
Aunque con un menor número de operaciones, el 2025 destacó por los mejores montos movilizados en el mercado de fusiones y adquisiciones (M&A) en Perú, además de algunas particularidades. El Grupo Romero vuelve a marcar la pauta con más de cuatro transacciones anunciadas; las empresas centroamericanas mostraron mayor actividad en el mercado local; y el interés de China y otras compañías asiáticas creció respecto a años previos, coinciden los analistas consultados para este artículo.
Ni la guerra arancelaria, ni los conflictos geopolíticos, ni la volatilidad del dólar frenaron el dinamismo del M&A. Y el 2026, pese al escenario electoral, se perfila positivo, sostiene Liliana Espinosa, socia de Echecopar, firma que actualmente acompaña seis posibles transacciones en distintas etapas. La continuidad de Julio Velarde en el Banco Central de Reserva, la expectativa de que los candidatos presidenciales que pasen a segunda vuelta protejan la propiedad privada y los buenos precios de los metales respaldan ese posible buen escenario.

A estos factores se suma, según Sergio Amiel, socio de M&A del Estudio Garrigues, la posible reactivación de proyectos de inversión pública e infraestructura en 2026, así como el sostenido interés por activos ligados a la transición energética.
Un ejemplo clave de este año fue la compra de Orygen por parte del Grupo Romero, operación que —sujeta a la aprobación del Indecopi— lo convertiría en el segundo mayor operador eléctrico del país. Una apuesta que va ligada a su interés por el negocio de data centers: en octubre, el conglomerado peruano firmó un acuerdo para adquirir el 49% de GTDdata HoldCo. por US$ 118 millones, una firma con operaciones en Chile, Colombia y Perú. Esta transacción aún está en evaluación regulatoria.
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Grupo Romero, protagonista del M&A
El Grupo Romero continuó recomponiendo su portafolio, con una mayor diversificación geográfica pero también con exposición a energía y tecnología. “La adquisición de Orygen es probablemente la transacción más relevante del año”, destaca Óscar Trelles, socio director de Cuatrecasas en Lima.
En alimentos, Alicorp anunció un acuerdo para el 60% de participación en Inka Chips (marca de snacks), reforzando su apuesta por esa vertical. En paralelo, el grupo también sigue apostando por el sector financiero: ya tiene el 100% de Pacífico Seguros vía Credicorp, que se concretó este año.
Pero dentro de su estrategia también incluyó desinversiones. El holding peruano concretó la venta de Pesquera Centinela a Exalmar, así como la venta de una participación controladora en Primax (en Ecuador, Perú y Colombia) a Uno Corp. de Centroamérica, operación que marca la entrada de un nuevo operador internacional al mercado local.

Telefónica y otro gran deal
Otro hito del 2025 fue la venta de Telefónica del Perú a la argentina Integra Tec, como parte de la estrategia de salida del grupo español de la región. “Es una operación que podría bordear los US$ 2.000 millones: aunque el pago por las acciones fue bajo, se asumieron pasivos significativos”, estima Nicolás Oberrath, líder de Consulting & Deals de PwC Perú.

Para Amiel, del Estudio Garrigues, el sector eléctrico también tuvo un rol protagónico. Luz del Sur concretó la compra de activos por US$ 253 millones, mientras que Colbún anunció la adquisición de Inversiones de las Canteras por US$ 67 millones, operación que, una vez aprobada por Indecopi, le permitirá tener el control total de la termoeléctrica Fénix Power Perú.

