
La Asociación de Empresas Familiares del Perú (AEF) se une por primera vez al premio Las Empresas Más Admiradas (EMA) 2025, organizado por PwC Perú y G de Gestión. Su presidente, Paul Romero, destaca que esta alianza refuerza la misión de promover las buenas prácticas del gobierno corporativo.
Además, adelantó que la Asociación iniciará este año un proceso de descentralización, tomando como referencia a su par de Colombia, con su primera incursión en la macrorregión sur.
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¿Cuál fue la motivación para unirse al Premio EMA 2025?
La Asociación, que agrupa hoy a cerca de 90 grupos familiares (hace tres años éramos 50), nació con el propósito de compartir buenas prácticas de gobernanza corporativa. Creemos firmemente que una buena gobernanza es la esencia para que estas empresas crezcan, sean sostenibles y trasciendan en el tiempo. Por eso, la alianza con PwC y G de Gestión calza perfectamente.
¿A qué apuntan con este reconocimiento?
Este premio busca reconocer a las empresas que aplican de manera ejemplar esas prácticas, desde el manejo de juntas de accionistas con gerencias independientes hasta la profesionalización de sus directorios.
¿Qué evidencia concreta reflejan los beneficios de una buena gobernanza corporativa?
La sostenibilidad. No basta con tener empresas ordenadas: también se requiere fomentar la capacidad emprendedora de la familia, planificar la sucesión, profesionalizar directorios y consejos de familia, y definir políticas claras de dividendos e inversión.
¿Qué proyección tienen tras la edición EMA 2025?
Queremos que más empresas familiares se sumen y comprendan la importancia de la gobernanza. No es solo un tema de sostenibilidad interna: también es la llave para atraer inversionistas y acceder a fondos internacionales. Los capitales extranjeros miran primero el orden interno antes de apostar por una compañía.
¿Hay algún caso de éxito?
Hemos visto casos de empresas que, gracias a su gobernanza corporativa, captaron inversión de fondos extranjeros lo que les permitió crecer durante un tiempo y luego, incluso, lograron recomprar sus acciones.
En los últimos meses se han conocido cambios en los liderazgos de empresas familiares, ¿qué oportunidades trae este panorama?
Me sorprende ver que las nuevas generaciones llegan más preparadas y con una visión mucho más global. Hoy varios grupos familiares peruanos están expandiendo su mirada más allá del país, con ambiciones regionales e incluso internacionales. Algunos de ellos ya exportan servicios y hasta desarrollan proyectos de ingeniería fuera del Perú.
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¿Tiene algún ejemplo?
Conocí, por ejemplo, una compañía peruana que fabrica repuestos para maquinaria de gran minería y que incluso tiene operaciones en África, donde existen minas de gran escala. Todo parte del valor agregado: hay empresas peruanas que desarrollan maquinaria para minería, otros que están más vinculados a iniciativas del SIMA Perú (para la construcción de buques). También hay casos en plásticos y otros nichos industriales. En los próximos años veremos a varias de estas empresas dar pasos más firmes y con mayor visibilidad en el escenario internacional.
¿Está afectando el clima preelectoral a las empresas familiares?
En la medida en que las empresas estén bien organizadas, diversificadas y con sus finanzas en orden, podrán afrontar mejor las crisis. Desde nuestra experiencia, buscamos impulsar talleres y promover el acceso a financiamiento de calidad, así como la profesionalización de los equipos comerciales. La clave está en desarrollar la flexibilidad necesaria para adaptarse a los distintos vaivenes del entorno.
