
Farmacias Similares quizá parezca un negocio poco serio. Empleados disfrazados de la mascota de la empresa, el bigotudo “Dr. Simi”, bailan en el exterior de sus farmacias. Simis de peluche, disfrazados de caballeros Jedi o músicos al estilo del mariachi tradicional, adornan su sede en Ciudad de México.
Pero detrás de la mercadotecnia cursi hay una empresa que ha hecho que la atención médica en México sea mucho más barata y accesible en las últimas tres décadas. Ahora intenta incursionar en Estados Unidos.
En 1997, cuando Farmacias Similares abrió su primera tienda en México, los medicamentos con receta costaban el doble que en el resto de América Latina. No había medicamentos genéricos.
El fundador de la empresa, Víctor González Torres, luchó contra poderosas empresas farmacéuticas para conseguir la libertad de vender medicamentos genéricos a precios hasta un 75% más bajos que los productos patentados de sus rivales.

En la actualidad, el eslogan de su empresa (“lo mismo pero más barato”) está estampado en casi 10,000 sucursales de todo México.
Farmacias Similares no publica resultados financieros, pero afirma vender el 45% de todos los medicamentos recetados en México por volumen, y que sus ventas crecen más de un 9% al año. Los medicamentos en México ahora se encuentran entre los más baratos de América Latina.
Farmacias Similares también ha utilizado sus farmacias para ampliar el acceso a la atención médica. Desde el principio, cada una de sus sucursales ha tenido un consultorio médico adjunto. Una cita cuesta 60 pesos (US$ 3). Tan solo en marzo hubo más de 15 millones de consultas.
La demanda ha crecido gracias al expresidente Andrés Manuel López Obrador. La atención a la salud en México está vinculada a los pagos del seguro social, que solo realizan los trabajadores que tienen un empleo formal.

La mayoría de los ciudadanos, que trabajan en el sector informal, solían depender del Seguro Popular, un plan de seguros gestionado por el gobierno. Con la promesa de dotar a México de un sistema de salud universal y “nórdico”, López Obrador se deshizo del Seguro Popular en 2020.
Pero su creación estaba mal gestionada y carecía de fondos suficientes. Al poco tiempo, la desechó, sin remplazarla con otra forma de cobertura. Como resultado, ahora es esencial una asistencia sanitaria privada y asequible como la que ofrece Farmacias Similares. Otras farmacias mexicanas ya copiaron el modelo.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, prometió mejorar la atención médica para los más pobres de México mediante la contratación de más médicos para la red irregular de clínicas gestionadas por el gobierno y proporcionando medicamentos gratuitos. Pero con la escasez de dinero y una economía amenazada por los aranceles, le resultará difícil cumplir esa promesa.
En cualquier caso, Víctor González Herrera, que sucedió a su padre como director general de la empresa en 2022, señala que sería estúpido que el gobierno compitiera con los proveedores de atención médica privada y asequible en lugar de colaborar con ellos. El empresario sugiere que los farmacéuticos podrían proporcionar médicos generales en sus sucursales mientras el gobierno se centra en los especialistas de salud.
Estados Unidos no es la primera incursión internacional de Farmacias Similares. La empresa ya tiene 550 sucursales en Chile. Los intentos de entrar en los mercados de Argentina y Colombia no han ido tan bien. González culpa a un sector demasiado regulado y cerrado que quiere impedir la llegada de nuevos competidores y mantener sus precios elevados.
Eso se parece bastante a la industria farmacéutica de Estados Unidos. Incluso ahora que González inauguró una nueva sede en Texas y abrió una tienda de “Similandia” en Hollywood Boulevard, en Los Ángeles, los obstáculos normativos lo obligan a empezar vendiendo solo vitaminas y medicamentos sin receta en Estados Unidos.
Los aranceles dificultarán el abastecimiento. Aun así, millones de hispanos de California y Texas reconocen al Dr. Simi. Quizá González encuentre la manera de atenderlos también a ellos.