
En pocos años, el skyline limeño podría cambiar: en plena avenida República de Panamá, en la capital de Perú, un nuevo gigante de concreto y vidrio empezará a elevarse sobre la ciudad. Torre Abril, con sus 150 metros y 45 pisos (y más de 1,000 departamentos), se convertirá en el edificio más alto del país. ¿Abre el camino para más proyectos de gran altura en la ciudad?
Atrás quedarán los otros dos edificios -aún- más altos del Perú. Una de ellas, la torre Banco de la Nación, que tardó dos años en construirse: se inauguró en julio de 2016 en San Borja. Tiene 30 pisos, mide 135,5 metros y fue diseñada por el arquitecto Bernardo Fort, construida por Cosapi.
Pero por casi cuatro décadas, la famosa Torre BBVA (también conocida como Edificio BBVA Continental) en San Isidro, llevó el título del edificio más alto de la ciudad: inicialmente con 82 metros y 19 pisos, pero en 2012 se añadió una antena alcanzando los 137 metros, lo que la mantuvo hasta 2015 como el edificio más alto del país.
Le ha tomado varios años a Lima albergar los 18 edificios de 30 pisos de altura que actualmente tiene. En el vecino país, Chile, tiene edificios con más de 30 pisos; el más importante, la gran torre Costanera, cuenta con 62, además de seis niveles en su subterráneo. Por supuesto, Brasil alberga dos torres con poco más de 80 pisos.

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¿Qué tan altos son los edificios en Lima?
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Zonas potenciales: lo que se requiere
La torre Abril en Lima abre la posibilidad de que en el futuro más empresas y constructoras apuesten por proyectos de gran altura. No obstante, surgen dudas sobre la capacidad de la ciudad para albergar edificaciones de este tipo, en medio del creciente rechazo de vecinos en distintos distritos (Miraflores, Surco y San Isidro, principalmente) a la construcción de torres cada vez más altas.
A nivel técnico, explica Guido Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Capeco, las edificaciones que apunten a una gran altura deben ubicarse en zonas que cumplan dos requisitos mínimos: estar en avenidas anchas o principales y contar con un terreno grande y proporcional a la altura del proyecto. Por eso, a la fecha, es la zona de Lima Centro la que alberga una cantidad mayor de edificios altos.
“La normativa técnica indica que la altura de un edificio está fijada por el ancho de la vía en la que está ubicado y la dimensión del terreno. Ello obedece a una serie de fórmulas, las cuales definen cuál debe ser la altura máxima posible”, detalla.
Desde el Colegio de Arquitectos del Perú adelantan sobre algunas zonas con potencial para acoger estos proyectos. Aldo Facho, presidente de la comisión de Urbanismo y Hábitat del gremio, indica que podrían desarrollarse proyectos altos -potencialmente- en las vías metropolitanas, como las avenidas Javier Prado, Paseo de la República, Panamericana Norte y Sur, entre otras. “En la mayoría de estas, la altura máxima se calcula en base al ancho de la vía y los retiros municipales”, agrega.
Además del buen suelo, otro componente importante es que la zona esté consolidada; es decir, que cuente con los servicios básicos y con buenos accesos de transporte.
”Si tú tienes todo eso en una sola zona, puedes hacer un edificio de altura, puedes hacer un proyecto para mucha gente”, anota Ana Cecilia Gálvez, gerente general de la Confederación de Desarrolladores Inmobiliarios del Perú (Codip).

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Tendencia por vivir en altura
Guido Valdivia menciona que la demanda del consumidor peruano ha ido variando y hoy en día hay un mayor interés por vivir en proyectos de altura.
Según dijo, las personas jóvenes, un segmento con cada vez mayor relevancia en el mercado, son los que tienen menos restricciones a vivir en pisos altos.
