Cuando esté escuchando, preste atención al grado en que se concentra en la relación frente al contenido. Muchas personas tienen la costumbre de inclinarse hacia una dimensión y excluir la otra. (Foto: iStock)
Cuando esté escuchando, preste atención al grado en que se concentra en la relación frente al contenido. Muchas personas tienen la costumbre de inclinarse hacia una dimensión y excluir la otra. (Foto: iStock)

Los líderes que escuchan bien crean culturas empresariales donde las personas se sienten escuchadas, valoradas y comprometidas, y los empleados que experimentan una escucha de alta calidad reportan mayores niveles de satisfacción laboral y seguridad psicológica. L, por encima de conversar y presentar, respectivamente.

Si usted está interesado en convertirse en un mejor oyente, he aquí cuatro técnicas que puede utilizar para comenzar.

  • Técnica N°1: escuche hasta el final

Preste atención a cómo se comporta durante las conversaciones e intente darse cuenta de cuándo se desconecta hacia su interior: cuando empieza a pensar en lo que dirá a continuación, se emociona por compartir una solución o recuerda todas las formas en que puede relacionarse con la historia de la otra persona. En estos casos, haga una pausa y recuerde “escuchar hasta el final”.

Una vez que la otra persona termine, tómese un momento para pensar en lo que acaba de escuchar antes de responder. La otra persona probablemente apreciará una respuesta más lenta y reflexiva que una inmediata y posiblemente irrelevante.

  • Técnica N° 2: escuche para asumir, no para resolver

Mientras practica estar presente, tenga en cuenta que no necesita recordar cada palabra que diga la otra persona. En su lugar, concéntrese en tratar de comprender la visión general. Naturalmente absorberá los detalles más importantes a medida que avance la conversación. Cuando la otra persona haya terminado de hablar, nuevamente, haga una pausa para reflexionar sobre lo que ha escuchado. En este punto, una forma útil de avanzar en la conversación es comprobar internamente si entiende correctamente el significado del interlocutor. Puede decir: “Lo que escuché que está diciendo es…” y luego resumir o parafrasear sus palabras. Continúe preguntando: “¿Lo entendí bien?”

Esto muestra al interlocutor que su intención es estar en la misma sintonía. También aclarará la preocupación que le están planteando y ayudará a construir esa base de confianza que quizás esté buscando establecer.

Cuando la otra persona haya terminado de hablar, nuevamente, haga una pausa para reflexionar sobre lo que ha escuchado. (Foto: Steemit)
Cuando la otra persona haya terminado de hablar, nuevamente, haga una pausa para reflexionar sobre lo que ha escuchado. (Foto: Steemit)
  • Técnica N° 3: escuche tanto la relación como el contenido

Cuando esté escuchando, preste atención al grado en que se concentra en la relación frente al contenido. Muchas personas tienen la costumbre de inclinarse hacia una dimensión y excluir la otra. Pero enfocarse únicamente en el “contenido” puede hacer que la otra persona se cierre, especialmente si siente que le importa más su trabajo que su bienestar. Por otro lado, concentrarse solo en la “relación” puede conducir a conversaciones que giren en círculos sin llegar a soluciones reales. Es importante equilibrar ambos aspectos.

Si nota que se está inclinando demasiado hacia un lado, tome nota y ajuste el equilibrio.

  • Técnica N° 4: escuche los valores

Comprender cómo se manifiestan los valores de las personas y cómo afectan su comportamiento en el trabajo es un superpoder de liderazgo. Si tiene conocimiento de qué situaciones, tareas o proyectos podrían desencadenar reacciones en sus subordinados directos y por qué, puede usar esta información para ayudarles a resolver problemas y prepararlos para el .

Cuando un subordinado directo se acerque a usted con un desafío, preste atención a lo que está diciendo más allá de lo que parece. Quizá le preocupe que lo hayan dejado fuera de una cadena de correos electrónicos, lo que sospecha que es intencional. O tal vez esté molesto por la impresora, que siempre está averiada. Pregúntese: “¿Qué historia se está contando mi subordinado directo? ¿Cómo influyen sus valores en su percepción de la situación? ¿Qué más podría estar desencadenando su reacción?”

Por: Debra Schifrin (Graduada de la Escuela de Negocios de Harvard)

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