En minería, Endeavour Silver desembolsó US$ 175 millones por activos estratégicos, mientras que OCIM Group apostó por activos mineros en Chala y Kori One por US$ 15,5 millones. El retail también figuró entre los principales movimientos del año: Parque Arauco adquirió Minka / Plaza del Sol por más de US$ 102 millones, reforzando su portafolio de centros comerciales en el país.
Completan el top de operaciones relevantes la venta de la participación de Minsur en Rímac Seguros al Grupo Breca, por US$ 50,9 millones, así como el reciente anuncio de la adquisición del 50,01% de Cementos Pacasmayo por parte del gigante Holcim, que en los últimos 12 meses absorbió otras tres compañías en el país, entre ellas Minera Luren.
Otras transacciones relevantes incluyen la potencial fusión entre Anglo American y Teck en el sector minero, así como la compra, por parte del Grupo Gloria, de la marca San Mateo a Backus, reforzando su portafolio en consumo masivo.
“Este año hemos visto un reacomodo de portafolios de los grandes grupos empresariales, y una clara búsqueda por monetizar proyectos ya desarrollados. En minería, además, se observa un reenfoque hacia activos de mayor escala, con la venta de minas medianas a jugadores capaces de operarlas de manera más eficiente, como ocurrió con la adquisición de la mina Arcata, de Hochschild, por parte de Sierra Sun”, resume Trelles, de Cuatrecasas.
Los sectores que estarán en el radar en 2026
Nicolás Oberrath, de PwC Perú, quien a inicios de diciembre adelantó a G de Gestión que en lo que resta del 2025 se anunciarían “un par de operaciones más”, señala que la cotización de minerales como el cobre, el oro y la plata será un factor determinante para impulsar nuevas transacciones en el sector minero hacia adelante. “También creo que estas cotizaciones serán aprovechadas por los vendedores para desprenderse de activos a un mejor precio”, comentó.
Desde Echecopar, Liliana Espinosa coincide en que el apetito por las fusiones y adquisiciones se mantendrá incluso en el último mes del año. “Comenzaremos el 2026 con más confianza que en cualquier otro año electoral. Además de la minería, vemos fondos de inversión que han ingresado a educación —colegios y universidades— y que continuarán apostando por este sector. En energía también se espera dinamismo: hay un actor relevante que aún no se ha cerrado, pero que forma parte de la cartera”, explicó. Cabe recordar que se proyecta que los activos de Inkia Energy (Kallpa Generación) finalmente se vendan a inicios del 2026.
Espinosa añadió que los joint ventures, así como las adquisiciones de startups y fintech, complementarán el dinamismo del mercado de M&A en el país el próximo año.
“En 2026 esperamos un sesgo positivo, pero con ritmos distintos: el primer semestre podría verse más prudente por el ciclo electoral, y el segundo semestre repuntar si mejora la visibilidad macro. Veremos más JVs por proyecto, plataformas de coinversión y alianzas tecnológicas (fibra, data centers, eficiencia energética), con gobernanza flexible y salidas claras para manejar la incertidumbre política”, señala por su parte Trelles.
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Centroamérica y Asia irrumpen
Centroamérica observa con atención el potencial de Sudamérica, y Perú se ha convertido en un destino clave. Un ejemplo: la guatemalteca Ingenio Magdalena adquirió Agrícola del Chira, una de las pocas operaciones en el sector agroindustrial registradas este año. Los expertos no han proyectado una mejora en las transacciones en este sector el próximo año.
Pero el mapa de inversores se ha diversificado. “Claramente hay una presencia china en varios sectores, con interés creciente en minería y energía”, explica Daniel de PwC Perú. Aunque empresas japonesas aparecen en adquisiciones puntuales, y hay casos aislados de firmas coreanas o tailandesas, el mercado asiático se concentra en compradores chinos recurrentes.
Espinosa añade otra capa: “Ya no solo dominan los fondos de EE.UU.; ahora entran asiáticos —muchos chinos—, europeos y regionales. Hay activos atractivos en venta, y el panorama global —con aranceles como las de Trump— ha impulsado este cambio”.
Un fenómeno curioso en estos procesos también aparece, agrega Espinosa: al inicio, un buen activo genera un frenesí de postores —incluso más que en años previos—. Hay ofertas no vinculantes de fondos estratégicos, asiáticos, europeos y centroamericanos. Pero al final, cuando toca hacer ofertas vinculantes, los interesados se reducen drásticamente. No es que falte atractivo, sino que la competencia inicial se diluye en la recta final. ¿Algunas razones? Los expertos consultados para esta nota han coincidido en un factor: el tiempo que está tomando pasar por el control previo de concentraciones de Indecopi está impactando en las decisiones de compra, considerando los factores externos que pueden impactar en el deald durante la evaluación. Este procedimiento agrega entre 3 y 4 meses al cierre de todas las operaciones que solo tienen que pasar por Fase 1, incrementándose el plazo significativamente cuando deben pasar por Fase 2. A esto se añade la integración post‑cierre en compliance, datos personales y ciberseguridad, que hoy exige tanta dedicación como el propio cierre.

Coordinadora en la revista G de Gestión e integrante del podcast de economía y negocios 'Actualidad Latinoamericana'. Escribo sobre management, agricultura, tecnología y emprendimientos. Bachiller en Periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Activa participante de los cursos del Centro Knight para el Periodismo en las Américas.









