
Este año San Jorge cumple 85 años, pero se siente como un “joven de 18 años” con ganas de “comerse el mundo”. A lo largo de tres generaciones, la familia ha preservado el legado de esta empresa, fundada en 1945 por Amador Salomón, un inmigrante palestino que llegó al Perú en busca de nuevas oportunidades. Su visión emprendedora lo llevó a iniciar la venta de dulces árabes y, posteriormente, a establecer una panadería que, en su época, se convirtió en la más grande del país. Hoy, la empresa peruana tiene presencia en 10 países de América con la exportación de su producto estrella: las galletas peruanas. Esta es su historia.
De un dulce árabe a la tercera marca de alimentos más preferida por los peruanos
Al identificar una oportunidad en el mercado de galletas, Amador Salomón, trajo la primera línea automática de producción en el país, sentando las bases para las icónicas “Soda” y “Animalitos”. Luego, lanzó su propio panetón al notar que el “dulce italiano” era popular pero no accesible para todos.
En 1973, se expande en provincia al crear su segunda fábrica en Trujillo de nombre Galletas del Norte (GN) para cubrir la demanda en el norte del país y producir las populares “Rellenitas”.
En Lima, decide mudarse de Chosica a una fábrica más grande en Vitarte (Ate). Hoy, en Chosica, solo opera como tienda. “Hoy, nos hemos consolidado en varias regiones del Perú”, contó su gerente general Fernando Mariátegui.

Posteriormente, en 1994 crea Molicentro para atender la demanda de harina de San Jorge. Así, el grupo se consolida en la producción de harina, pastas, galletas, panetones y en esta década ha apostado por diversificarse con nuevos productos.
Actualmente, el legado de Salomón continúa con la tercera generación familiar, pronto llegará la cuarta y, en el futuro, la quinta. “La misma familia que fundó el negocio sigue al frente hasta hoy, algo poco común en el país. Aunque existen marcas más antiguas que la nuestra, muchas ya no son de capital peruano, mientras que nosotros hemos mantenido ese legado intacto”, explicó.
Según un reciente estudio de Kantar, San Jorge es la tercera marca de alimentos más preferida por los peruanos, solo por detrás de Doña Gusta y Gloria.
Hoy, San Jorge ha evolucionado hacia un grupo empresarial integrado por dos empresas: San Jorge y Molinera del Centro. Además, cuenta con tres plantas de producción: planta Lima (Ate), Molinera del Centro y GN, ubicada en Trujillo.

LEA TAMBIÉN: El legado de Field: la marca peruana que sobrevivió a la Guerra del Pacífico
San Jorge y la expansión de su portafolio: cómo la marca dejó de ser solo una galleta
A lo largo de los años, la compañía ha mantenido un crecimiento a doble dígito debido a su presencia en diversos puntos de venta a nivel nacional y su eficiencia en costos.
No obstante, dicha expansión también ha sido resultado de la diversificación de su portafolio, con la incursión en nuevas categorías. “Estamos consolidando productos como el agua embotellada”, comentó el ejecutivo.
A pesar de esta reciente aventura en el rubro, la compañía tiene claro su posicionamiento dentro del competitivo mercado de aguas en el Perú, donde participan transnacionales extranjeras y empresas peruanas que tienen un nivel de calidad altísimo.
“Por el momento, no esperamos ser un jugador grande, pero sí mediano en el mercado, que ponga el concepto de calidad a un precio relativamente bueno como quiere el peruano“, explicó.
Otra categoría que incorporó a su portafolio, es el atún. El ejecutivo comentó que su ingreso al mundo de las proteínas y omega 3 en 2024 se debe a que descubrió un maridaje perfecto entre este alimento y las galletas o pastas, productos principales de San Jorge.
“Los peruanos somos perfectos mezclando comidas. Entonces es una categoría que complementa nuestros productos de una manera muy natural y simple”, explicó.

LEA TAMBIÉN:
San Jorge exporta sus galletas a 10 países de América
Pese a esta diversificación, la empresa reafirma su apuesta por su producto estrella: las galletas, que actualmente representan más del 70% de sus ingresos. “El resto proviene de pastas, panetones y las categorías emergentes, como agua embotellada y atún, las cuales esperamos que crezcan de manera exponencial”, comentó.
Actualmente, San Jorge participa en cinco categorías: galletas, panetones, fideos, agua embotellada y atún. Dicha expansión del portafolio responde a una estrategia de crecimiento sostenido, sin perder de vista la fortaleza de su negocio principal.
Esa misma fortaleza ha sido clave para su incursión internacional. San Jorge ha logrado llevar sus galletas a 10 países de América, consolidando así una presencia regional.

Sin embargo, el volumen de exportación aún es limitado, representando apenas el 8% de su producción total. Aun así, esta proyección internacional refleja el potencial de la marca para seguir expandiéndose fuera del país.
A nivel nacional, la compañía ha fortalecido su red logística con centros de distribución ubicados en las principales zonas del Perú. “Este año hemos ampliado nuestra capacidad de almacenaje, aunque el éxito de San Jorge radica en mantener sus inventarios al mínimo”, destacó el ejecutivo.
Esta estrategia de eficiencia operativa ha sido clave para acompañar tanto su crecimiento interno como sus planes de internacionalización.
DATO:
- San Jorge, un santo venerado en diversas culturas, tuvo un significado especial para Amador Salomón, fundador de la marca y de origen palestino. Al emigrar, trajo consigo una estampita del santo, símbolo de devoción, cuya imagen a caballo venciendo al dragón inspiró el icónico logo de la empresa. “La gente que se encomienda a ese santo dice la leyenda nunca ha perdido ninguna batalla y creo que lo estamos demostrando ahora”, contó Mariátegui.
LEA TAMBIÉN: Arcor compra marca Sayón a Alicorp: la inversión y detalles de la operación

Redactor de Negocios con enfoque en Industrias, Tecnología y Educación. Anteriormente, exredactor de Economía en Diario El Gobierno. Desde el 2023 es parte de Gestión.