sumó que existe hoy una mayor consciencia entre las familias empresarias de que no pueden dejar una “mala herencia”.
“Es lo que se denomina sucesión sorpresa: no dejar la solución para cuando uno no esté. Ahora vemos más interés en trabajar diagnósticos situacionales y protocolos que garanticen que las próximas generaciones estarán preparadas para continuar la gestión”, apuntó el experto de PwC.
Allí es clave la profesionalización, con la idea de que la generación que tomará el control de la empresa tenga mayores herramientas para hacerle frente.
Puga manifestó también que el estudio global NextGen 2024 de PwC refuerza esta tendencia y revela cómo la nueva generación de líderes familiares está transformando el enfoque empresarial.
“Por ejemplo, el 84% cree que debería haber capacitación para la gerencia y los colaboradores para que puedan comprender mejor los riesgos y oportunidades de la IA, aunque solo el 12% de las empresas ha dado este paso“, puntualizó.
Dato
PwC Perú, G de Gestión y La Asociación de Empresas Familiares del Perú organizan este año la edición de los premios Empresas Más Admiradas (EMA). Se reconocerá a aquellas compañias resilientes, a sus modelos de innovación, buen gobierno corporativo, entre otros atributos. La ceremonia se realizará en noviembre.

Periodista económico con más de 5 años de experiencia en el rubro. Licenciado en Comunicaciones por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Antes fui parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Cubro temas vinculados a proyectos de inversión público y privada en más de una modalidad y hago seguimiento a diversos sectores económicos.