“Cuando hemos hecho algunos estudios de mercado, hemos detectado que ahora la gente prefiere vivir en edificios más altos porque siente que tiene mayor seguridad. Mientras más alto estés, sientes que hay menos probabilidad de ser víctima de delincuencia. Entonces son factores que están contribuyendo a que la demanda por proyectos de altura se mantenga”, sostiene.
Valdivia también comenta que, si bien en Lima no hay tantos edificios por encima de 30 pisos (unos 18 aproximadamente), los que hay sí cuentan con una buena demanda. Es decir, hay una buena aceptación por parte de los peruanos y sería positivo que siga esta tendencia.
“Yo diría que hay una demanda suficiente como para la oferta que hasta el momento se ha generado y por lo tanto no hay razón para que esta oferta no continúe en el futuro”, argumenta.
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Condiciones para el desarrollo de proyectos
Ana Cecilia Gálvez precisa que, actualmente, hay condiciones comerciales y económicas favorables para que las inmobiliarias puedan apostar por este tipo de proyectos; no obstante, mencionó que hace falta actualizar las normas de construcción, las cuales no cambian hace más de 20 años.
“El sector inmobiliario ha crecido 24% en el primer semestre del año. Asimismo, nos encontramos en un escenario con bajas tasas de crédito hipotecario, con una oferta y demanda calzada. Entonces, estamos ante un mercado que va a poder responder positivamente, porque tiene un buen dinamismo”, apunta.
Desafíos para los edificios de gran altura
Ana Cecilia Gálvez indicó que uno de los grandes problemas para desarrollar proyectos de altura es el aspecto normativo, pues los lineamientos se elaboraron hace más de dos décadas, por lo tanto, no están adaptados al contexto actual. “Si la norma se actualiza, tranquilamente podrían haber edificios más altos, pero con planificación”, añade.
Por su parte, Aldo Facho aclaró que la altura es un parámetro espacial relacionado con las vías, los espacios abiertos y el entorno; la densidad determina la cantidad máxima de personas que pueden vivir en un predio, y la edificabilidad determina cuántos metros cuadrados se pueden construir.
Dicho esto, señaló que el hecho de que un edificio sea alto no significa que deba ser denso. “En la mayoría de las ciudades del Perú, y en general en el mundo, la densidad se usa para regular la cantidad de personas, con la finalidad de garantizar una adecuada dotación de servicios básicos y urbanos”, agrega.
Con una demanda creciente por vivir en vertical, especialmente entre los más jóvenes, y con zonas de Lima que presentan el potencial adecuado, el futuro de los rascacielos en el país dependerá de qué tan rápido logren alinearse la normativa, la infraestructura urbana y la voluntad política. La altura, más que una tendencia, parece perfilarse como una necesidad en una ciudad que busca crecer de forma ordenada y sostenible.
Dato
- ¿Hay tecnología suficiente para construir edificios más altos? Especialistas consultados para este artículo coinciden en que la ingeniería peruana es competitiva y reconocida en el extranjero. Si bien no todo el equipamiento necesario está disponible localmente, puede importarse fácilmente de países vecinos. El verdadero reto, advierten, es que la construcción formal sigue siendo minoritaria: en Lima solo representa un tercio del total y en provincias es menos.
Rascacielos en la región
Los edificios más altos de Latinoamérica se encuentran mayormente en México, Chile, Brasil y Panamá, destacando especialmente la Torre Obispado en Monterrey como el actual líder, y próximamente la Rise Tower en la misma ciudad que será el más alto para 2026 (475 metros de altura); se prevé que estaría a tiempo para la Copa Mundial FIFA que también se celebrará ese año.
Así, se perfila como el edificio más alto de Latinoamérica, el segundo del continente y el décimo tercero a nivel mundial. Superará el Central Park Tower de Nueva York y la Torre Kingkey de China.
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Licenciado en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Con más de 6 años de experiencia en prensa escrita y digital. Actualmente, se desempeña como redactor en Diario Gestión.