
El último lunes, el gobierno de transición de José Jerí tomó juramento a su nuevo gabinete ministerial, tras la turbulencia política por la vacancia de Dina Boluarte. Y en menos de 48 horas, uno de las carteras clave hizo un anuncio, que daba una señal positiva a la inversión privada. Desde el Ministerio de Energía y Minas se autorizó el inicio de actividades de exploración del proyecto Tía María, luz verde que, en palabras de Raúl Jacobs, vicepresidente de Finanzas y CFO de Southern Perú Copper Corporation, era lo que faltaba para iniciar los trabajos de apertura de la mina y ejecutar un fuerte desembolso del capex total que demanda la iniciativa cuprífera. En entrevista con Gestión, el ejecutivo revela más detalles al respecto y su mirada en medio de un contexto preelectoral
Desde el Ministerio de Energía y Minas, el mércoles se autorizó el inicio de actividades de explotación de Tía María, a favor de Southern Perú, ¿cómo toman la noticia?
Esta autorización nos permite iniciar las labores mineras, y era lo que se tenía que aprobar para empezar con el trabajo de desbroce de mina La Tapada (tajo que forma parte del complejo minero Tía María).
¿Qué significa en el contexto propio del proyecto?
Es una autorización para iniciar la construcción de las partes propias del proyecto. Nosotros hemos trabajado en hacer, por ejemplo plataformas, pero no podíamos iniciar de manera importante los trabajos de apertura de la mina, porque necesitábamos la autorización de explotación, que es la que nos han otorgado.
Y a nivel de capex ¿cuánto de inversión se estima desembolsar en esta etapa que se inicia?
Con esto ya empezamos a ejecutar de manera mucho más importante el presupuesto que dimos a conocer al mercado, que es de US$ 1,802 millones. Esta aprobación nos va a permitir iniciar la apertura de la mina o desbroce de la mina e iniciar la construcción de lo que se conoce como el área seca y el área húmeda.
Para tenerlo claro, en el área seca es donde se lleva el mineral que se extrae de la mina, se tritura y se transporta en una faja de seis kilómetros de largo desde la mina hasta el área húmeda, y de manera totalmente impermeabilizada se hace la lixiviación, o sea, la etapa de extracción del mineral a través de un proceso químico.
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Solo esta etapa ¿qué porcentaje del proyecto representa?
Bastante. El proyecto ya tiene un avance importante.
¿Y cuánto van a invertir en esta etapa?
Mira, este año el presupuesto era de aproximadamente US$ 200 millones y se va a empezar a gastar ya de una manera mucho más consistente. Y además de eso, el próximo año tenemos un presupuesto de un poco más de US$ 900 millones. Es decir, estimamos que se necesitan US$ 1.802 millones para Tía María y estaríamos gastando, en números más, números menos, US$ 1.100 millones entre lo que queda de este año y el 2026.
Otorgada la autorización en esta fecha, ¿cuándo están previendo tener concluido el proyecto y empezar el proceso ya de explotación en sí del mineral?
Nuestra expectativa es tener concluida la parte de construcción de la mina y de apertura para la segunda parte del año 2027. Estamos trabajando para llegar a esa fecha y, en la segunda parte del 2027, podríamos empezar a realizar lo que son las pruebas al vacío de los equipos, es decir, se empieza a aprender la faja y observando que todo esté funcionando bien y después, poco a poco, le pones material y de ahí se arranca con el ramping up, osea llevarla a plena capacidad.
Y el ramping up es algo que para nosotros debería ser relativamente rápido, porque conocemos muy bien la tecnología que se va a emplear, los equipos que estamos comprando porque tenemos cinco plantas en operación en Southern Copper, entre Perú y México. Por ejemplo, en Toquepala tenemos una.
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Mantienen la proyección de una producción de 120 mil toneladas de cobre al año?
Sí, la capacidad de Tía María es 120 mil toneladas por año. Esa es la capacidad de producción de cobre durante los primeros años, más adelante baja un poco, pero eso ya lo veremos después.
¿Esta era la autorización más o una de las más importantes para gatillar todo el proceso de inversión?
Era una de las autorizaciones más importantes. También la autorización de construcción que tuvimos en 2019 fue de mucha importancia porque esa permitió que el proyecto siguiera adelante. Desde el 2019 hemos seguido trabajando en distintos frentes, particularmente en el frente social y el trabajo ha ido dando frutos. Creo que se ha entendido mejor que este proceso no va a tener un impacto desfavorable, al contrario, va a generar una gran cantidad de oportunidades para que la población pueda beneficiarse no solo económicamente sino también por una serie de actividades de generación de oportunidades de negocios y demás.
¿Faltaría alguna otra autorización de este nivel de cara a lo que es la explotación del proyecto en el 2027?
Ya con esto estamos con todos los permisos adelante.

Ustedes han venido operando en todo este tiempo de manera tranquila y en ese contexto tengo dos consultas: ¿cómo ven el tema de la licencia social? y ¿cuál es la expectativa en medio de un contexto preelectoral?
En la parte social nosotros seguimos trabajando con la población. Pensamos que el mensaje ya ha sido entendido. Vemos que la población tiene mucho interés en ver cómo el proyecto puede beneficiarlos de manera directa, a través de un empleo, o indirecta, a través de algunos programas que tiene la compañía para mejorar la calidad de vida de la población.
Nuestras operaciones de Toquepala y Coajone en las regiones de Tacna y Moquegua han generado a lo largo de los años niveles de vida muy altos en la población. Ambas regiones están entre las primeras cinco en calidad de vida del Perú. Tenemos la expectativa de que eso es lo que va a pasar con Islay, y que Arequipa también va a recibir un beneficio en ese sentido, porque es lo que la industria minera moderna, que respete el ambiente y que maximiza la capacidad de producción de los yacimientos, genera.
En cuanto a la parte electoral, nosotros vamos a trabajar con cualquier gobierno que sea elegido. Siempre estamos dispuestos a trabajar con las autoridades. Evidentemente, en algunos casos es más sencillo que en otros, pero eso es parte de lo que se tiene que hacer en estas actividades.
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¿Es una coincidencia que esta autorización tan importante se haya dado en medio de un cambio de gabinete con un nuevo ministro de Energía y Minas, o era algo que ya se veía venir?
Bueno, el gobierno nos ha manifestado de diversas maneras que tenía gran interés en que el proyecto siga avanzando, y nosotros pensamos que efectivamente esta decisión muestra que ese interés era sincero. Entonces esto viene desde el gobierno anterior, pero evidentemente saludamos que el (gobierno) actual lo haya ratificado.
Es decir, lo toman como un mensaje claro de lo que quiere el gobierno de José Jerí en cuanto a estos proyectos mineros emblemáticos para el país...
Sí, yo creo que es una mirada a favor de la inversión privada, la inversión responsable de la minería formal, que genera puestos de trabajo de calidad y produce exportaciones de alto nivel para el país
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¿Esta buena señal que gatilla este nivel de inversiones, les hace pensar desde Southern en otros proyectos o en arriesgar un poco más de inversión en los próximos años teniendo en cuenta el precio de los metales?
En general nosotros estamos en el Perú con una mirada de largo plazo. No solamente tenemos el proyecto Tía María, que es el más importante porque está ahora en construcción, sino también tenemos Los Chancas en Apurímac, que está avanzando pero que ha enfrentado algunas dificultades de minería ilegal, y Michiquillay en Cajamarca y donde estamos también avanzando.
Ya daremos un detalle del progreso que se ha dado en ambos cuando demos nuestro reporte trimestral.