
Bosques Amazónicos (BAM) participa en la Bolsa de Valores de Lima desde el 2020, negociando instrumentos de deuda. Sin embargo, ahora ha dado un paso más al listar acciones en la plaza local.
El objetivo de BAM es principalmente captar fondos que le permitan aprovechar el crecimiento “explosivo” que esperan del mercado de créditos de carbono, resaltó David Saettone, CEO de la empresa, en entrevista exclusiva con Gestión, ¿cuál es el modelo de la compañía?
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En líneas generales, ¿Cómo funciona el negocio de BAM?
Nosotros actuamos en dos frentes. Uno es evitar la deforestación, que es una de las grandes emisoras de gases de efecto invernadero a nivel global. Y el otro es la reforestación y la restauración de áreas naturales, a través de la siembra de especies nativas. Eso nos permite absorber CO2 de la atmósfera.
Entonces, instituciones internacionales especializadas en el tema validan este trabajo y emiten créditos de carbono, que son certificados que verifican que se ha evitado esa contaminación. Un certificado normalmente representa una tonelada de carbono.
¿Y esos certificados ustedes los negocian?
Sí, tienes un mercado que está regulado en Estados Unidos, en Europa, y en Canadá; allí los precios son bastante altos, pueden ir entre los US$ 70 y US$ 100 por tonelada.
Aparte de ello, un montón de empresas a nivel global tienen una conciencia climática y compromisos de ser carbono neutrales o ser neutros en sus emisiones.
Y esas compañías participan en el mercado voluntario de carbono, que es bastante importante. Este año representa US$ 2,000 millones de negociación.
¿Qué tipo de empresas participan de ese mercado?
Pueden ser las empresas tecnológicas, por ejemplo, que usan mucha electricidad y buscan compensar sus huellas de carbono.
¿Ese es el tipo de empresa que compra sus créditos de carbono?
Nos compran aerolíneas, tecnológicas, compañías de alimentos, financieras, automovilísticas...
¿Puede dar algunos nombres?
LAN, Sky, Natura, Pacífico Seguros, BCP, Caja Arequipa, Caja Huancayo, Lima Expresa, Cencosud, Prima, Nestlé, Climate Trade, Cálidda, Inkaterra, entre otros.

Minería ilegal
Uno de sus ejes de acción es evitar la deforestación. ¿Cuántas hectáreas se deforestan en el país al año?
En el Perú se ha puesto peor la deforestación. Hace diez años eran 80,000 hectáreas anuales, luego subió a 100,000 y ahora estará entre 150,000 y 200,000.
¿Cuánto de eso corresponde a la minería ilegal?
No tengo ese dato, en Madre de Dios, por ejemplo, es el 24%. En la medida que no existan actividades que generen un mejor jornal que la minería ilegal, vas a tener ahí una fuerza (de los ilegales). De igual modo, si no se emprenden acciones por parte de las autoridades para frenar esa actividad.
Entonces, se deben trabajar dos aspectos: hacer que la ley se cumpla, y que las personas puedan desarrollar actividades que les permitan vivir sin tener que tumbar el bosque.
Pero la minería ilegal y su avance en los últimos años es un riesgo para su negocio, ¿o cómo lo perciben BAM y sus inversionistas?
En BAM percibimos el riesgo del accionar de la minería ilegal como un desafío latente en la Amazonía. Nuestros negocios forestales, lejos de ser vulnerables, creemos que ayudan activamente a mitigar esta amenaza, convirtiéndose en una línea de defensa para los bosques.
¿Cómo se protege la empresa de los ilegales?
Implementamos tecnologías de monitoreo satelital para la detección temprana de cualquier amenaza. Eso, sumado a una presencia permanente y coordinada con las comunidades vecinas en campo, nos permite actuar con celeridad ante cualquier intento de incursión.
¿En qué regiones BAM tiene presencia?
Operamos en Ucayali, Huánuco y Madre de Dios. En este último, tenemos un proyecto de castañeros, por ejemplo.

Discurso contrario
En los últimos tiempos ha ganado fuerza un discurso que va en contra de todo tipo de políticas de sostenibilidad, que es incluso negacionista o escéptico respecto del cambio climático y sus efectos, como el del presidente Donald Trump. ¿Eso puede frenar el crecimiento del mercado de créditos de carbono?
Puedes tener voces que dicen que el tema de sostenibilidad va perdiendo fuerza. Pero lo cierto es que creo que el mercado ya agarró impulso. Morgan Stanley estima que el mercado voluntario de créditos de carbono va a pasar de US$ 2,000 millones a US$ 20,000 millones al 2030. Es decir, va a crecer diez veces.
Pero, igual, ¿no piensa que con esa tendencia contraria desde los máximos poderes el crecimiento se moderaría? Bastaría con que las empresas más grandes le resten importancia a la sostenibilidad, ¿o no?
Creo que es al revés, los grandes jugadores (a nivel global) le han puesto muchísima importancia. Los bancos grandes de inversión, por ejemplo, tienen ya traders que compran créditos de carbono, para comprar barato y vender caro, como cualquier commodity.
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Andean Crown evaluará proyectos en países vecinos
El 60% del accionariado de BAM pertenece a Andean Crown, y la empresa planea expandirse en la región en los siguientes años.
“Queremos incorporar nuevo capital para hacer más. Y así como el Perú posee millones de hectáreas depredadas o degradadas, también otros países. En Bolivia la situación es complicada, pero es un país muy rico en recursos. Brasil y Paraguay son muy interesantes”, manifestó el CEO de la firma, David Saettone.
“Nuestro enfoque inmediato es en Perú, y una vez que logremos escalar la operación aquí lo siguiente sería ir afuera”, añadió.
El ejecutivo destacó, además, que en dos años BAM podrá obtener ingresos de una segunda fuente que sería la cosecha de madera.
“En el mundo vamos a llegar a 9,000 millones de habitantes. Toda esa población necesita vivienda. Entonces, un componente muy importante para la construcción es la madera. Se trata de un material cuya huella de carbono es mínima y más bien ayuda a reemplazar el acero y el cemento”, resaltó.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.